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ESCENARIO
OCDE: Ucrania impacta en PBI global. En América Latina
MINING PRESS/ENERNEWS
21/03/2022

ANAHI ABELEDO

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) rebajó su expectativa de crecimiento mundial por los efectos económicos que causa la guerra en Ucrania, aunque advierte que el fenómeno negativo será a nivel mundial, Rusia se llevaría las peores cifras.

El mayor impacto de la guerra en Ucrania se sentirá en la Unión Europea, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, que estima que ese continente perderá dos puntos porcentuales de crecimiento, mientras en el resto del mundo será uno.

Esta es la primera evaluación de las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania que presenta el organismo y afirman que ninguna región se escapará de las consecuencias. “En medio de la incertidumbre, la OCDE estima que el crecimiento económico mundial podría ser este año más de un punto porcentual inferior al previsto antes del conflicto”, cita el informe.

Según ellos, la razón principal radica en que la demanda global quedará debilitada y el poder adquisitivo se verá reducido por las presiones inflacionistas, que estiman en 2,5 puntos porcentuales más de lo que se esperaba.

“La inflación, ya elevada a principios de año, podría ser más alta de lo que habría sido si no hubiera estallado la guerra en al menos otros 2,5 puntos porcentuales en el conjunto de los países”, agregan.

En sus últimas previsiones de diciembre, la OCDE había pronosticado que la economía global seguiría el ritmo de la recuperación tras la crisis del Covid-19, con una progresión del PIB del 4,5 % en 2022 y del 3,2 % en 2023, pero las cifras fueron superadas por el conflicto bélico en Europa del Este.

Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, "la crisis humanitaria impuesta al pueblo ucraniano" a causa de "la agresión a gran escala" de Rusia, constituye también un ataque contra los valores democráticos.

“La guerra está provocando un fuerte choque de oferta, que se suma a las presiones inflacionistas y a las perturbaciones por la crisis del covid-19. Está el impacto negativo sobre la confianza que al mismo tiempo afectará negativamente en el consumo privado y en las decisiones de inversión de las empresas”, comentó Cormann.

La fuerte dependencia de Europa con el gas y petróleo ruso les pasará factura, según el funcionario. El continente depende en el 27 % del petróleo ruso, un 41 % del gas y un 47 % del carbón.

“En el contexto actual Europa, en particular, tendrá que estar a la altura de las circunstancias y reevaluar la estructura y el diseño del mercado para garantizar la seguridad y el acceso a la energía, sin dejar de centrarse en lograr la neutralidad del carbono para 2050” agregó.

Aunque los países en conflicto representan apenas menos del 3% del PIB mundial, son importantes proveedores de materias primas, no solo de gas o petróleo, en la actualidad representan el 30 % de las exportaciones de trigo y el 20 % de las de maíz a nivel mundial.

 

INFLACIÓN, EL CRUDO EFECTO DE UNA GUERRA LEJANA QUE GOLPEA A LOS LATINOAMERICANOS

Los precios del petróleo y los granos que produce América Latina se dispararon por la guerra en Ucrania, una situación que a primera vista parece positiva para la economía regional pero que tiene una contracara: es la vuelta de la inflación galopante, de los alimentos y el combustible por las nubes.

El FMI lanzó una advertencia: la invasión rusa de Ucrania provoca una onda expansiva que dispara el costo de alimentos y energía, con impactos “sustanciales en algunos casos”.

El remezón es generalizado en una región que tiene una tasa de inflación promedio anual de 8%, con extremos de más de 50% en Argentina, más de 10% y en ascenso en Brasil, e hiperinflación endémica en Venezuela.

Algunas naciones latinoamericanas son importadoras netas de petróleo, por lo que el fuerte incremento de los productos energéticos -el crudo rozó su máximo histórico de US$ 147.5 el barril hace 10 días- perjudica sus finanzas.

Otros, como Colombia, que tienen en el crudo su principal exportación, o México, cuya canasta petrolera subió de precio, tratarán de compensar el aumento de los alimentos con los extras del oro negro.

Sin embargo, ningún país estará a salvo del flagelo inflacionario que vino con la guerra.


INCERTIDUMBRE EN EL AGRO
La porción de Rusia en la balanza comercial latinoamericana es pequeña: Moscú importa 3.18% de lo que consume y exporta 1.48% a esta parte del mundo, según el Banco Mundial (BM). Pero tanto Rusia como Ucrania son grandes exportadores de granos y petróleo, los dos productos que más han subido por los temores a una escasez por la guerra y por las sanciones al comercio ruso.

El analista de la firma brasileña SAFRAS & Mercado Luis Fernando Gutierrez Roque ilustra las dos caras de la moneda.

“El conflicto tiende a reducir las exportaciones de maíz y trigo de ambos países (Rusia y Ucrania), lo que favorece a otros grandes productores y exportadores, como Brasil”, señala.

Pero Rusia es el principal proveedor de fertilizantes de Brasil, que depende de este insumo para asegurar su producción.

“No tenemos ninguna garantía en el tema del transporte marítimo de mercancías”, gravemente perturbado por la guerra, “ni en el del suministro de fertilizantes”, explicó a la AFP Cesario Ramalho, presidente de la Asociación Brasileña de Productores de Maíz (Abramilho)

La preocupación es compartida en Argentina, el mayor productor de soja del mundo, así como en otros países agrícolas tradicionales de la región como Uruguay y Paraguay, e incluso en Ecuador, que exporta 21% de su producción de bananas a Rusia.

Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario destacó “la influencia” rusa “en los precios mundiales de los fertilizantes”, por ser el principal proveedor, con unas 35 millones de toneladas anuales.


ENERGÍA GOLPEA PAREJO
El sensible aumento del crudo ha golpeado a casi todos los países, incluso a algunos productores que tienen que importar derivados.

“El aumento en el precio de nuestras exportaciones primarias puede ser un factor positivo, aunque el menor crecimiento de la economía mundial conspirará contra el resto de nuestras ventas al exterior, y deberemos hacer frente a un abultamiento de la factura por las importaciones de energía”, ejemplificó el economista Víctor Beker, de la Universidad de Belgrano de Argentina.

Brasil, explica de su lado Gutierrez Roque, sufrirá como otros “el principal efecto” de la guerra que es “la inflación derivada de la subida del petróleo, materias primas e insumos productivos para la agricultura”.

De hecho, hace 10 días, la estatal Petrobras anunció aumentos de la gasolina y el diésel de 18.8% y 24.9% respectivamente, “como resultado de la guerra entre Rusia y Ucrania”. En Paraguay, el incremento de precios de los combustibles fue aún mayor: 70% desde que comenzó el conflicto.

En México, el gobierno espera utilizar los excedentes derivados del alza del petróleo para subsidiar combustibles y contener la inflación de 7.07% a 12 meses en enero.

En efecto, la mezcla mexicana de crudos saltó a casi US$ 120 por barril frente a los US$ 55 previstos en el presupuesto de 2022.

“Sin embargo, México es también un gran importador de gasolina, que supera el volumen de las exportaciones de crudo, por lo que el efecto neto para las finanzas del país terminaría siendo negativo”, advirtió Benito Berber, economista en jefe para América Latina en NATIXIS.

“El costo para el consumidor mexicano será el de una mayor inflación” por vía de gasolina, alimentos y también una “volatilidad financiera que ya impacta el valor del peso”, añadió.

Colombia, cuarta economía regional, es “de los pocos países que tiene algún impacto positivo de este conflicto”, anota Luis Fernando Mejía, director del centro de estudios Fedesarrollo, en referencia a los precios del petróleo, que representa 40% de las exportaciones colombianas.


Rusia en Ucrania: Tres riesgos económicos que pone en juego la guerra

ÁMBITO

La Reserva Federal (FED) finalmente movió las piezas para combatir la mayor inflación de los últimos 40 años en Estados Unidos con políticas monetarias más restrictivas en un contexto internacional mediado por la guerra entre Rusia y Ucrania y el impacto en precios que está teniendo en todo el mundo.

¿Qué otros riesgos riesgos económicos están en juego? un reciente informe de Ecolatina da un panorama sombrío que puede afectar más de lo esperado a la Argentina.

La disrupción en el mercado de commodities que se generó a partir de la escalada del conflicto ruso-ucraniano envalentó las presiones inflacionarias y exacerbó el dilema de la FED para no enfriar la recuperación económica.

Según afirmó la consultora, las consecuencias del conflicto ya superan su impacto inmediato sobre los precios de los principales commodities que producen ambos países: las profundas recesiones que sufrirán Ucrania y Rusia sientan las bases para un efecto contagio no solo para la economía europea, sino también para la economía global.

¿Por qué el conflicto excede a la volatilidad vista en el mercado de commodities? ¿Qué riesgos presenta para la economía global? ¿Qué desafíos presenta para la economía argentina?


1. ESTRÉS FINANCIERO
Además de la fuerte volatilidad de los commodities vino aparejado un empeoramiento de las condiciones financieras globales. Los principales índices globales muestran fuertes retrocesos desde que comenzó el año y la volatilidad fue en aumento. Algunos indicadores de estrés financieros alcanzaron su mayor nivel desde abril del 2020, en plena crisis del COVID-19.


2. INFLACIÓN
El miércoles de esta semana pudo haber comenzado el final de una era de ultraliquidez global. La decisión de la FED, para Ecolatina "quedó corta respecto de lo que el mercado esperaba previo a la invasión rusa (+50 bps), pero reflejó la mayor preocupación por la escalada inflacionaria (7,9% i.a., la mayor en 4 décadas), donde el conflicto bélico y geopolítico lógicamente tuvo significancia".

No obstante, a FED espera por lo menos 6 subas de tasas más para el resto del año (mientras que a fines de diciembre proyectaba no más de 4 subas para 2022). Así, llevaría la FED FUND rate a 1,9% a fin de año.

Además, crucialmente, afirmó que comenzará a reducir la hoja de balance este año. Para poner en perspectiva: en la crisis anterior el tightening llegó recién hacia el 2013, aproximadamente 5 años después mientras que ahora llegaría tan solo un año y meses luego de la crisis del COVID-19.

Lógicamente, ante la disrupción observada en el mercado de commodities -impensado en la reunión de diciembre- la FED elevó las perspectivas de inflación (del 2,6% i.a. dic-22 que estimó en dic.-21 al 4,3% i.a. dic-22 que proyecta actualmente). A nivel global, las expectativas de inflación podrían aumentar hasta el 2,5 p.p sobre el escenario base solo por el efecto Ucrania.


3. CRECIMIENTO GLOBAL
Aunque la inflación puede morigerar el impacto de la suba de tasas sobre el crédito y la inversión, el menor crecimiento ya esperado puede verse aún más afectado. Rusia y Ucrania son jugadores importantes del mercado global de cereales, metales y minerales.

Previo a la crisis del COVID, más de 1 de cada 2 dólares que exportó Ucrania correspondían a productos agrícolas (casi en su totalidad cereales y oleaginosas), metales (principalmente hierro y acero) y minería. Con relación a los cereales, ambas naciones representaban (previo a la invasión) aproximadamente un tercio de las exportaciones mundiales de trigo y un quinto de las de maíz respectivamente.

Respecto del trigo, más allá de la explosiva evolución de su precio (+50% desde que comenzó el año, +25% solo desde la invasión), la guerra presenta una potencial crisis humanitaria y alimenticia en algunos países.

Las disrupciones en los suministros globales de los principales productos de exportación de estos dos países ya están generando un empeoramiento de las perspectivas económicas globales. Lógicamente, las economías más afectadas serán las de Ucrania y Rusia, que de un crecimiento proyectado por el FMI el pasado octubre del 2,9% y 3,6% respectivamente, pasarían a caer por lo menos un 7% y 50% según otras estimaciones.

Pero esto no es todo: si bien Rusia y Ucrania de por sí representan poco más del 2% de la economía global (previo a la guerra eran las economías #11 y #56 del mundo), la clave está en los efectos contagio. Por el momento, ya hay recorte en la proyección de crecimiento (del 4% esperado para el 2022 al 2,8% actual) y algunos indicadores de recesión adelantados se acercan peligrosamente al terreno de alerta.


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews

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