El presidente de Perú, Pedro Castillo, podría lograr que se apruebe un aumento del impuesto a la minería en el Congreso del país prometiendo no imponer una reforma fiscal más radical, según informó BTG Pactual.
Es probable que Castillo, quien acaba de sobrevivir a un intento de vacancia y enfrenta disturbios sociales en medio del aumento de los precios del combustible y los alimentos, se concentre en la minería para recaudar más ingresos para servicios de asistencia social en un momento en que los precios de los metales están por las nubes, escribe el analista César Pérez-Novoa en una nota para clientes.
El especialista indicó que la intención del Ejecutivo, sumada a la acción “violenta de las comunidades” puede llevar a la detención o aplazamiento de proyectos mineros.
Según reporta la agencia Bloomberg, el analista consideró que esta tendencia de paralización puede extrapolarse a otros sectores.
Para el socio de la consultora de minería y energía LQG, Anthony Laub, lo que quiere hacer el Ejecutivo es “populismo” que solo aleja a la inversión minera.
“Hay paralización de proyectos, paralización de inversión, y si vas a modificar un impuesto, este no se va a aplicar de manera inmediata. Es decir, puede terminar aplicándose cuando ya no haya buenos precios de los metales”, dijo.
Asimismo, precisó a este diario, que una declaración como la que dio el titular de Economía puede “quebrar equilibrios económicos en las empresas”.
“Hoy que las vacas están gordas (buenos precios de los metales) se quiere obtener más leche, ¿pero qué pasará cuando las vacas estén flacas? Todo esto nos pone en desventaja con la competencia y pone en riesgo operaciones mineras”, aseguró.
El último fin de semana, el ministro de Economía y Finanzas, Óscar Graham, afirmó que apuntará a las “ganancias en exceso” que las empresas mineras han obtenido del aumento de los precios mundiales de los metales para la aplicación de impuestos adicionales.
“Las mineras pueden resentir esto, combinado con la acción violenta de las comunidades contra su propiedad, lo que lleva a la detención o aplazamiento de proyectos, una tendencia que bien puede extrapolarse a otros sectores”, incluido el petróleo y el gas, subrayó Pérez-Novoa.
Perú es el mayor proveedor de cobre después de Chile y un importante productor de zinc y plata.
“El foco está en las ganancias excedentes”, dijo Graham, y agregó que el gobierno estaba buscando un “ajuste” en los impuestos.
“Se están evaluando los márgenes (del ajuste)”, dijo el ministro, pero agregó que era importante que el sector no perdiera competitividad y que no se desincentivara la inversión minera.
Afirmó que Perú necesitaba una mejor distribución de la riqueza minera entre las comunidades para sofocar las protestas que sacudieron al sector y paralizaron la producción en minas clave como Las Bambas de MMG y la mina Cuajone de Southern Copper.
“Tenemos que mirar el tema del uso eficiente de los recursos que brinda la minería, de lo contrario tendremos conflictos recurrentes en el país”, manifestó.