Votaron 5,7 millones sobre un padrón de 14 millones
La Convención Constitucional chilena, que redactará la nueva Carta Magna a partir de junio próximo, estará marcada por la diversidad y por la poca influencia que tendrán los partidos políticos tradicionales de las grandes coaliciones.
Con cerca de un 90% de las mesas escrutadas a nivel nacional, los independientes conseguirán 30 de los 155 escaños en el órgano constituyente, algo que nadie esperaba.
La derecha oficialista del presidente Sebastián Piñera sufrió una fuerte derrota y Piñera debió admitir que ni el gobierno ni los partidos tradicionales están "sintonizando adecuadamente con las demandas y anhelos de la ciudadanía".
Aunque fue de la mano del Partido Republicano, de extrema derecha, ese sector político no alcanzará ni el tercio de la convención necesario para poder negociar algunas las normas de la nueva Constitución: habría logrado solo 39 escaños, según el escrutinio, y necesitaba al menos 52.
El centroizquierda unido en la lista Apruebo —que aglutina a buena parte de la Concertación, que gobernó Chile entre 1990 y 2010—, habría obtenido 25 constituyentes, incluso por debajo de la lista también de izquierda Apruebo Dignidad, que conformaron los comunistas y el Frente Amplio, que se quedaría con 28 legisladores.
En Chile se desarrollaron este fin de semana elecciones constituyentes, de gobernadores regionales y las municipales, pero el voto en los comicios constituyentes era el de mayor importancia por sus implicancias en el destino del país: los 155 miembros de la convención tendrán en sus manos la redacción de la nueva Carta Fundamental, que reemplazará a la vigente.
Nacida en 1980, en plena dictadura de Augusto Pinochet, la actual tiene medio centenar de reformas, en su mayoría de finales del régimen militar y del gobierno de Ricardo Lagos (2005).
Salida institucional. Cuando el estallido social puso entre las cuerdas al sistema, en octubre de 2019, la clase política ofreció el camino de la Constituyente como la única vía para canalizar las demandas sociales institucionalmente.
La Convención será diversa, por lo que se prevé que será complejo sellar acuerdos, y las estimaciones de las semanas previas indicaban que los independientes lograrían entre ocho y 16 escaños, dadas las dificultades para lograr cupos en un sistema que privilegiaba las listas dentro de los partidos.
Por estas trabas muchos candidatos sin militancia optaron por presentarse con el respaldo de diferentes colectivos, por lo que la cantidad de convencionales que no le rindan cuentas a los partidos y a las coaliciones grandes podría ser incluso mayor.
“La ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje, tanto al gobierno como a todas las fuerzas políticas tradicionales: no estamos sintonizando adecuadamente con sus demandas y anhelos”, admitió Piñera desde el Palacio de la Moneda.
La derecha ha sufrido una herida profunda ya que no solo no alcanzó el tercio de la convención, lo que la deja en una situación difícil, sino que perdió municipios importantes como Maipú, Estación Central y Viña del Mar. El Partido Comunista, en tanto, le arrebató la alcaldía de Santiago, la de mayor simbolismo.
Las elecciones se desarrollaron de manera impecable, como ya es tradición en el país trasandino, y unos 14,9 millones de ciudadanos estaban en condiciones de elegir a los redactores de la nueva Constitución, que conformarán un órgano paritario entre hombres y mujeres y con 17 escaños reservados para los pueblos originarios.
Ha sido una votación compleja, con cuatro votos y una gran cantidad de postulantes y es la primera vez, además, que un país de la región programa dos jornadas de sufragios por la pandemia de Covid-19, lo que ha cambiado los hábitos de los votantes, acostumbrados a hacelo solo en domingo.
El sábado las urnas quedaron al resguardo de las Fuerzas Armadas y del Servicio Electoral (Servel), sin que se registraran incidentes.
De acuerdo a las proyecciones, habría votado en torno al 40% del padrón electoral en un contexto adverso: en medio de una pandemia con 37.617 casos activos, una crisis económica que dificulta incluso el pago del transporte público para concurrir a locales de votación que muchas veces quedan lejos de los domicilios, la postergación de esta elección (que estaba programada originalmente para abril) y la dificultad propia de un proceso con cuatro votaciones simultáneas.