La estrategia de los emprendimientos mineros en el mundo tiene como uno de sus pilares la eficiencia general, en muchos sentidos, y materializada en el mejor uso de los recursos, el apego al cumplimiento legal y regulatorio, el cuidado ambiental y la profunda responsabilidad social para con las comunidades que viven próximas a los proyectos.

En este sentido Eramine Sudamerica cuenta con algunos hitos importantes en estos últimos años:

En 2017 Se comienza a trabajar en la zona de interés en Ratones, donde está la planta piloto actualmente. 

Ese año, se realizó el primer Reporte de Sostenibilidad, de acuerdo con los lineamientos del Global Reporting Initiative (GRI) y su contribución a los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas.

A fines de 2018: se completa el Estudio de Factibilidad del proyecto, se realiza la primera autoevaluación en el estándar “Hacia una Minería Sustentable” de CAEM.

En febrero de 2019: la Autoridad de Aplicación aprobó el Estudio de Impacto Ambiental y Social, emitiendo la Resolución 61/19 (Declaración de Impacto Ambiental para la etapa de Extracción de Salmuera de Litio y producción de Carbonato de Litio). 

Se realiza la construcción de la Planta Piloto y del Campamento Centenario Ratones, y se ejecutan una serie de obras dando comienzo a la ejecución del proyecto.

El 11 de diciembre de 2019, se logró el primer gran objetivo del Proyecto Centenario Lithium, la producción de los primeros 5,5 kg de Carbonato de Litio grado batería, en el TC o Planta Piloto.

Y en 2020: se realiza la Firma del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, con la Comunidad de Santa Rosa de los Pastos Grandes y los Puesteros aledaños al proyecto.

El uso de fuentes de energías limpias, es decir aquellas que no generan impacto negativo alguno y con alta eficiencia, constituye una herramienta que contribuye a los principios  comentados, considerando que utilizan recursos naturales de disponibilidad ilimitada (energía solar, vientos, caída o caudal de agua disponible), que no generan residuos de ningún tipo, que permiten acceder a zonas habitables o industriales a costos razonables donde no llegan los servicios de energía convencionales y que permiten el desarrollo de nuevas actividades por la oferta de energía que no era disponible en forma eficiente, entre otras.

Así lo entiende la empresa Eramine Sudamérica S.A. que, aun estando en etapa de  construcción y ejecución de su proyecto Centenario Ratones, está invirtiendo en un campo solar para producir energía eléctrica en el Salar de Ratones en la provincia de Salta.

Se trata de un proyecto de montaje de un campo de producción de energía eléctrica, usando energía solar por medio de paneles fotovoltaicos para reducir el consumo de combustibles fósiles. Esta planta comienza en módulos de 300KW con posibilidad de ampliarla a valores mayores en el futuro cercano.

En el mundo existen muchos campos de generación eléctrica por medios fotovoltaicos en operación, particularmente en lugares con amplia radiación, zonas desérticas en general y con disponibilidad de terrenos para el montaje de millones de paneles fotovoltaicos, fabricados y comandados para maximizar la recuperación de energía solar.

Los mayores se encuentran en India, China, Estados Unidos, México, España, Egipto y Emiratos Árabes Unidos; también la Argentina, en la zona de Cuyo y del NOA, cuenta con campos solares fotovoltaicos en operación y en progreso de licitación o de construcción, aprovechando las cualidades ventajosas de la radiación solar que torna a estas regiones en privilegiadas en un ranking mundial.

Los mayores emprendimientos utilizan esquemas de financiamiento público-privado ya que están destinados a ofrecer energía limpia a zonas pobladas usando los sistemas interconectados de energía eléctricos existentes; en otros casos, como en Eramine, son proyectos autofinanciados para consumo propio ya que no llega el servicio de interconexión eléctrica.  

La zona puneña del NOA, con alta riqueza solar, propone desafíos para su aprovechamiento, debido a las condiciones ambientales propias de zona de altura y por la lejanía a los centros poblados.  Las extensas distancias a puertos o zonas comerciales más la infraestructura insuficiente eleva los costos de logística necesaria para llevar al sitio las estructuras, paneles fotovoltaicos, cables y equipos eléctricos; los fuertes vientos del lugar, que son muy altos en algunos meses del año, dificultan los montajes y requieren profundos análisis ingenieriles para definir los detalles estructurales y la altura de 4000 metros sobre el nivel del mar hace que los rendimientos humanos y técnicos sean menores.

Resulta indiscutible el hecho que el uso de energía limpias, como la fotovoltaica, reduce en millones las toneladas al año de emisión de dióxido de carbono, contribuyendo a la reducción de la huella de carbono considerablemente y evitando ser fuente de calentamiento global.

Para el logro de estos beneficios se requiere tener una política de desarrollo de sustentabilidad, para materializar los proyectos invirtiendo en preparación del terreno, en la compra de estructuras metálicas, en la compra de paneles de tecnologías apropiadas, adquisición de cables y subestaciones, compra de convertidores e implementación de procesos automatizados para lograr la máxima eficiencia energética y efectivo acople a las fuentes de energía principal.