Minas de cobre, incluidas Escondida y Los Pelambres, tienen previsto reunirse con los sindicatos el próximo año.
Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), dijo que no ve un período especialmente peligroso. Esa fue su respuesta a una pregunta sobre los riesgos de un agitado calendario de negociaciones colectivas en Chile que han ayudado a respaldar el repunte del cobre a máximos de siete años.
Hernández, de 72 años, sabe una o dos cosas sobre evaluar la calidad de las relaciones laborales en enormes minas de cobre. En su carrera como presidente ejecutivo de Codelco y Antofagasta Plc y como ejecutivo a cargo de las operaciones a cielo abierto de Escondida y Collahuasi, en el norte de Chile, ha supervisado docenas de negociaciones salariales, algunas tranquilas, otras tensas.
Por ahora, su visión optimista se está fortaleciendo. Solo una mina de tamaño mediano en Chile ha suspendido sus operaciones debido a huelgas en el ciclo salarial actual. Otras han tenido que ofrecer bonos por más de US$ 20.000 por trabajador para cerrar acuerdos de última hora debido a que los sindicatos intentan recibir su parte de las crecientes ganancias y su recompensa por trabajar en medio de la pandemia.
Aun así, las tensas conversaciones salariales de los últimos meses en un país que representa una cuarta parte de la producción mundial hacen que los operadores intenten calcular los riesgos de posibles interrupciones. Una serie de otras minas de cobre, incluida la más grande del mundo, Escondida, y la principal operación de Antofagasta, Los Pelambres, tienen previsto reunirse con los sindicatos el próximo año.
Hernández señaló que Codelco ha logrado firmar varios acuerdos salariales anticipados sin pagar grandes bonificaciones en lo que pareció ser una estrategia “patriótica” del productor estatal. Para las empresas del sector privado, la clave es gestionar las expectativas antes de que comiencen las negociaciones, dijo.
Si bien una rara combinación de elevados precios y débiles monedas locales aumenta los márgenes para los productores, estos intentarán mantener los costos bajo control dadas las expectativas de un mayor suministro y los riesgos que representa la pandemia para la demanda.