Se abre la veda en la búsqueda de alternativas al gas ruso, y la necesidad de diversificar ha desempolvado proyectos olvidados en un cajón. 

Es el caso de dos megagasoductos: el que prepara Marruecos con Nigeria y el transahariano de Argelia. Ambos llevarían gas a Europa, compitiendo entre ellos y por obtener el favor de inversores y socios estratégicos, según informó Alexia Columba Jerez en ABC. 

Asimismo hay otros actores como India, Oriente Medio o grupos terroristas que pretenden sacar beneficios en esta nueva pugna por los recursos de África, ya que como recuerda el dicho, a río revuelto, ganancia de pescadores.

Mientras que China se extiende empresarialmente en el continente y Rusia tiene a consejeros empotrados en los gobiernos de diversos países africanos.

Y en todo ello, España también tiene un papel, dado las crecientes tensiones en los últimos meses con Argelia, a la vez que se podría disputar con Italia ser la puerta de entrada a Europa de ese recurso.

ALEMANIA EVALÚA EXPROPIAR NORD STREAM 2
Alemania está estudiando la posibilidad de expropiar la sección alemana del proyecto de gasoducto Nord Stream 2, liderado por Rusia, aislándola del resto del gasoducto, y utilizar esa parte en territorio alemán para conectar con el suministro de GNL que vendrá de los puertos del Mar Báltico, informó el viernes la revista alemana Der Spiegel.

El plan probablemente intensificará la disputa por el gas entre Alemania y Rusia, comenta Der Spiegel en la información, para la que no citó fuentes.

Rusia completó el proyecto Nord Stream 2 el año pasado, pero Alemania detuvo la certificación del proyecto a finales de 2021.

Después de que Rusia invadiera Ucrania a finales de febrero de 2022, Alemania suspendió indefinidamente el proyecto que estaba diseñado para duplicar los flujos de gas ruso a Alemania.

“Ahora tenemos que reevaluar la situación que ha cambiado drásticamente: Esto también se aplica aNord Stream 2”, dijo entonces el canciller alemán Olaf Scholz, añadiendo que “La certificación no puede tener lugar ahora”.

Desde la invasión rusa de Ucrania, Alemania, la mayor economía de Europa, ha puesto en marcha planes para dos instalaciones de importación de GNL, en Brunsbuettel y Wilhelmshaven, en un intento de diversificar el suministro desde Rusia, que representaba alrededor del 40% del consumo de gas alemán antes de la guerra.

Rusia, por su parte, ha recortado drásticamente las entregas de gas a través de Nord Stream 1 a Alemania en las últimas semanas, lo que ha llevado a Alemania a depender más de la generación de electricidad a partir del carbón para conservar el gas y llenar su almacenamiento de gas para el invierno.

A principios de esta semana, Alemania puso en marcha la segunda fase de su plan de emergencia de gas en tres fases, mientras se prepara para la posibilidad de que se interrumpa completamente el suministro de gas desde Rusia a través del gasoducto Nord Stream.

En una declaración oficial, el ministro de Economía, Robert Habeck, dijo, citado por Reuters, que los alemanes tendrían que empezar a reducir su consumo de energía y culpó de la situación actual al presidente de Rusia, Vladímir Putin.