Minería argentina: Anuncios y preguntas en tiempos de la Guerra Fría
Días de balances plurianuales. Y de vasos medio vacíos e idem llenos industria nacional. Alberto Fernández ha pasado por San Juan, meca de la minería argentina dejando para el aplauso el conocido apotegma: "sin minerales no habría nada". Chocolate por la noticia, a ver si eso mueve la aguja de un sistema político, social e ideológico que impugna la "maldición de las extractivas". Las redes del sector ardían en comentarios sobre las tardías adhesiones y bendiciones presidenciales a la minería moderna.
En Mendoza, y recientemente en Chubut, la Nación tan pro minería como lo es, tardó tanto como el general Alais (aquel que debía reprimir a "carapintadas" en 1987 y nunca llegó) en repudiar, auxiliar, expresarse, frente al ataque a lo que días después consideró estratégico.
Fernández en San Juan: Renovables y minería son imprescindibles
Dejando a un costado esas dos derrotas ruidosas para la actividad y volviendo al mapa pro minería de la Argentina. (hasta ahora, porque todo es movible) los dos informes oficiales de estos días (ver documentos que acompañan a esta crónica) que pusieron énfasis en las inversiones potenciales en el país y en el inventario de proyectos - nuevos y de expansión - y de minas en operaciones alimentaron nuevos briefs de filiales en el país y brokers de negocios.
La cifra de US$ 53.000 millones de inversiones, el horizonte de US$ 15.000 millones/año en exportaciones, más empleos, impuestos y todos los otros derrames socioeconómicos consiguientes tienen un respetable volumen.
Periodismo y público han digerido los anuncios inversores del año pasado como realizaciones. Pero otra cosa es la inversión directa del Exterior, la IED, los montos puros y duros que ingresaron al país que en 2021 rebotó tras el desastre global del primer año de pandemia, pero que sigue inmerso en una crisis estructural y un escenario de pobreza inmóvil de complicados augurios.
Ómicron reina mientras Biden hace lo que puede versus Xi que con Putin a la vera desafía a Occidente. El mundo está más caro, desigual e incierto. ¿En este contexto, habrá inversión minera en Argentina en el corto plazo, además de esta oportunidad única del litio que ha desperezado a nuestros salares? La última carta furibunda de Cristina Kirchner adhiriere a las tesis de Joseph Stiglitz, el padrino de Guzmán. "Háganse cargo" dice la accionista mayoritaria del poder hasta que se demuestre lo contrario, aunque el FMI no trastabillará por nuestras deudas que representan la quinta parte del pasivo nacional.
Los argentinos suelen creerse únicos, pero algo muy parecido en términos de derroche e inviabilidad fue la crisis de la deuda griega en 2010. Europa y Alemania tomaron cartas para que no arrastrara al sistema monetario de la UE. Estas lejanas pampas y montañas hoy resecas tienen tal vez otro activo, el rol geo estratégico del concierto de la nueva Guerra Fría y el potencial desestabilizador de Argentina para la región por una fragmentación y eventual radicalización en medio del retorno de las izquierdas y populismos en América Latina. En 2023 aquí puede perder la coalición gobernante pero los capitales están previsionando que cualquier alternancia difícilmente gobernará con paz social.
¿Es antojadizo este desvío cuando se habla de minería? Veamos: Pedro Castillo hablará en Davos y rezará el credo de la protección a las inversiones, aunque luego le dispute plusvalías, con los números de la minería en la mano. Esta industria creció fuerte en 2021 y sostuvo con sus exportaciones la recuperación del Perú . Gabriel Boric, a las puertas de su asunción, ha ratificado en cónclaves empresariales que no abjura del "salario del cobre", a pesar de que su militancia va llenando de proyectos anti minería la Convención Constitucional. Versus Argentina, estos vecinos expresan las diferencias biológicas entre el embrión y el desarrollo minero mismo.
Lindero: La mina de oro que revolucionó a Salta
Mientras la plutocracia política discute y distrae al público desde Buenos Aires con ensayos y errores como administrar la decadencia, en 2021 hubo un caso prístino de cómo una nueva mina puede impactar en una provincia. Fue el de Lindero y su impacto en Salta, como ocurrió en los albores del siglo con Veladero en San Juan. Una vez más, la debilidad ínclita de la minería metalífera es su lenta maduración, lo que se agrava en Argentina porque, entre vaivenes, el botón de pánico siempre se lleva a mano.
La gran ventaja comparativa que tuvo el año que pasó fue para la exploración que pudo alimentar sus presupuestos con el dólar contado con liquidación (CCL) para buscar pasar a reservas recursos que son fabulosos según la prensa mundial y sobre los cuales viene informando Mining Press.
La postergación por el virus de la feria PDAC en Canadá, cenit de la exploración minera mundial, es posible que le de tiempo al país para ordenar el escenario macro y poder llevar algo más concreto que lo que viene mostrando en las dos últimas décadas.
En el camino hay otros abordajes que debilitan al sector minero. Por un lado, la crisis hídrica que tiene a San Juan con sus embalses languidecientes como muestra más elocuente y, por otro lado, el rechazo de grupos de alto poder de fuego, prohijados por la política, que buscan abortar cualquier nuevo proyecto. El colapso del Estado denunciado también en estas páginas asiduamente, es otro problema que complica no sólo a este sector sino a todos los ámbitos productivos y laborales del país.
Ahora parece ponerse de moda la demonización del oro y la sacralización del cobre, al compás de quimeras de electromovilidad que proyectan "autos eléctricos para todos" cuando ni siquiera hay fluido garantizado en hogares, comercios e industrias. Resulta algo patético ver como empresas, accionistas y bancos se suman a la monserga confusa de un mundo verde y sin impacto ambiental, pero prima facie de costos económicos y sociales altísimos
La Argentina para ser minera no puede obviar sus disfunciones básicas que la complican. Hay ejemplos como el del Santa Cruz, con menores costos logísticos y aval político para el Macizo del Deseado, que sin embargo hoy no alienta a la inversión. Mucho tiene que ver una lógica sindical que la minería no menciona en público pero que establece otro toma y daca en las faenas mineras.
Agua Rica: la promesa de cobre en Catamarca
El cambio de elenco en la Secretaría de Minería de la Nación, un órgano disputado por el internismo peronista desde hace tiempo, ha despertado conjeturas sobre si se viene una gran oportunidad para Agua Rica. El ensamble entre el yacimiento del cobre y el complejo industrial de la agotada Alumbrera se ha demorado largamente entre devaneos políticos y de las mineras concesionadas.
Catamarca es un ejemplo de la minimización de los conflictos. Hace nueve meses un grupo violentos quemó la sede de Agua Rica y el ataque sigue impune en la provincia de la hoy secretaría Fernanda Ávila. El mapa de molotovs y los escraches es vasto y cuando llueven las piedras suele quedarse en silencio la Casa Rosada hasta recobra el habla a la hora de la la autopsia. Los actores de la minería, han menospreciado este factor con frecuencia para no espantar a sus jefes extranjeros, sino cambian la mirada probablemente vivirán nuevas frustraciones.
Los hidrocarburos sí que son estratégicos, como se vio en la defensa del gobierno nacional a la concesión offshore. La política energética apunta hoy a más transporte de petróleo y gas para importar menos y exportar más. Y compensar con estas divisas lo que la gran seca de La Niña está arrasando en la Pampa Húmeda y el Litoral.
Jaime Bergé, recordado empresario sanjuanino decía que es probable que el planeta con este modo de producción y consumo tenga un horizonte de sólo 200 años o menos. "Mientras tanto necesita cobre y tal vez mañana precise otra cosa superadora y perdamos la oportunidad", advertía. Argentina es el ejemplo planetario más diáfano de que los recursos naturales no lo son todo. Como dice el tango "Suerte loca", que está por cumplir 100 años, al saber le llaman suerte. Y a la suerte hay que ayudarla.
Tango argentino. "Suerte loca" (aieta y garcía jiménez, 1924) por Roberto Goyeneche
SUERTE LOCA: LA LETRA
En el naipe del vivir,
Suelo acertar la carta de la boca
Y a mi lado oigo decir,
Que es porque estoy con una suerte loca.
Al saber le llaman suerte,
Yo aprendí viendo trampearme
Y ahora solo han de coparme,
Cuando banquen con la muerte.
En el naipe del vivir
Para ganar, primero perdi.
Yo también entre a jugar
Confiado en la ceguera del azar
Y luego vi que todo era mentir
Y el capital en manos del mafir.
No me crees, te pierde el corazón,
Que fe tenes, sabes que no acertas,
Que si apuntas a cartas de ilusion,
Son de dolor las cartas que se dan.
No me envidies si me ves acertador,
Pues soy el desengaño
Y si ciego así perdes,
Es que tenes los lindos 20 años.
El tapete es la esperanza
Y a pesar de lo aprendido,
Si me dan lo que he perdido,
Vuelve a hundirme la confianza.
Suerte los que conservas una ilusión
En tanto penar.