En el marco del I Congreso de Competitividad Minera y Sostenibilidad Social (CCMYSS), organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
La minería peruana tiene un gran potencial para impulsar los planes de desarrollo territorial que requiere nuestro país para reducir la pobreza y promover un verdadero desarrollo inclusivo, competitivo y sostenible. Ello implicaría integrar los distintos territorios y articular las actividades económicas que tenemos.
Así lo indicó Javier Aguilar, coordinador regional Latam de Industrias Extractivas del Banco Mundial, durante el I Congreso de Competitividad Minera y Sostenibilidad Social (CCMYSS), organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
El representante del Banco Mundial refirió que un mecanismo efectivo para lograr este desarrollo territorial es a través del impulso de los corredores económicos, los cuales deben estar complementados con los corredores mineros identificados en nuestro país.
“El desafío sobre todo es tratar de entender cómo funciona el territorio, no desde las empresas mineras sino desde el territorio y relaciones económicas, y ver cómo la minería y sus intervenciones se articulan para dinamizar un mayor desarrollo en estas zonas”, apuntó.
Precisó al respecto que en el Perú ya existe en la política pública un discurso de avanzar en el desarrollo territorial, reconociendo la conectividad de las ciudades, en la que destaca la Política Nacional de Productividad y Competitividad.
De otro lado, indicó que este proceso de desarrollo territorial se debe gestionar de manera concertada y con una responsabilidad compartida por organismos públicos y privados, “pues hoy predominan las intervenciones sectoriales”, remarcó.
Indicó que la inversión pública realizada desde el Gobierno nacional en proyectos sectoriales no es necesariamente el mejor instrumento que se podría utilizar para poder dinamizar el desarrollo regional.
Al respecto, dijo que una de las causas es que muchos de los programas de intervención vienen definidos de manera sectorial sin llegar a ser un programa integrador. Citó el ejemplo del Banco de Inversiones del Ministerio de Economía y Finanzas.
“Lo que hemos encontrado en la revisión de todos los proyectos de inversión pública vigentes, es que de casi 200 proyectos candidatos a ser analizados bajo ciertos criterios que puedan definirse como un programa de intervención de desarrollo territorial, son 9 programas los que podrían definirse como efectivas intervenciones de carácter territorial”, explicó.
Finalmente, subrayó que los responsables primordiales de impulsar el desarrollo territorial no son necesariamente recae en el gobierno central, los gobiernos regionales o las empresas mineras. “Desde nuestro punto de vista no hay desarrollo territorial si es que las fuerzas productivas, políticas y culturales del territorio no lideran el proceso y no están en el centro”, culminó.