Algunas perdidas se verán compensadas por el alto precio de la energía
La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado la salida de multitud de empresas de ese último país, incluidas algunas de las principales petroleras. Una decisión que se podría ver reflejada en los próximos resultados trimestrales de Shell, ExxonMobil y BP en forma de pérdidas. En conjunto, las pérdidas de las tres petroleras rondarán los US$ 34.000 millones.
En el caso de la petrolera anglo-neerlandesa, el abandono de las empresas conjuntas con la compañía estatal rusa de gas Gazprom y el fin de su participación en el proyecto de gasoducto Nord Stream 2, además del cierre de sus gasolineras en ese país, tendrán un impacto negativo en las cuentas del primer trimestre de entre US$4.000 y 5.000 millones.
Según ha detallado la propia Shell en un comunicado, su flujo de caja por operaciones se verá afectado negativamente por salidas de capital circulante muy significativas, ya que los aumentos de precios que afectan el inventario han provocado una salida de efectivo de alrededor de US$ 7.000 millones.
Por su parte, la principal rival de Shell, la británica BP, tomó la decisión de renunciar a una participación de casi el 20% en la petrolera rusa Rosneft tras el inicio de la ofensiva militar en Ucrania. Un posicionamiento que podría repercutir de manera negativa en las cuentas de la petrolera. En concreto, BP se enfrenta a unas pérdidas potenciales que podrían ascender a US$ 25.000 millones.
Para la petrolera estadounidense ExxonMobil, renunciar a su participación del 30% en un proyecto de perforación en el yacimiento ruso de Sakhalin supondrá asumir un impacto negativo de hasta US$ 4.000 millones en su cuenta de resultados, según ha comunicado la propia compañía.
"Dependiendo de los términos de la salida de Sakhalin, es posible que se requiera que la compañía deteriore su inversión en el proyecto hasta el valor total en libros de propiedad, planta y equipo", ha advertido.
Asimismo, Equinor anunció el 28 de febrero que detenía las nuevas inversiones en Rusia e iniciaba el proceso de salida de sus joint ventures en el país en respuesta a la invasión de Ucrania. Como resultado, el gigante noruego del petróleo y el gas se dejará unos US$ 1.200 millones en inversiones rusas este 2022.
Aunque elevadas, estas pérdidas no son comparables con los ingresos que van a generar las grandes petroleras a consecuencia de los altos precios del petróleo y el gas. En lo que va de año, las acciones de Equinor han subido un 46%, las de ExxonMobil un 37%, las de Shell un 26% y las de BP más de un 11%.
Tal es el resurgimiento del sector, que se ha convertido en el nuevo favorito del legendario Warren Buffett y su conglomerado inversor, Berkshire Hathaway.
EUROPA CORTARÁ EL PETRÓLEO RUSO
Tras vetar al carbón ruso, Europa se centra ahora en imponer sanciones al petróleo y gas procedentes de Rusia. Esta decisión pondría en jaque a algunas de las principales economías europeas, como España, Francia, Italia y Alemania, ya que el petróleo ruso representa más del 20% del total de su suministro de energía.
En concreto, según los datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), pertenecientes al año 2020, que tienen en cuenta la relación entre importaciones rusas y el consumo interno de combustible, la dependencia del oro negro de Putin en España era del 9%, porcentaje que se elevaba al 17% en el caso de Francia, el 19% en Italia y hasta el 37% de Alemania.
En lo que respecta al gas ruso, en España la dependencia era cercana al 11%, del 20% en Francia, mientras en Italia y Alemania superaba el 40%. Hablamos del 41% y del 46%, respectivamente. En conjunto el continente europeo importaba un 90% del gas natural del extranjero, siendo más de un 40% de origen ruso.