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MERCADOS
Qué hay detrás de la volatilidad del crudo. La proyección de S&P
AGENCIAS/ENERNEWS
05/04/2022

El petróleo sube y baja. Tras los impactos de la pandemia ahora le sigue la invasión de Rusia en Ucrania, Brent y WTI pasaron la barrera de los US$ 100 y nunca más bajaron.

ADRIÁN ESTAÑOL/EXPANSIÓN

Una vez más el mercado petrolero fue sacudido. Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, ordenó la semana pasada liberar el equivalente a un millón de barriles diarios durante los próximos seis meses, una cifra histórica. Poco después de este anuncio, los precios de los contratos petroleros cayeron por debajo de los 100 dólares. Sin embargo, el intento por domar los precios no duró mucho. Para inicios de abril, los contratos petroleros en el mercado rebotaban por encima de los 100 dólares.

 

No es la primera sacudida para este commodity que está lejos de sobrepasar la zona de turbulencia. El mes pasado, la volatilidad del precio del crudo tocó máximos no vistos desde 2020, cuando los cierres en la economía causaron disrupciones en las cadenas de suministro que intentaban complacer a una demanda creciente. El índice que mide la volatilidad del crudo, CBOE Crude Oil Volatility Index, tocó un nivel de hasta 78.91 unidades el 7 de marzo, que no se había registrado desde hace poco más de cinco años, si se descartan los máximos de la pandemia en 2020.

Estos niveles de volatilidad son reflejo de los bandazos en los precios del crudo Brent y del West Texas Intermediate. A mediados de marzo, ambos rompieron el piso de los 100 dólares por barril, arrastrados por el nerviosismo del mercado frente a la orden de nuevos cierres en China, la segunda potencia económica, para paliar los nuevos contagios de covid-19. Para el 23 de marzo pasado, el precio del Brent, de referencia europea, se había recuperado hasta tocar los 122 dólares, ante la baja en los inventarios de crudo en Estados Unidos.

“Los precios de las materias primas, como el petróleo, son naturalmente volátiles porque la demanda y la oferta tardan en responder a los cambios de precios. Sin embargo, hoy en día la volatilidad de los precios de las materias primas es inusualmente alta”, señala Edward Gardner, analista de commodities para la consultora Capital Economics.

El resultado: los inversores se han alejado de los commodities, concluyó la consultora con sede en Londres.

Claro que, a diferencia de otros episodios de volatilidad en el mercado petrolero, esta turbulencia concentra factores económicos y políticos, que van desde una guerra entre Ucrania y Rusia hasta una crisis provocada por una pandemia.

Entre los principales factores que colocan al mercado en un sube y baja se encuentran los relacionados con las sanciones hacia Rusia, el segundo exportador de crudo más grande del mundo, como la prohibición de Estados Unidos y Reino Unido de importar petróleo ruso.

Aun así, el petróleo no ha dejado de fluir hacia el occidente europeo. Los países de la Unión Europea, como Alemania o Países Bajos - los principales compradores de petróleo ruso-, no han mostrado interés en bloquear el flujo de esta materia prima desde Rusia. Incluso, el embargo estadounidense no garantiza que el crudo ruso no llegue hasta su territorio. En un reporte, la Administración de Información Energética de Estados Unidos es clara al señalar que “el petróleo crudo exportado desde países como Kazajstán, Azerbaiyán y Turkmenistán se mueve a través de la infraestructura de exportación de energía de Rusia”. Es decir, si se evita poner la estampa rusa al crudo y se comercializa por otras rutas, nada evita que el petróleo de Rusia llegue a Estados Unidos.

Si bien las estimaciones del descenso en la producción en Rusia oscilaban entre dos y tres millones de barriles diarios, las caídas han sido de 500,000 barriles diarios, según la institución financiera UBS. “Hasta ahora ha sido modesta”, dice Giovanni Staunovo, analista commodity de UBS.


Pero el impacto por la caída en la producción petrolera en Rusia no está del todo claro. Capital Economics estima que alrededor de un millón de barriles de petróleo ruso sean removidos del mercado global.

A pesar de lo que reflejan las cifras, al interior de la industria, el nerviosismo entre compradores no es disuadido. “Muchas compañías por el riesgo moral no quieren tener nada que ver con Rusia. Ellos mismos están limitando esa relación”, dice Ana Azuara, analista de commodities en la institución financiera Banco Base.

Otro de los factores que sacuden al mercado petrolero recae en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Los países miembros y sus aliados se han apegado a su plan de elevar la producción de manera modesta en 432,000 barriles diarios en mayo. Más allá del nivel del objetivo, el mercado se mantiene cauteloso pues la OPEP no ha podido si quiera cumplir con estos niveles de producción. “El problema es que el grupo lleva varios meses luchando por cumplir sus objetivos de producción, y ese problema no hará más que agravarse con el descenso de la producción de petróleo de Rusia”, dice Gardner.

Para acelerar esta producción se requiere de inversión a largo plazo. Sin embargo, cada vez más prestamistas y accionistas de firmas petroleras están virando hacia la industria de energías renovables, un paso impostergable si se quiere evitar un desastre natural, como lo expuso el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático.

Sobre esta falta de inversión, Staunovo señala que la consecuencia que vemos es un ajuste lento en la cadena de suministro a las dinámicas del precio, así como presiones de inversionistas de las petroleras empujando por dividendos.

Un último factor en esta volatilidad está en China. La segunda economía más grande del mundo enfrenta una nueva ola de covid-19 y con ello nuevas restricciones. La estrategia de tolerancia cero frente al coronavirus ha puesto a los alrededor de 25 millones de habitantes en Shanghái en confinamiento. Para poner esta cifra en perspectiva, Azuara estima que sólo la ciudad representa 4% del petróleo que consume China.

Para los especialistas, de momento hay pocas respuestas para calmar la volatilidad en el mercado petrolero. “Todavía hay poca certeza sobre el alcance total del choque. Por lo tanto, esperamos que la volatilidad de los precios del petróleo, y de otras materias primas, siga siendo elevada al menos hasta que termine la guerra”, dice Gardner.

LA PROYECCIÓN DE S&P GLOBAL RATINGS
S&P Global Ratings dio a conocer un nuevo análisis sobre lo que se prevé sean parte de los efectos más importantes del sostenimiento de la guerra entre Rusia y Ucrania para las economías emergentes, con especial foco en América Latina.

Explica la firma calificadora que, bajo un escenario de sanciones prolongadas, es previsible que el crecimiento del crédito sea aún menor.

Esto último porque los bancos adoptarán un enfoque conservador hacia el mercado medio y los préstamos al consumo.

Con esto de base, en el caso de la rentabilidad del sistema financiero es posible que se estabilice a partir de la mejora que vimos el año pasado, “ya que los bancos necesitarán generar más provisiones debido a la economía débil esperada”.

Lo que sí es un hecho es que, en un escenario de sanciones prolongadas y un crecimiento económico más débil, “la rentabilidad debería verse afectada a medida que crezca el costo crediticio de los bancos”, agrega S&P.

Las otras perspectivas

El punto llamativo sigue siendo para los emergentes productores de materias primas, como el petróleo. Un escenario de análisis en el que sigan las sanciones a Rusia, dice S&P, se vería un precio del barril de petróleo Brent todavía más alto.

Ahora, el llamado de atención por los efectos que este fenómeno pueda tener en el contexto de alta inflación es importante, pues una Europa oriental en tensiones políticas y militares llevarían al barril de petróleo Brent a estar cerca del US$110 para 2023.

Con todo este contexto, sumado a que podrían seguirse dando alzas en los precios de los alimentos, S&P explica que los productores del agro pueden estar del lado de los ganadores.

De hecho, a ojos de la agencia calificadora, las subidas de precios fortalecen aún más los márgenes y los perfiles crediticios

 

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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews

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