A medida que se acelera la transición energética, los proyectos globales de captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) están en camino de extraer más de 550 millones de toneladas de CO2 de la atmósfera cada año para 2030, según muestra la investigación de Rystad Energy. 

Este crecimiento de la capacidad representa un aumento de más de diez veces con respecto a los 45 millones de toneladas por año (tpa) actuales de CO2 capturado, a medida que aumenta el ritmo de la descarbonización.

Los anuncios de proyectos aumentaron en 2021, con la cartera actual que contiene más de 200 desarrollos, tres veces más de los que están actualmente en operación a nivel mundial. El efecto bola de nieve solo se desarrollará en los próximos años a medida que los países y las empresas se apresuren a cumplir los objetivos de cero neto para 2030 al reducir y compensar su huella de carbono.

Según los aprendizajes de los desarrollos actuales y las economías de escala esperadas, se prevé que el costo del proyecto CCUS oscile entre US$ 75 y US$ 100 por tonelada de CO2 capturada para 2030, lo que significa que el valor de mercado total del sector podría llegar a US$ 55.000 millones anuales para 2030.

Sin embargo, incluso con este aumento, la capacidad total de captura de carbono podría quedar muy por debajo de los niveles necesarios para limitar el calentamiento global para cumplir con el escenario climático de 1,6 °C de Rystad Energy o el escenario de cero neto de la Agencia Internacional de Energía (AIE). 

Ambos escenarios requieren una captura de carbono de cerca de 8 gigatoneladas (Gt) de CO2 para 2050, un aumento significativo de los 550 millones de tpa pronosticados para 2030. Si el mundo quiere cumplir con estos objetivos, se requerirá una inversión agresiva y el despliegue de la tecnología CCUS necesario a partir de 2030.

“Con las emisiones globales de CO2 recuperándose a nuevos máximos históricos después de Covid-19, la demanda de proyectos CCUS se está acelerando. Amplificados por las preocupaciones generalizadas sobre la seguridad energética en medio de la guerra entre Rusia y Ucrania, los llamados a una descarbonización más rápida de la industria energética, especialmente en Europa, son cada vez más fuertes”, dice Yvonne Lam, directora de investigación de CCUS de Rystad Energy.

Como resultado de políticas e incentivos de apoyo, Europa y América del Norte dominarán el mercado de CCUS para 2030, contribuyendo con 450 millones de tpa de capacidad de captura, más del 80 % del total global proyectado de 550 millones de tpa.

Se prevé que la capacidad europea alcance los 222 millones de tpa para 2030, un salto considerable desde los 7 millones de tpa de CO2 capturados hoy. Los derechos de emisión del continente han estado en una montaña rusa desde la invasión de Rusia a Ucrania, que está causando confusión en el sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea. 

Si bien no se esperan proyectos CCUS adicionales del sector eléctrico o producción adicional de hidrógeno azul en el futuro, el alto precio del carbono en Europa se convertirá en un catalizador para la aceptación del proyecto CCUS. Es probable que un tercio de los anuncios anticipados provengan del Reino Unido, los Países Bajos y Noruega combinados.

En América del Norte, Canadá anunció recientemente un esquema de crédito fiscal en el presupuesto de este año, que incluye una devolución de impuestos del 60% para la captura directa de aire (DAC), el 50% para la tecnología de captura tradicional y un crédito del 37,5% para equipos de almacenamiento y transporte CCUS.

Esto mejorará significativamente la economía de CCUS para proyectos en Canadá, acercándose al costo promedio actual de emisión de CO2 del país de US$ 30 por tonelada. 

En EE.UU., el crédito fiscal previsto en la Sección 45Q aumentará de US$ 50 a US$ 85 por tonelada de CO2 si el Senado aprueba el proyecto de ley Build Back Better. Además, el proyecto de ley de infraestructura de EE.UU. que se aprobó a fines del año pasado le dará un impulso adicional al mercado de CCUS.

Las restricciones económicas y financieras son la razón principal por la que los proyectos de CCUS no avanzan según lo planeado, pero más países están comenzando a ver la importancia de brindar apoyo a dichos proyectos. 

La demanda de proyectos de captura de carbono hasta 2030 estará impulsada predominantemente por políticas y apoyo, especialmente para sectores difíciles de descarbonizar como el cemento, el acero, el marítimo y el químico.