(Especial) La minería de Catamarca salió a la calle a expresar sus posiciones y a reclamar al poder político y a la sociedad un reconocimiento a su protagonismo.
La ruidosa y nutrida caravana, en la que participaron 400 vehículos más otro millar de trabajadores que decidieron manifestarse a pie, terminó en una conversación de los referentes de la convocatoria con el gobernador Raúl Jalil, quien les prometió un diálogo más extenso el próximo martes para hablar sobre minería, desarrollo y licencia social en la provincia.
Después de la satisfacción por la movida que muchos en el sector reclamaban para contrarrestar las acciones callejeras y violentas de la anti minería, le queda por delante a la actividad minera catamarqueña una agenda nada liviana si es que quiere volver a poner a la provincia en el liderazgo minero que alguna vez tuvo en el pasado reciente del país.
Aunque no lo reconozca en público, el ataque y destrucción de la sede de minera Agua Rica representa un daño que urge contrarrestar porque ha envalentonado a quienes no quieren más minería en la Argentina y ha puesto entre paréntesis al futuro de inversiones, empleo y beneficios.
Sólo basta con pasearse por las redes incansables de la militancia anti minería para ver como entre sus objetivos está el no dejar prosperar ni a Agua Rica ni a ningún otro proyecto del "maldito extractivismo". Redes que son alentadas y visitadas en muchos casos por dirigentes y simpatizantes de la propia coalición gobernante del país. Protocolicese y cópiese a quien corresponda.
Por el lado de la minería está visto que no es soplar y hacer botella y tampoco puede llamarse al engaño con que saliendo un viernes a las calles la tarea está cumplida y a brindar se ha dicho. El proyecto cuprífero Agua Rica, que procura desarrollar MARA, la alianza de Yamana Gold con Minera Alumbrera, que contiene a Glencore, Newmont y las estatales YMAD y CAMYEN, está lejos de ser una realidad y antes de lograr la licencia social necesita recorrer un camino de precisiones técnicas, geológicas y ambientales puestas en minuciosidades, como para poder decir a esta altura de su historia que sólo los necios y negacionistas no quieren dejarlo avanzar.
La política de Catamarca ya no puede refugiarse más en su discurso de que los conflictos son todos de baja intensidad. El reciente arrugue de los tres poderes provinciales frente a los violentos ha dejado mucho que desear. Deberían garantizar, si el objetivo del Estado es realmente promover la minería, la libre circulación de trabajadores y equipos de las mineras, hoy asediadas por los violentos. Ese fue el reclamo concreto de la convocatoria de hoy.
En el medio de este sándwich está la bendita sociedad, "la gente" a la que tantas veces se alude y que en principio necesita como el pan proyectos que le den futuro, bienestar y dignidad. Pero no a cualquier precio, por eso es que Agua Rica, Catamarca y la minería argentina deben tomar nota urgente de la gravedad de lo ocurrido y vencer la pereza, si es que de eso se trata.
Felicitaciones por la marcha de hoy. Aquí no termina la historia abierta con el vandalismo en Andalgalá el sábado 10 de abril. Recién comienza.
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Un importante grupo de trabajadores mineros del Oeste catamarqueño, se congregaron en la Plaza 25 de Agosto, frente al Palacio Municipal de la Capital, para marchar a favor de la minería y del trabajo responsable.
En diálogo con El Esquiú Play, Julio Contreras, miembro de la Comisión Directiva AOMA, dijo que a raíz de los disturbios realizados días atrás por un grupo de antimineros en Andalgalá, varios proyectos podrían suspenderse y con ello provocaron una “masiva desocupación”.
De la misma manera, Gustavo Molina, secretario de AOMA dijo que se dirigirán hasta el Centro de Innovación, actual Casa de Gobierno, para entregarle al gobernador Raúl Jalil un comunicado de “Sí a la Minería”.