MÍA RÍOS

Como se recuerda, dicho DS fue aprobado por el Ministerio de Trabajo y Promoción de Empleo (MTPE) en febrero pasado, cuando la cartera tenía de titular a Betssy Chávez Chino, quien fue censurada por el Congreso en mayo.

David Tuesta, ex ministro de Economía y Finanzas, comentó a gestion.pe sobre el impacto del DS que, en caso no se derogue, entraría en vigencia a partir del 22 de agosto.

- ¿A quiénes afecta de manera inmediata este DS?
- A las grandes empresas y también algunas medianas empresas que buscan ser competitivas en el mercado laboral e internacional. Las colocas en desventaja frente a otras empresas del mundo y eso genera pérdida de mercado que es pérdida de la empresa porque no estará en la misma capacidad de vender, pierde competitividad, y pérdida de puestos de trabajo.

En el mundo, según un reporte de Deloitte, cerca del 80% de las labores tienen un grado de tercerización de las grandes empresas. Entonces, no tiene sentido que se promueva esta norma, a cuenta ¿de qué? No lo sabemos. Parece que la persona que la propuso se ha quedado en los años 60 o 70, cuando las modalidades de trabajo eran otros.

- ¿Qué pasa si no se deroga el DS?
- Si no se deroga la consecuencia es mayor precarización. Hay que ir sobre la derogación y si se quiere, sobre ello, plantear un nuevo desarrollo de la modernización del mercado laboral, mirando las mejores prácticas de los países más competitivos. Hablar de todos los problemas que tiene el mercado laboral, alta rigidez y altos costos de contratación.

- ¿Se han paralizado las inversiones?
- Las empresas están en una situación de amplia incertidumbre; nadie está invirtiendo, ¿quién lo haría sin saber cuál será la composición de los factores de producción que necesitarán? Esta norma es una de las causantes de esta situación de parálisis de la inversión privada. Nadie invierte en una circunstancia en la cual se cambia la matriz cómo funcionan los diferentes modelos de negocio.

El DS se aprobó en febrero y se dieron 180 días para que las empresas se adapten. Lo que está sucediendo en la práctica es que las empresas tienen todo paralizado, tanto la que contrata como las empresas especializadas que proveían los servicios. Los contratos están en stand by, pero sin posibilidad de renovarlos.

Es fundamental y tiene que salir en esta legislatura sino va para peor. Esperamos que entre al Pleno y se derogue.

- En su momento la exministra Chávez mencionó que las empresas no pueden tener un trato diferenciado entre dos trabajadores que hacen el mismo oficio. ¿Con este DS hay mejora para los trabajadores?
- No hay ningún beneficio adicional a favor de los trabajadores, el que sean contratados por la empresa, por realizar actividades del núcleo del negocio. Los trabajadores que están en estas empresas especializadas que brindan servicios a otros están trabajando de manera formal, con todos los beneficios sociales y laborales.

Puede ser, como en cualquier empresa, y no necesariamente la tercerizada sino la que terceriza, que tiene malos empresarios y la solución de ese problema no parte por prohibir la tercerización. Lo que se tiene que hacer, en este caso la Sunafil, supervisar y sancionar.

Lo que se está haciendo ahora es un poco dogmático, se están dando mensajes que no son ciertos, como que se va a beneficiar al trabajador porque ahora ya no trabajará en una empresa tercerizada y eso al final será en perjuicio del trabajador si es que el DS se sigue manteniendo.

- ¿Cuántos puestos de trabajo estarían en riesgo?
- Si las empresas van a requerir algún tipo de función en el área tecnológica que antes se tenía tercerizada seguramente tendrá que contratar a un profesional, pero no contratará a todos. Tendrá que automatizar, y al final se corre el riesgo que no se absorba a esos trabajadores como pretende el DS, en un contexto en que existe alta incertidumbre de la economía. Por el contrario, las empresas dirán este es el momento en que las empresas dicen es momento de empezar a recortar el negocio porque esta medida genera una distorsión innecesaria en el manejo competitivo de mi empresa.

Según datos del INEI, de 240.000 trabajadores directamente contratados por empresas tercerizadas, pero esa cifra puede convertirse en un millón porque estos trabajadores directos generan contrataciones indirectas que no necesariamente son de la propia empresa tercerizada, pero que complementan a la misma e inducen otros empleos en otras actividades. Entonces, el ratio normalmente en este caso de empleo formal a total de empleo es de cuatro.

- El DS busca justificarse en el “núcleo del negocio”...
- Ese DS en contra de cómo funcionan los mercados laborales modernos y competitivos porque prohíbe la posibilidad de que las empresas puedan tercerizar determinadas funciones para su desempeño, como parte de su estrategia de negocios. La norma limita contratar a otras empresas para servicios que ellos consideraban el núcleo del negocio.

Ese concepto del núcleo ya no existe porque la organización global de comercio se maneja de esta manera. Apple, por ejemplo, tiene sus fábricas de celulares, pero las piezas vienen de diferentes partes del mundo. Las personas y empresas se especializan y por ello pueden brindar el servicio.

- ¿Cómo mejorar la tercerización en el Perú?
- El esquema de tercerización es una evolución que ha tenido el propio mercado laboral en el mundo. Lo que se tiene que hacer es verificar las buenas prácticas, y mejorar en términos de modernizar. De repente se requieren mecanismos mucho más ágiles para la contratación. No creo que una mejora sea incorporar rigideces a un mercado laboral como el peruano ya altamente rígido por muchos factores.

En todo caso la norma de tercerización tendría que ser clara en cuanto a su extensión no en reducirla al núcleo del negocio como es acá. El cambio debería ir en plantear que el mercado laboral se adecúe y funcione a las mejores prácticas y ahí se requiere un trabajo comparativo.