EFE
Las bajas temperaturas que azotan al sur de Estados Unidos y al norte de México han provocado apagones con millones de afectados, cancelaciones de vuelos, la muerte de 22 personas y pérdidas económicas por el paro de producción.
Al menos 22 personas han muerto en el norte de México y el sur de Estados Unidos por la ola de frío que ha dejado a millones de personas sin electricidad, ha obligado a la cancelación de miles de vuelos y mantiene muy peligroso el tránsito rodado.
En el norte de México, donde en algunas zonas se han registrado temperaturas de hasta 15 grados bajo cero, el número de muertos por la onda gélida asciende ya a al menos ocho, que se suman a otras 14 víctimas mortales registradas en Estados Unidos, según los medios locales.
Así mismo, un 20 por ciento de los usuarios del servicio eléctrico siguen sin suministro en el norte mexicano, lo que ha obligado al cierre de empresas, mientras que los afectados por los apagones en Texas desde el lunes ascienden a 4.3 millones de personas.
En Estados Unidos también se han registrado apagones que afectan a más de 100 mil abonados en Oklahoma, Luisiana, Kentucky y Virginia Occidental, mientras que la congelación de cañerías ha dañado el suministro de agua corriente en lugares como Corpus Christi (Texas).
Ciudad Juárez, municipio de Chihuahua fronterizo con Estados Unidos, reportó la muerte de un adulto mayor que se resbaló en el hielo al salir de un supermercado, mientras que en la localidad de Río Bravo, en Tamaulipas, dos jornaleros murieron por hipotermia.
Foto: EFE/EPA/Ralph Lauer
Estos fallecimientos se suman a los antes registrados en México de un motociclista que derrapó en el pavimento helado en Ciudad Juárez y al deceso de tres personas sin hogar y una adulta mayor en la zona metropolitana de Monterrey, la más afectada por el desastre.
En Houston (Texas), una mujer y una niña murieron intoxicadas por monóxido de carbono al dejar encendido en el garaje un automóvil para calentar la casa, y un indigente murió de frío.
Un tornado asociado al temporal dejó en Carolina del Norte al menos tres muertos, dañó medio centenar de casas y dejó a miles de residentes sin electricidad, mientras que un niño de diez años murió en Millington (Tennessee) al quebrarse el hielo a sus pies en un lago helado.
En México los frentes fríos se vienen sucediendo sin casi interrupción y mientras uno se desplazó hacia el sureste del país, se reportó uno nuevo que afecta a los estados del norte.
En Estados Unidos, los meteorólogos indicaron hoy que casi el 73 por ciento de la superficie del país se encuentra nevada, exceptuando la franja oeste y el sureste, con una acumulación media de quince centímetros y una máxima de 1.27 metros registrada en la localidad de Troy Public (Ohio).
Pero los efectos de la tormenta son más severos en el sur, donde las viviendas y edificios comerciales no están preparados para temperaturas muy inferiores a la congelación.
El Gobierno mexicano reportó hoy el restablecimiento del servicio eléctrico en un 80 por ciento tras el apagón del lunes, que afectó a 4.7 millones de personas en el norte del país por los efectos que la ola de frío ha tenido en el suministro de gas desde Texas.
El frío y el apagón obligaron al cierre de fábricas, como en Chihuahua, donde el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index) reportó una pérdida de dos mil millones de dólares por el paro de la producción, que dejó a 500 mil trabajadores detenidos.
Decenas de barrios de la capital de Nuevo León, donde están más del 40 porciento de los usuarios afectados por el apagón, reportaron hasta 24 horas sin energía eléctrica.
En Estados Unidos, la tormenta invernal avanza desde el sur y el centro del país hacia el nordeste, con lo que se calcula que podría llegar a afectar a unos 200 millones de personas.
Los apagones y las dificultades para transitar por calles y carreteras heladas ya han entorpecido también la vacunación contra la COVID-19, mientras que los vuelos comerciales cancelados ya superan los cuatro mil 400.
La ola de frío ha dejado registros de temperaturas mínimas sin precedentes en cientos de lugares de Estados Unidos, y muchas ciudades han tenido las temperaturas más frías en décadas.
En Oklahoma City se registraron 24 grados Celsius bajo cero, lo que supuso la temperatura más fría desde 1889, mientras que los 18 grados bajo cero de Dallas (Texas) fue la más baja desde 1930.
Houston, con 10 grados centígrados bajo cero y San Antonio, con 11 bajo cero, tuvieron su amanecer más frío desde 1989.
Forbes
El apagón en entidades del norte afecta a unos 400 mil hogares; se debe a menor recepción de gas desde EE.UU debido al impacto del mal clima.
Un apagón se registra esta mañana en los estados de Nuevo León, Tamaulipas y Chihuahua por la falta de gas natural para la generación de electricidad, informó el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace)
“Se presentó un desbalance entre la carga y la generación en el norte y noreste del país afectando aproximadamente 6,950 MegaWatts (MW) de carga”, precisó el operador del Sistema Eléctrico Nacional.
Desde su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador indicó que el apagón afecta a 400 mil usuarios y que el problema, originado por el mal clima, está siendo atendido.“(El apagón) es por la tormenta invernal, por el mal tiempo. Ya están trabajando los técnicos de la CFE (Comisión Federal de Electricidad). Vamos a estar informando en el transcurso del día para que se restablezca”, explicó.
El mandatario descartó que este apagón sea a un boicot por parte las empresas que están en contra de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica que impulsa.
“No hay ningún boicot. Los que están inconformes con la reforma eléctrica están haciendo labor en medios de comunicación tanto de México y del extranjero, queriendo espantar que nos va a afectar a México, porque es una violación del tratado (en referencia al T-MEC), que no es cierto”, dijo López Obrador.
El Cenace también atribuyó el apagón a los efectos del frente frío número 35.
Las bajas temperaturas han afectado la infraestructura de gasoductos estadounidenses en Texas y Arizona principalmente, lo cual ha disparado los precios del combustible por su poca disponibilidad y, por tanto, las exportaciones hacia México.
Ante esta situación, 2.6 millones de usuarios en Texas también enfrentan cortes de luz.
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La noche del pasado sábado 13 de febrero, el Cenace, dirigido por Carlos Meléndez Román, declaró una alerta en en el estado operativo del sistema por la falta de gas.
El operador eléctrico pidió a la población de Nuevo León, Tamaulipas y Chihuahua reducir el uso y consumo de la energía eléctrica no prioritaria.
“Este evento climatológico requiere que se salvaguarde la infraestructura del Sistema Eléctrico Nacional con ayuda de todos sus usuarios para minimizar riesgos de interrupciones o daños mayores”, apuntó.
ARTURO SOLÍS/Forbes
El gobierno de AMLO basa la soberanía energética en reducir las importaciones de gasolina, pero la dependencia del gas estadounidense crece.
Luego de dos años de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, el sector energético se desliza entre la fragilidad del marco legal vigente, la captura de los órganos reguladores y una política que pretende recuperar el poder dominante de sus empresas estatales, ante su promesa de soberanía energética.
A pesar de la severa crisis económica que ocasionó la pandemia de Covid-19, traducida en millones de trabajadores despedidos y cierre de miles de pequeñas y medianas empresas, las metas gubernamentales se mantienen, mientras una dependencia energética con el extranjero se consolida: la importación de gas natural.
La actual administración ha destinado 2 billones de pesos de los contribuyentes al fortalecimiento de Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE), mientras las autoridades suspendieron más competencia privada en el sector, al limitar la participación a contratos de servicios hacia dichas compañías, mientras que el mandatario ha expresado que no le interesan los negocios privados.
El principal objetivo del gobierno autodenominado de la “Cuarta Transformación” (4T) es acabar con la importación de combustibles, principalmente de gasolina y diésel con menores exportaciones de crudo y mayor refinación nacional. Incluso, la administración de López obrador está construyendo una refinería de 8,900 millones de dólares en Dos Bocas, Tabasco, para acelerar esta meta.
“En 2023 dejaremos de importar gasolinas porque lograremos la autosuficiencia con la entrada en operación de Dos Bocas y la modernización de las seis refinerías existentes”, declaró el político tabasqueño durante el discurso por su segundo año de gobierno.
La 4T también pretende que la CFE retome su rol protagónico en la generación eléctrica y que produzca en 2024 al menos 54% de la luz que demanda el país y el resto vendría de la iniciativa privada.
El gas natural es el principal insumo para la generación eléctrica y las actividades de la industria pesada, además del autoconsumo de Pemex en sus plataformas; pese a ello, este energético arrastra 10 años de declive productivo.
Un botón de muestra: en 2020, casi 70% de la electricidad que generó CFE se produjo con gas natural y 64% de éste vino de Estados Unidos, por lo que el fortalecimiento de la empresa que dirige Manuel Bartlett Díaz está arriesgando no sólo la soberanía, sino la seguridad energética del país ante la escasez del energético.
El pasado 30 de noviembre de este año, el presidente y la iniciativa privada revelaron un plan de infraestructura energética que incluye la construcción de 6 centrales eléctricas de ciclo combinado de gas natural y vapor, promovidas por la empresa estatal.
“Ahora la prioridad es dejar de importar gasolinas, pero es mucho más estratégico dejar de importar gas, no solo por soberanía, sino por seguridad energética”, comenta en entrevista el CEO de la consultora Talanza Energy, Marco Cota.
Aunque el gobierno mexicano ha dicho que habrá una mayor producción de gas asociado a los campos prioritarios de Pemex, éstos enfrentan un retraso de 55% en su desarrollo y la empresa sólo extrae 186 millones de pies cúbicos por día de los yacimientos, en contraste con los 519 millones que estimó para este año.
Incluso si Pemex lograra dicha meta, aún estaría lejos de compensar el consumo nacional, pues éste asciende a 7,972 millones de pies cúbicos diarios en promedio este año y la producción nacional de gas sólo cubre 31%, de acuerdo con datos de la Secretaría de Energía (Sener).
Aunado a esto, el Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas) prevé que la demanda del energético casi se duplique hasta los 14,500 millones de pies cúbicos diarios al final del sexenio del político tabasqueño.
“México está dependiendo en proporciones gigantescas de la importación de gas para generar electricidad. Allí no parece haber un problema de soberanía que se dependa de un solo país: Estados Unidos”, coincide Ángel de la Vega, catedrático e investigador especializado en energía y economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Otro problema es que, a diferencia de la gasolina, nuestro país carece de capacidad almacenamiento para gas natural.
Aunque México es el principal socio comercial y comprador del energético a Estados Unidos, ambos expertos no descartan que esta relación se vea afectada por los intereses estadounidenses para exportarlo a otros mercados, como el europeo, o tener mayor consumo interno o incluso que se registre un aumento en el precio –actualmente es el más barato del mundo–, lo cual podría complicar las finanzas de la empresa productiva del Estado para generar electricidad mediante tecnologías como el ciclo combinado.
En el contexto internacional, México es el país que depende en mayor proporción de este insumo para producir electricidad, pues países como Turquía, Japón o Italia no rebasan 45% de la generación eléctrica con gas natural, según un análisis de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
México, la segunda economía más importante de América Latina, tiene un potencial de gas enorme estimado en 217 billones de pies cúbicos, aunque el 65% de los recursos por descubrir están en zonas que requieren de fractura hidráulica, técnica conocida como fracking, a la que el presidente López Obrador se ha opuesto por su elevado consumo de agua. Sin embargo, el potencial restante está en zonas que permiten una extracción convencional.
Cota atribuye parte de la situación actual a la falta de experiencia en planeación energética de sus funcionarios. Aunque la secretaria de Energía Rocío Nahle García y el subsecretario Miguel Ángel Maciel Torres han trabajado en Pemex y dominan temas de ingeniería, desconocen temas de política energética.
“Estos dos años son una curva de aprendizaje que va muy lenta, porque el país necesita que vaya más rápido, y más cuando el gobierno viene de un bagaje ideológico tan radical y diferente a las realidades mundiales en cuestiones energéticas y humanas”, menciona el maestro en políticas públicas por la Universidad de Manchester.
El investigador Ángel de la Vega, por su parte, atribuye el problema del gobierno a una desactualización internacional sobre el sector energético mundial, encaminado a la electrificación de las economías, pues el gas es sólo un combustible de transición más limpio, pero incluso países como China, con alto consumo de carbón y gas, o importantes productores de hidrocarburos como Arabia Saudita, siguen diversificando su matriz energética y negocios hacia fuentes renovables.
“Dos años es la tercera parte de la administración de López Obrador. Sería bueno que tuviera la capacidad de tener claridad en cómo está la situación energética y trazar líneas claras para ir hacia adelante”, agregó De la Vega.