Banco de España, FMI y BM creen que se dará una salida de la crisis incompleta y desigual
CARLOS ÁLVARO
Las empresas españolas con intereses en América Latina, a pesar de golpe económico interno producido por el COVID-19, mantienen y mantendrán su apuesta inversora y comercial por Latam, hoy la región más afectada económica y sanitariamente por la pandemia. Así lo ha asegurado el Gobierno español y organizaciones empresariales en un momento en el que las proyecciones para el área son demoledoras. Hasta 2025 no habrá total recuperación en el área.
Según el último análisis de Cepal, la economía de Latam no se recobrará plenamente hasta 2025 de un zarpazo del virus que está dejando “secuelas históricas” y causará una caída del PIB del 9,1% en 2020, a la que seguirá una recuperación más lenta que tras la Gran Recesión.
En los últimos días, la secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, ha expresado su confianza en el mantenimiento de la inversión española en Latam, pese a lo complejo de la situación. “La inversión española en Latam se reactivará tras la pandemia”, ha destacado, para indicar que “no se han detenido, aunque quizá sí retrasado, las peticiones y entradas de planes de empresas que quieren internacionalizarse allí”. Para Méndez, la pandemia tendrá impacto en los flujos a medio plazo, pero a largo no habrá cambios significativos en las tendencias e inversiones de los últimos 25-30 años.
“La empresa española tiene en Latam una salida natural y eso no va a cambiar”, según Méndez, para la que España continuará su presencia empresarial en el área, notablemente en un México que supone el 60% de la inversión española en la zona. Y donde “se vislumbran nuevas oportunidades en sectores relacionados con teletrabajo y comercio online, entre otros”, según Méndez, que anima a las firmas a buscar nuevas oportunidades comerciales e inversoras en el área. España es el primer inversor europeo en Latam y el segundo a nivel mundial. A la región va el 32% de la IED española y allí están establecidas 6.800 empresas españolas, que generan un millón de empleos. El 25% de los beneficios de las compañías del Ibex 35 proceden ya de esa región.
Las perspectivas en Latam, mientras, distan de ser halagüeñas. En su recién publicado ‘Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2020. Principales condicionantes de las políticas fiscal y monetaria en la era pospandemia de COVID-19’, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señala que Latam vive su peor crisis económica en un siglo, con una contracción del PIB del 9,1% en 2020 que hará que a fin año el nivel de renta per cápita regrese al nivel de 2010, marcando un retroceso de 10 años, y con un fuerte aumento de la desigualdad y de la pobreza.
”La pandemia está teniendo impactos negativos históricos, con secuelas a medio plazo en el crecimiento. El proceso de recuperación al nivel pre-crisis va a durar más de lo esperado, al menos tres años, y será más lento que tras la crisis sub-prime de 2008”, según la Cepal, que señala que se prevé el cierre de 2,7 millones de empresas formales en 2020; que el paro alcance a 44 millones (13,5%); que la pobreza se sitúe en el nivel de 2005, con un retroceso de 15 años (al 37,7%, 231 millones de personas) y que la pobreza extrema regrese a cotas de 1990, con un retroceso de 30 años (96 millones). Todo ello en un área en la que el 54% de la población trabaja en economía informal (159 millones).
Sudamérica verá caer su PIB el 9,5%, este año; Centroamérica, el 8,4% y el Caribe, el 7,9%. Los países con mayor retroceso en un año de caída general serán Venezuela (-26%); Perú (-13%); Argentina (-10,5%); Brasil (-9,2%); Ecuador y México (-9%); El Salvador (-8,6%); Nicaragua (-8,3%) y Cuba (-8%). Los que menos, Paraguay (-2,3%); Guatemala (-4,1); Uruguay (-5%); Bolivia (-5,2%); Dominicana (-5,3); Costa Rica (-5,5%) y Colombia (-5,6%). En la ‘zona media’ se situarían Honduras (-6,1%); Panamá (-6,5%) y Chile (-7,9%).
Cepal dice que para la recuperación tras la crisis será esencial profundizar las políticas macro activas y promover una agenda de cambio estructural. “Hay que fortalecer los ingresos públicos, mantener políticas monetarias expansivas convencionales y no convencionales y fortalecer la macro regulación y la regulación de flujos de capitales para preservar la estabilidad a corto y medio”. En política fiscal, el ente, tras señalar que se han realizado esfuerzos fiscales para mitigar la pandemia que de media suman el 4,1% del PIB, destaca que el reto es mantener una política fiscal activa en un marco de mayor deuda. Cree necesario elevar la recaudación, hoy en el 23,1% del PIB (34,3% en la OCDE), combatiendo la evasión (que supone el 6,1% del PIB regional), consolidando impuestos a particulares y empresas y extendiendo la tributación al patrimonio.
Más optimista dentro del pesimismo, el Banco de España pronostica que la pandemia causará este año un desplome de la economía latinoamericana del 8,1%, la mayor caída de las últimas décadas y por encima de otras regiones emergentes. En 2021, el área volverá al crecimiento con un repunte del 4,1%. El ‘Consensus Forecast’ del banco, que evalúa a los seis grandes países (Brasil, México, Argentina, Chile, Colombia y Perú) detecta una “gran incertidumbre”, que causará una recuperación gradual e incompleta. Argentina, Brasil y México solo recuperarán en 2022 el nivel de actividad previo a la crisis.
Por su parte, y a falta de avanzar cifras, el FMI, aunque barrunta una recesión menos grave de lo esperado, otea una “larga, desigual e incierta” recuperación en Latam. El BM prevé una caída del PIB del 7,9% en 2020 con repunte del 4% en 2001 y espera que los grandes, México, Brasil y Argentina, registren caídas significativas este año (del 10%, 5,4% y 12,3% y que lideraren la recuperación en 2021 con tasas del 3,7% (México); del 3% (Brasil) y del 5,5% (Argentina).