Japón ha estado en sintonía con sus aliados occidentales con las sanciones y la dura retórica contra Moscú, llegando a enviar ayuda militar no letal a Ucrania
Japón rompió un precedente de años con su dura respuesta a la invasión rusa a Ucrania, y el conflicto podría modificar la estrategia de defensa de Tokio frente a las ambiciones regionales chinas, según analistas.
Cuando Rusia ocupó la península ucraniana de Crimea en 2014, la respuesta japonesa fue tibia. Pero esta vez ha estado en sintonía con sus aliados occidentales con las sanciones y la dura retórica contra Moscú, llegando a enviar ayuda militar no letal a Ucrania.
La crisis ya impacta los debates sobre los gastos y capacidad militares en un país cuya constitución limita el papel de sus fuerzas armadas a la defensa.
"Japón ya ha sido acusado de pagar para salirse, en cierta forma, al dar dinero sin involucrarse directamente en las crisis", señaló Valerie Niquet, experta en Asia de la Fundación para Investigación Estratégica, de Francia.
En esta ocasión, Tokio "está poniendo mucho énfasis en lo que están haciendo (...) para mostrar que no están sentados esperando a ver lo que pasa".
La velocidad con la que Tokio ha adoptado medidas como las sanciones individuales ha sido "completamente notable", señaló Tobias Harris, del Center for American Progress.
"Esto es más de lo que yo esperaba que veríamos de un gobierno japonés", agregó.
En parte refleja la naturaleza extraordinaria del conflicto, pero hay otros factores en juego, incluida la salida del ex primer ministro Shinzo Abe, quien buscó un acercamiento con Moscú.
Abe, quien renunció en 2020, esperaba que con una mejor relación podría resolver la disputa por unas islas en poder ruso, que Moscú llama las Kuriles y Japón denomina Territorios del Norte.
Sin Abe de por medio, el gobierno japonés se sintió más libre para actuar contra Moscú, aunque no ha salido de los acuerdos energéticos conjuntos con Rusia por temor a un desabastecimiento.
CHINA EN LA MIRA
Aún más preocupante es China con sus crecientes ambiciones regionales, incluido su deseo de "reunificar a Taiwán" y sus reclamos sobre varias islas disputadas.
Antes Tokio temía que una acción agresiva contra Rusia llevaría a Moscú a acercarse a Pekín, comentó James D.J. Brown, profesor asociado de Ciencias Políticas de la Temple University de Tokio.
"Pero ahora, eso cambió completamente", dijo a AFP.
Ahora la visión es que "Japón tiene que ser duro con Rusia porque de lo contrario sienta un precedente, y quizás estimula a China a pensar que puede hacer lo mismo", señaló.
A medio plazo, Japón deberá cambiar totalmente la visión sobre Rusia en su estrategia nacional de seguridad, que presentará este año.
"Definitivamente, Rusia será calificada como una amenaza", sostuvo Niquet.
"En el informe previo, de 2013, Rusia tal vez no fue vista como una oportunidad, pero ciertamente no como una amenaza. Eso va a cambiar completamente", adelantó.
DISCUSIÓN NUCLEAR
La crisis ucraniana podría también fortalecer la mano de quienes piden mayor gasto militar.
En la campaña del año pasado, el gobernante Partido Liberal Democrático estableció un objetivo de largo plazo para aumentar el presupuesto militar a más de 2% del PIB, frente al tradicional 1%.
El debate para tener capacidad de ataque, como poder realizar ataques con drones contra un enemigo, ha sido polémico dados los límites de la Constitución pacifista del archipiélago desde 1947.
Pero "las imágenes que vemos de Ucrania van a ayudar a la gente que quiere que Japón tenga una defensa nacional más robusta", indicó Harris.
Aún más polémico es que el partido gobernante busca debatir la disuasión nuclear, tras sugerencias de legisladores de considerar compartir tecnologías nucleares.
Japón depende actualmente de la protección nuclear estadounidense, y su política de larga data le prohíbe producir, poseer o albergar armas de este tipo.
Pero el simple hecho de debatir el tema en el país, que sufrió los ataques con bombas en Hiroshima y Nagasaki, refleja el alcance de los efectos de la crisis ucraniana.
"Creo que no hemos visto totalmente el impacto que esta guerra tendrá en las discusiones internas japonesas", señaló Harris.