SIMÓN SALAS SEEBER

En un informe presentado el viernes 2 de julio, Loma Negra, la empresa argentina que se centra principalmente en la fabricación y comercialización de cemento, hormigón y agregados, anunció que, en el plazo de los próximos 60 días, se dispone a recomprar hasta el 10% del capital social, teniendo como monto máximo a invertir $975.000.000.

La finalidad de este acto es "disponer eficientemente de una porción de liquidez de la sociedad lo cual podrá redundar en un mayor retorno de valor para los accionistas considerando el actual valor atractivo de la acción"

Por su parte, el Directorio de Pampa Energía, considerando la a diferencia entre el valor de los activos de la Sociedad y el precio de cotización de las acciones en el mercado, emitió un comunicado anunciando un ambicioso plan de recompra de acciones por hasta US$ 30 millones.

Con la finalidad de hacer un uso eficiente de la liquidez disponible, se utilizarán las ganancias obtenidas hasta el 31 de marzo de 2021 para recomprar hasta el 10% del capital social. El precio máximo fijado para esta recompra es de "US$15,5 (quince con cincuenta dólares estadounidenses) por ADR en el New York Stock Exchange y hasta un máximo de $110 (pesos argentinos ciento diez) por acción en Bolsas y Mercados Argentinos S.A".

¿Por qué es positivo para los inversores?

Warren Buffet, el legendario inversor, siempre estudiaba con atención qué decisiones tomaban los administradores de una empresa, optando por las que que recompraban acciones sobre las que pagaban dividendos.

Algunos inversores prefieren que la empresa entregue dividendos grandes, pudiendo ver de primera mano los beneficios que les está brindando la acción comprada. Warren, en cambio, siempre apostó por el largo plazo. Argumenta que no es lo más conveniente para el inversor que se paguen dividendos, sino que es aún más rentable que se use ese dinero para recomprar acciones.

¿Por qué?

Porque el dividendo reinvertido añade valor a mi aporte inicial. Es decir, mi acción ahora representa un porcentaje mayor, porque la empresa se las compró a sí misma y yo tengo acciones de esa empresa. Si disminuye la cantidad de acciones repartidas en el mercado y vuelven a ser de la empresa, el valor de las que yo tengo se ve incrementado. 

El beneficio no sólo es inmediato, ya que aumenta el valor de mis acciones, sino que es más rentable a largo plazo, ya que la base aumenta año a año. La próxima entrega de dividendos se hará sobre la base de las acciones que tengo, que ahora son más grandes gracias a la recompra de acciones, lo cual deriva en un círculo virtuoso.