Qué dijeron KGHM y Teck en la Conferencia Mundial del Cobre
KAREN PEÑA
De forma telemática, se dio el puntapié inicial a la Conferencia Mundial del Cobre, actividad que se realiza en el marco de la Cesco Week Santiago 2021, donde se congregaron los principales actores de la minería a nivel global.
Fue en este escenario donde el CEO de KGHM, Marcin Chludzinski, dio cuenta de las buenas noticias del que llamó como el principal activo internacional clave de la compañía polaca, la mina Sierra Gorda en Chile, un joint venture con Sumitomo, que desde el inicio de su operación se ha caracterizado por sus complejos números.
Aunque a fines del año pasado trascendió que el grupo japonés estaba evaluando la venta de su participación minoritaria, la compañía polaca destacó en su presentación que por “primera vez en la historia, la planta de Sierra Gorda, aumentó significativamente su capacidad de producción”.
Afirmó que los cambios en Sierra Gorda “han dado como resultado un mayor rendimiento y la producción está creciendo”. Además, agregó que como grupo KGHM “seguimos reduciendo nuestra deuda, elevando el valor de nuestro patrimonio”.
En esa línea, recalcó que la compañía sigue adelante con su programa de optimización de la producción a la luz de los cambios en las condiciones mineras y la inflación de costos resultante. Y que este año, KGHM espera mantener su producción y resultados al mismo nivel que en 2020, y permanecer en un “nivel seguro de deuda”.
El optimismo también estuvo en el presidente de BHP Minerals Americas, Ragnar Udd. A su juicio, junto con la urbanización, el crecimiento de la población genera una nueva demanda,la que, a su vez, es buena para el sector de los recursos. Así, como consecuencia, “además de crear demanda para nuestras materias primas, el crecimiento de la población también impulsará la demanda de potasio”, que será vital para prácticas agrícolas más eficientes que alimentarán a esta población en crecimiento.
En este punto enfatizó la relevancia de la descarbonización, que requerirá una inversión sustancial en infraestructura y las tecnologías que lo apalancarán.
Sin embargo, en un panel de conversación, Udd profundizó en el impacto de la descarbonización, particularmente en los costos dentro de la producción. “El costo seguramente va a aumentar, pero no estoy seguro de si esto se mantendrá a largo plazo. Lo que nos trae a esta reflexión se basa en lo que hemos estado viendo con respecto a los acuerdos de energía que hemos visto en Chile”, dijo. Agregó que es importante recordar que la descarbonización es uno de los factores que propulsa la demanda de cobre al mismo tiempo.
Este tema fue recogido por el presidente ejecutivo de Anglo American Chile, Aaron Puna, quien puntualizó que, a corto plazo, “esperamos ver impactos significativos de la lixiviación en pilas de arena, el hidrógeno y el uso de energía verde”. En esa línea, comentó que están desarrollando el primer camión impulsado por hidrógeno del mundo: “Si bien esta sucediendo en Sudáfrica y avanza bien, esperamos seguir rápidamente en Chile”.
“Tenemos una importante oportunidad de posicionar al cobre de Chile, no solo como un commodity, sino también como un producto que se extrae de manera responsable y eficiente”, dijo.
La directora de Estudios y Estrategias de la consultora CRU, Vanessa Davidson, aseguró que la crisis tuvo un impacto en los niveles de suministro el año pasado, en especial, durante la primera etapa, con las restricciones. Pero, agregó, después hubo una recuperación en la producción. "El impacto en la segunda mitad del año fue mucho menos que el que anticipamos. Eso está relacionado en cómo la industria se pudo recuperar rápidamente", dijo.
"En Chile todavía hay potencial de pérdidas de producción, pero más allá de este año, si esto tiene un impacto continuo, depende de la estrategia de las mineras", agregó. Pese a todo, espera ver un aumento en la producción global de 2,5%. "Pensamos que habrá un retorno del crecimiento y que vamos a tener buenos proyectos y expansiones", indicó. Si bien dijo sentirse optimista con respecto a la demanda de cobre esencialmente, aclaró que "no tan optimista como otros colegas".
KAREN PEÑA
“El Covid-19 ha sido la historia de 2020 y ha tenido un impacto sin precedentes en la industria minera desde una perspectiva de suministro”. Esta es una de las conclusiones que expresó ayer el vicepresidente senior de metales base en América del Norte y Perú en Teck Resources, Shehzad Bharmal, en la segunda jornada de la Conferencia Mundial del Cobre, en el marco de la Cesco Week Santiago 2021.
Según detalló, en este año las tasas de interrupciones supera el 6% en los primeros tres meses, reconociendo que “estos impactos se han sentido en todo el mundo y creo que veremos efectos secundarios en 2022 y quizás también en años futuros”.
Tras su intervención, Shehzad Bharmal, de Teck (abajo a la derecha) participó en un panel de conversación.
El ejecutivo agregó que en 2020 la demanda de cobre se mantuvo relativamente fuerte y el escenario de oferta “parece bastante limitado a mediano plazo”. “Hemos visto años de poca inversión en el desarrollo de la próxima ola de proyectos de cobre después de que pase esta ola de proyectos que están en construcción”, comentó.
Al respecto, alertó que el tiempo promedio para llevar los proyectos de cobre al mercado ha aumentado a más de 11 años y sigue aumentando.
“A medida que las empresas se aventuran en nuevas jurisdicciones que no tienen un historial de minería, también enfrentarán nuevos desafíos. La madurez institucional es vital para proyectos de gran envergadura, una de las razones por las que apostamos por invertir en Chile”, aseguró.
Sobre nuestro país -donde la canadiense construye el proyecto Quebrada Blanca II-, Bharmal indicó que se logró un 40% de avance al final de 2020 y que anticiparon la primera producción en la segunda mitad de 2022.
El ejecutivo sostuvo que “la intensidad de capital requerida para la minería del cobre continúa ejerciendo una presión alcista significativa”. Y, a pesar de la liquidez financiera global en general, “hay escasez de capital disponible para comprometerse con nuevos proyectos totalmente nuevos de tamaño y escala”. De todas formas, estimó que eventualmente se atraerá dinero, pero llevará más tiempo y seguirá siendo escaso.
En ese marco, espera que la demanda de cobre “se duplique de aquí a 2050” recalcando que hay razones para ser optimista “no solo debido a los desafíos de suministro, sino a su rol como parte esencial en un futuro bajo en carbono”.
Por su parte, el analista principal del CRU, Erik Heimlich, señaló que, a pesar de un 2020 complejo, los fundamentos del mercado del cobre siguen siendo sólidos. Estimó que la producción existente se recuperará en 2023 y que la brecha de suministro alcanzará 5,9 millones de toneladas en 2031.
El experto agregó que podrían producirse 10,6 millones de toneladas de nueva producción si el precio es suficientemente alto. Además, señaló que todavía la intensidad de capital se mantiene alta y alertó que “si aumentara, sería un desafío importante para los proyectos”.
Y advirtió: “La gran cantidad de proyectos en la cartera de cobre puede ser engañosa. El progreso ha sido muy lento y están comenzando a surgir nuevos desafíos”.
La detención de la minería en Perú durante dos meses el año pasado también fue parte de la conversación. Según Víctor Gobitz, CEO de Antamina -una de las faenas más relevantes de ese país-, después de ese episodio la industria pudo desarrollarse.
"Ahora estamos minimizando el impacto en nuestra fuerza laboral. Perú está enfrentando esta segunda ola, pero la industria minera de cobre en su totalidad está funcionando bien, porque hemos establecido protocolos muy robustos".
Sobre el escenario político en ese país, Gobitz comentó que hay muchos grupos minoritarios políticos. "Esperamos que haya un Congreso muy fragmentado, pero dos tercios de los diputados están a favor del mercado, con lo cual necesitamos un diálogo político para crear consenso y para evitar la situación que hemos vivido en los últimos años", sostuvo.