MÓNICA ALONSO
El pasado mes de diciembre tuvo lugar el IV Congreso Nacional de Energías Renovables, evento que analizó en profundidad el papel del hidrógeno en el futuro energético. Demanda, coste y almacenamiento fueron algunos de los aspectos clave que abordaron los expertos. Todos ellos coincidieron en considerar al hidrógeno como un vector importante y con muchas posibilidades, sobre todo, en el ámbito industrial y del transporte.
“Vamos a pasar de un mundo en el que faltaba energía a un mundo donde va a sobrar, pero de manera intermitente, y uno de los vectores que se está poniendo como estrella para gestionar ese exceso de energía es el hidrógeno, además tiene múltiples usos”, comenzaba opinando Raúl Fernández, director general Negocio Gas Natural de Factor Energía, el moderador de la mesa redonda titulada “El papel del Hidrógeno Verde en el mix energético”, dentro del marco del IV Congreso Nacional de Energías Renovables, celebrado el pasado mes de diciembre en Madrid.
“Hace tiempo escuché en una conferencia que España tendría la energía más barata del mundo _continuó Fernández, sobre todo, debido a su régimen de vientos y a la disponibilidad del terreno. Pero esto es una gran oportunidad y un gran riesgo porque, si tienes mucha oferta pero no tienes demanda no es el camino. Se trata de una gran oportunidad para reindustrializar España y para atraer inversión, empresas e industrias que se habían ido del continente europeo y que ahora buscan costes energéticos más bajos”.
Tras esta intervención, tomó la palabra Antón Martínez Rodríguez, director de Transformación de Enagás, quien explicó que, a día de hoy, el 47% de las emisiones provienen del sector industrial y del transporte, “dos sectores que son muy difícilmente electrificables en algunos de sus usos finales”. Y aseguró: “Todos tenemos claro entonces que para impulsar la transición energética y la lucha contra el cambio climático va a ser necesario desarrollar nuevos vectores energéticos como los gases renovables.
Estamos hablando de biometano y, sobre todo, de hidrógeno renovable para poder dar una solución efectiva a la descarbonización de estos sectores. ¿Por qué el hidrogeno? En su opinión, porque va a descarbonizar esos sectores, porque va a permitir el almacenamiento energético y “también creemos que va a ser un factor muy relevante en la transición justa, es decir, para dinamizar aquellas zonas que han sido especialmente afectadas por el cierre de centrales térmicas”. Por último, por el acoplamiento entre sectores (infinidad de aplicaciones industrial, movilidad, residencial…).
“El hidrógeno vale para todo, el número de aplicaciones que tiene es muy, muy amplio”, explicó, tomando el relevo, David Cuesta, director de i-Deals de Everis Group, “nosotros creemos que no todas estas aplicaciones se van a desarrollar al mismo tiempo. Ahora mismo el hidrógeno verde tiene un problema de demanda, no hay demanda para un producto que ahora mismo a priori es entre dos, tres, cuatro veces más caro que el hidrógeno gris. Sin embargo, es la regulación la que obliga a dar pasos en este sentido y contamos con la voluntad de las empresas en dar pasos hacia la descarbonización. 2030 es la fecha mágica para esa igualación de precios”. Cuesta finalizó subrayando los siguientes puntos esenciales:
El desarrollo del hidrógeno verde viene dictado por la descarbonización de usos finales no electrificables.
+No hay un problema de oferta, hay un problema de demanda.
+El crecimiento de la demanda de hidrógeno verde vendrá en el corto y medio plazo de las industrias que lo consumen actualmente (refino y amoniaco).
+La producción de combustibles sintéticos y la industria del acero serán sectores tractores en el medio y largo plazo.
+La escala de los proyectos importa.
+Los casos de uso requieren energía renovable barata y continua.
+El hidrógeno se almacena y viaja mal por lo que hay que buscar formas ‘densas’ de transporte.
+El hidrógeno verde es una oportunidad clave para la extensión de la cadena de valor aguas debajo de la generación renovable y es un elemento clave en la retención y atracción del tejido industrial.
Para Patxi Calleja, director de Regulación de Iberdrola España, la transición energética es una apuesta que ha tomado Europa y que va a tomar todo el mundo. Es una cadena. “Y tenemos la suerte de que España probablemente no ha estado nunca tan bien posicionada para una revolución energética, pero a su vez económica, porque va a cambiar la forma en la que hacemos las cosas, va a cambiar los procesos de consumo, los equipamientos de las viviendas, de las fábricas… y eso lleva a una sociedad y a una economía en la que nunca hemos estado mejor para esta transición”.
Según consideró, tenemos más recursos renovables que la mayoría de países europeos, y además terreno. “Tendremos asimismo una energía más competitiva que los países de nuestro entorno, y por lo tanto, un menor coste energético para el consumo industrial, y así ganaremos en competitividad”. Pero, ¿cuál será el rol del hidrógeno en este contexto?
Calleja lo tiene claro: “En cuanto al hidrógeno, pensar ahora si lo vamos a trasladar por red, si vamos a hacer valles… es muy pronto aún porque no tenemos producto, es caro y en muchos casos son prácticamente proyectos demostrativos. Lo primero que hay que hacer es tener producto, reducir los costes y crear industria nacional porque, de lo contrario, seremos importadores de los equipamientos”.
Un vector importante y con muchas posibilidades
El hidrógeno no fue solo protagonista en este debate, estuvo presente en la mayor parte de la celebración del congreso, de hecho, fueron muchos los expertos que se refirieron a él como una gran posibilidad de futuro. Es el caso de Juan Lasala, presidente no ejecutivo de Capital Energy, quien reconoció que el tema del hidrógeno “es un vector muy importante y con muchas posibilidades, también es verdad que todavía en términos de coste no tiene la madurez suficiente, pero seguramente la tendrá.
No sólo en la industria sino también en el transporte, sobre todo en el pesado”. “El hidrógeno era una gran promesa desde hace tiempo, en este momento se plantean cifras millonarias para llegar a una estrategia”, consideró, por su parte, Carmen Becerril, presidenta de OMEL y vicepresidenta de OMIE, “veremos probablemente en esta década cómo el hidrógeno empieza a tener una realidad palpable, pero yo creo que será más bien a finales. Empezaremos con el hidrógeno de proceso, continuaremos con el hidrógeno de transporte y a mí me cuesta pensar en el hidrógeno para producción de electricidad, pero todo puede llegar a ser…”.
Por último, Rafael Mateo Alcalá, consejero delegado de Energía de Acciona, aseguró que el hidrógeno se encuentra aún en un momento incipiente pero que llegará en esta década porque “hay mucho dinero y mucho interés puesto a su alrededor”. Y concluyó: “A diferencia de las renovables, que hace diez años se incentivaba únicamente a la oferta, en este negocio no sólo se puede incentivar la oferta sino también la demanda porque, de lo contrario, no sabremos qué hacer con él. También debemos trabajar en la regulación, porque ralentiza los permisos y las tramitaciones”.