Mientras el organismo pide que ya no se invierta más en exploración, empresas en el país afirman que todavía hay mucho crudo por extraer
ALFONSO LÓPEZ SUÁREZ
Si bien la idea de comenzar a recortar producción de petróleo en el mundo cada día toma más fuerza, lo cierto es que todavía quedan muchos años en extracción de crudo y gas, mientras la transición energética entre las petroleras sigue ganando terreno.
Y en Colombia, el panorama de la operación hidrocarburífera no dista mucho de esta realidad.
Una petición de la Agencia Internacional de Energía (AIE) invitando al mundo a evitar “que en el futuro se desarrolle” cualquier nuevo proyecto de exploración para mantener el calentamiento global bajo control, fue anunciada en días pasados.
Según el organismo, cuya solicitud generó debate porque le habla al oído a los países desarrollados, se sustenta en una rápida disminución de la demanda de combustibles fósiles, por lo que no se requiere exploración y menos nuevos campos de petróleo, sin incluir los ya proyectados, para su desarrollo.
El lineamiento de la AIE llama aún más la atención si se tiene en cuenta que, hasta este momento había insistido en la necesidad de invertir en el petróleo para garantizar el suministro en el mundo.
Al compás de las petroleras
Mientras en el mundo se sigue hablando de detener la extracción de petróleo, en Colombia las hidrocarburíferas a la par de incrementar sus proyectos en energías limpias y renovables, afirman que todavía queda mucho crudo y gas por extraer, incluso con no convencionales y offshore.
“La compañía está concentrada en un proceso de transformación para ser una empresa integral de energía, que mantiene su negocio tradicional de petróleo y gas natural con mayor eficiencia, protección al medio ambiente y mejor calidad de sus refinados, y simultáneamente incursionando en nuevos negocios de energía y teniendo un ambicioso plan de desacarbonización”, explicaron voceros de Ecopetrol.
La petrolera nacional, que tiene a su haber más del 75% de la operación hidrocarburífera del país, y que asegura que todavía seguirá extrayendo crudo y gas por “muchas décadas”, destinó para sus tareas del 2021 al 2023 una inversión entre US$ 12.000 millones y US$ 15.000 millones “orientado a restablecer la senda de crecimiento, aumentar la competitividad, cimentar la agenda de transición energética y profundizar la sosTECnibilidad, como uno de los pilares estratégicos de la operación”.
En un plano similar está la multinacional Frontera Energy, cuya tarea se centrará en seguir produciendo crudo y gas a corto, mediano y largo plazo en el país, pero al mismo tiempo intensificará sus tareas en la transición energética.
“En el plan trazado para el 2021, lo que buscamos con la nueva estrategia es privilegiar el valor sobre la producción. Calculamos un Ebitda de US$ 300 millones; un inversión entre US$ 110 millones y US$ 130 millones para producción, y entre US$ 110 millones y US$130 millones para exploración”, señaló su CEO, Orlando Cabrales Segovia.
En materia de descarbonización, Frontera viene adelantando un programa el cual busca reducir a corto y mediano plazo los niveles de CO2 en un 40% en sus campos de producción. Así mismo, un 10% en el consumo de agua que se utiliza en las tareas de extracción.
Así mismo, y como eje en la transición energética, la multinacional enfocará su operación en fortalecer la producción de gas natural, considerado como un combustible limpio, sumado a que el país todavía tiene mucho por ofrecer, y por décadas, en este energético.
Por su parte, la también multinacional canadiense Canacol Energy, desde el 2013, inició el proceso de transformación energética, dando un giro a su enfoque para dejar de producir hidrocarburos líquidos para apostarle al negocio de gas natural convencional en Colombia.
“Tras una serie de adquisiciones, logramos posicionarnos como un actor relevante y con mucho potencial en el mercado un energético clave de la transición”, recalcó su presidente y CEO, Charle Gamba.
Además de reiterar que la producción de esta hidrocarburo será para muchos años, y que si bien adelantan los planes de descarbonización en sus operaciones, subrayó que el plan de inversión para todo el año 2021 en US$ 140 millones dentro del cual resaltó la perforación de 12 pozos, nueve de ellos exploratorios.
“Hemos enfocado nuestro capital, tanto humano como financiero, principalmente en el desarrollo y crecimiento de nuestro negocio de gas natural como estrategia en la transición energética, a través de la ejecución de importantes programas y montos de inversión en actividades de exploración y desarrollo en nuestros contratos situados en la cuenca del Valle Inferior del Magdalena”, señaló Gamba.
Agenda a seguir
Para analistas consultados por Portafolio, el cambio climático y la transición energética hacia fuentes limpias es sin lugar a dudas una agenda que deben seguir tanto los gobiernos como las empresas, independientemente del sector donde operan.
“Para el caso de las petroleras, hemos visto recientemente como las juntas directivas han nombrando miembros que buscan mayores inversiones en energías renovables. Y en Colombia, las hidrocarburíferas que dependen de grandes corporaciones ya lo están implementando en todos los niveles”, explicó Nicolás Arboleda, asociado de Energía, Minería e Infraestructura de Baker McKenzie.
El analista recalcó que habrá algunos países, así como las empresas petroleras que por su situación de mercado puedan hacer “la transición” rápidamente, así como otros que las diferirán a más largo plazo.
“Estamos conscientes que el enfoque de las petroleras ha cambiado y continuará cambiando, pero Colombia podrá seguir adelante con sus proyectos hidrocarburíferos ya que el desplazamiento del crudo y del gas tomará varias décadas y no será absoluto ni de un día para otro”, subrayó Arboleda.