Crecer en Australia y aliarse con gigantes tecnológicos
NICOLÁS DURANTE
Hay dos hechos claros de lo que va a ser este año para la minera no metálica: comprar proyectos o empresas para consolidar la industria a nivel mundial, y sellar más acuerdos para proveer litio a gigantes, del mismo estilo del que cerraron con LG. El aumento de capital por US$ 1.100 millones es solo el principio.
La última vez que SQM pidió un aumento de capital fue para mejorar las paupérrimas instalaciones que tenía en el Salar de Atacama. Eso fue entre 1995 y 1998. La firma creció, se convirtió en un player global y, entre medio, hubo un sinfín de peleas por el control y escándalos.
Hoy vale US$ 11.000 millones en bolsa, y este año podría iniciarse la “segunda parte de SQM”, como dice un cercano a la compañía históricamente vinculada a Julio Ponce. Así de refundacional, apuntan, es el anuncio de aumento de capital por US$ 1.100 millones que hicieron público en la víspera de Navidad.
Oficialmente han dicho que se concentrará en dos focos: Chile y Australia. Principalmente en litio, pero también en sus otros productos químicos.
La semana pasada, SQM tuvo dos actos intrínsecamente unidos, planificados. El primero, el 22 de diciembre, cuando informó la firma de un contrato de largo plazo con LG Energy Solutions, la unidad de energía de la gigante surcoreana. El acuerdo es hasta 2029 por 55 mil toneladas de litio equivalente. Pero este sería solo el principio.
Aunque al interior de SQM todo se mantiene bajo siete llaves, Pablo Altimiras, vicepresidente senior de Negocios Litio y Yodo, lidera varias negociaciones en curso. Se están llevando a cabo igual que las que se dieron con LG, por videollamadas.
Tesla es uno de los candidatos que suena más fuerte para comprarle una partida grande de litio a SQM. Samsung, HP, Contemporary Amperex Technology (CATL) y Panasonic, entre otros, se suman a la lista. En SQM descartaron siquiera referirse a esos nombres.
El segundo acto, entonces, fue el del día siguiente, el 23 de diciembre, con el aumento de capital que en detalle estará destinado para dos mercados. Primero, lograr aumentar su producción de carbonato de litio en Chile desde 70 mil toneladas a 180 mil toneladas, pero también para dar el vamos a la inversión del proyecto Mt Holland en Australia, en el que están asociados con Wesfarmers y que les permite acceder a hidróxido de litio, un producto con más valor agregado y que ya producen en Chile.
El tercer acto, confidencian en el mercado y en el entorno a la empresa, está por verse.
Por lo pronto, en SQM dan por seguro que siguen viendo proyectos de buena calidad para comprar en todas partes del mundo. Australia, evidentemente, es donde más prospecciones están haciendo.
Entendidos del sector dicen que la consolidación del sector debería comenzar a verse con fuerza este año. Es más, entre 2019 y 2020, varios proyectos en el mundo fueron desechados por no pasar los cada vez más elevados estándares de litio que requiere la industria, y que tienen que ver con la calidad del producto que se extrae, pero también con la forma, el “cómo”, que sea sustentable.
SQM, por ejemplo, salió de Argentina por considerar que la calidad del litio no era la que buscaban, y lleva varios años invirtiendo en hacer más sostenible su operación. A pesar de tener abiertos flancos ambientales y con comunidades, que espera cerrar cuanto antes. Porque ruido, hacen.
Y es que el aumento de la demanda global de litio será tal en los próximos años, que todo esfuerzo de SQM por seguir siendo uno de los líderes de la industria, le quedará chico. Hoy la demanda mundial es de 320 mil toneladas. En 2023, se multiplicará por tres. Por eso, crecer solo orgánicamente no es opción, aunque hoy es el foco que tiene la empresa local, según ha dicho públicamente.
Pero las fusiones y adquisiciones tienen que venir, ya sea de proyectos específicos en verde o andando, o de empresas completas. “Hoy, SQM es líder. Ya el otro año, con los aumentos de Chile y Australia incluso, va a dejar de ser de las más grandes frente a la demanda”, dice un conocedor.
Es más, algunos miraron con buenos ojos su alianza con LG. La firma asiática es tan, tan gigante, que si quisiera comprarse SQM, lanzando una OPA multimillonaria, no le costaría nada en su balance. Pero, por ahora, eso no está en los planes.
Eso sí, tener el respaldo de un contrato con LG es tan potente para la chilena, que le permite mejorar las negociaciones que tiene en curso. “Los de LG son tan complejos para comprar, que si pasas esa barrera, es que ya nadie te puede no comprar”, dice un experto del sector. “Es como que un fabricante de neumáticos le venda a la Fórmula 1”, explica otro.
En todo caso, otra de las alternativas que se mencionan en el mercado es que SQM decida abrir en bolsa, en Chile o en otra rueda, su unidad de Litio. Un SQM Litio, o un SQM Energía, para unir este negocio con el de sales solares, utilizado en la industria energética.
Al interior de SQM dicen que en lo inmediato, no está en el tintero. Pero es una idea que seduce, apunta un conocedor.
El plan de negocios que anunció SQM y que profundizó al mercado este miércoles en una presentación que recibieron los accionistas y principales manager, no varía mucho respecto al liberado en el Investor Day del año pasado. “Es totalmente innecesario”, dice el manager de un fondo que invierte en grande por “Soqui”.
Varios consultados creen que SQM podía tomar deuda o incluso financiar sus proyectos de mediano plazo con caja, y no acudir al mercado. Por eso, varios avezados inversionistas creen lo mismo: aquí falta una pieza para encajar esta jugada.
Sin embargo, lo cierto es que este será el último aumento de capital con su actual intrincado estatuto y que divide las acciones en dos series con derechos políticos y económicos diferentes. Con este aumento de capital, la serie A, donde están Ponce, Tianqi y Kowa, quedará igualada con la serie B, donde hay miles de accionistas.
Ergo, si en un tiempo más SQM quiere refundarse de nuevo, como ahora, tiene que sí o sí cambiar sus estatutos para aumentar el número de acciones de cualquiera de las dos series.
Y todas estas dudas Gerardo Illanes, el CFO de la firma, ha estado contestando telefónicamente o por videollamadas desde el mismo 23 de diciembre a primera hora.
Por supuesto que no mencionar a Julio Ponce en un artículo de SQM es imposible. En el mercado se preguntan qué hará uno de los accionistas principales de la minera no metálica. Por lo pronto, su poder político lo maneja en la serie A de SQM, donde comparte el poder con la china Tianqi. Y el aumento de capital en la serie B es intrascendente para mantener su tajada en el directorio.
Fuentes aseguran que todavía no toma una decisión de si concurrirá al aumento de capital, o dejará espacio para que entren otros actores y se diversifique más la base de accionistas. El 60% de las acciones serie B está repartida en miles de accionistas del extranjero.
Pero hay otro tema que tiene en el radar el empresario: qué pasará en abril, cuando caduque el pacto que tiene con Tianqi para llevar la fiesta en paz en el directorio de SQM y repartir las ganancias.
La firma china atraviesa por una severa crisis financiera y ha tenido que desprenderse de algunos activos para saldar sus deudas.
En todo caso, dicen, SQM no lo soltaría por nada del mundo. Aunque una oferta atractiva sobre la mesa siempre es una opción. Y si el pacto no se renueva en abril con Ponce, vender parte de la serie A podría tornarse atractivo y menos engorroso que con pacto.