La inestabilidad de China abre camino a la incertidumbre global. Su política cero Covid-19 le está costando más de lo esperado, el crecimiento económico chino en un año alcanzó 0,4% en el segundo trimestre, su nivel más bajo desde 2020. Y, como si fuera poco, el fantasma de la crisis de Evergrande acecha al sector inmobiliario.
Los compradores de al menos 100 proyectos en 50 ciudades se niegan a pagar las hipotecas de sus casas. Para poner paños de agua fria, los reguladores chinos intensificaron sus esfuerzos para animar a los bancos a conceder préstamos a proyectos inmobiliarios cualificados, ya que el asediado sector inmobiliario se enfrenta a nuevos riesgos derivados del creciente boicot al pago de hipotecas sobre viviendas inacabadas..
La Comisión Reguladora de Bancos y Seguros de China (CBIRC, por sus siglas en inglés) dijo que los bancos deben satisfacer las necesidades de financiación de los promotores cuando sea razonable. La CBIRC expresó su confianza en que, con esfuerzos concertados, "todas las dificultades y problemas se resolverán adecuadamente", informó el China Banking and Insurance News.
Y a esto se le suma crecientes defaults entre las promotoras chinas. La CBIRC prometió reforzar su coordinación con otros reguladores para "garantizar la entrega de viviendas". E-house estimó que los proyectos inmobiliarios paralizados en toda China suponen 900.000 millones de yuanes en hipotecas en el primer semestre, o el 1,7% del total de préstamos hipotecarios pendientes.
En el primer trimestre del 2022, la segunda mayor economía del mundo había crecido 4,8% interanual, según la Oficina Nacional de Estadística (ONE). La desaceleración se dio luego de que la ciudad más grande de China, Shanghái, estuviera confinada durante dos meses para contener un brote de COVID-19, lo que afectó las cadenas de suministros y provocó el cierre de fábricas.
"Internamente persiste el impacto de la pandemia", dijo la ONE el viernes en un comunicado, señalando la baja en la demanda y la interrupción en los suministros. "El riesgo de estanflación en la economía mundial también está aumentando", añadió en la declaración, que indicó que las incertidumbres externas son cada vez mayores.
China ha registrado solo una contracción económica en las últimas décadas, y analistas esperan que, con las últimas cifras, el crecimiento para 2022 será de alrededor de 4%, por debajo de las previsiones iniciales.
La insólita protesta extiende el riesgo de impago de los bonos de los promotores en el extranjero a los bancos, que tienen 6 billones de dólares en hipotecas. El riesgo de desvío sustancial a consecuencia de los esfuerzos del presidente Xi Jinping por desapalancar el sector va tomando forma, y pone a Pekín en un aprieto.
"La situación de los ingresos y el empleo siguió siendo difícil. El crecimiento de la renta se redujo de 6,1% hasta solo el 2,5% a nivel nacional y del 5,7% a solo 1,7% en las zonas urbanas. En junio, la tasa de paro general cayó del 5,9% al 5,5%, en línea con el nivel de febrero, pero aún notablemente superior a la de finales de 2021. Lo que es más preocupante, la tasa de desempleo juvenil aumentó aún más del 18,4% al 19,3%", advierten desde Societe Generale.
Según los cálculos de Societe Generale que recolectó El Economista, las hipotecas totales adjuntas a todos los promotores en dificultades ascienden a unos 2 billones de yuanes (unos 300.000 millones de euros), lo que equivale a algo menos del 1% de todo el crédito bancario, un porcentaje que parece pequeño a simple vista, pero que es más que suficiente para complicar la vida a un sistema bancario que tiene en sus balances muchos activos de una calidad cuestionable: "El riesgo es que esta situación pueda desencadenar un círculo vicioso de una nueva caída en las ventas de viviendas, más impagos (o incluso quiebras) de los promotores.
Los datos oficiales del viernes mostraron que la producción del sector inmobiliario se redujo un 7% en el segundo trimestre con respecto al año anterior, lo que supone el cuarto trimestre consecutivo de descenso.
Los nuevos préstamos inmobiliarios en junio superaron los 150.000 millones de yuanes (22.230 millones de dólares), frente a la contracción de mayo, informó el lunes la televisión estatal CCTV.
“Creo que el Gobierno chino tiene la voluntad y los medios para resolver el problema y probablemente tomará medidas rápidas”, dijo Mark Dong, cofundador y director general de Minority Asset Management, con sede en Hong Kong. “El mayor riesgo es el deterioro de la confianza de los consumidores, que amenaza la incipiente recuperación de las ventas inmobiliarias”.
Dong espera que los promotores estatales intervengan y adquieran los proyectos con problemas de sus homólogos privados fuertemente endeudados, acelerando la consolidación del sector.
“La economía de China ha tocado fondo, pero aún no está fuera de peligro”, dijo al WSJ Bruce Pang, economista jefe de China en Jones Lang LaSalle, y agregó que sería “casi imposible” alcanzar el objetivo oficial de todo el año del país. de un crecimiento de alrededor del 5,5%, lo que requeriría que la producción china se expandiera al menos un 8% por trimestre durante el resto del año.
Los datos más recientes también provocaron que algunos bancos de inversión revisaran a la baja sus pronósticos de crecimiento de China, Société Générale recortó su pronóstico de crecimiento para todo el año a 2,7% desde 4,1% y Barclays espera que la economía de China se expanda un 3,1% este año o un 3,3% menos.
Se espera que Beijing revele nuevas rondas de estímulo orientado a la infraestructura, lo que ha hecho antes para sacar a la economía del estancamiento, como lo que sucedió a raíz de la crisis financiera mundial de 2008. Desde mayo, los legisladores han anunciado varios apoyos fiscales, como recortes de impuestos por valor de cientos de miles de millones de dólares. Sin embargo, los observadores advirtieron que esto dejará al país con más deuda y no creará suficientes empleos nuevos en áreas que China necesita, como el sector de servicios.
“Es muy probable que la recuperación sea mucho más gradual de lo que fue en 2020”, dijo al WSJ Frederic Neumann, economista jefe para Asia de HSBC.
Los datos oficiales del viernes mostraron que la producción del sector inmobiliario se redujo un 7% en el segundo trimestre con respecto al año anterior, lo que supone el cuarto trimestre consecutivo de descenso.
Los nuevos préstamos inmobiliarios en junio superaron los 150.000 millones de yuanes (22.230 millones de dólares), frente a la contracción de mayo, informó el lunes la televisión estatal CCTV.
"Creo que el Gobierno chino tiene la voluntad y los medios para resolver el problema y probablemente tomará medidas rápidas", dijo Mark Dong, cofundador y director general de Minority Asset Management, con sede en Hong Kong.
"El mayor riesgo es el deterioro de la confianza de los consumidores, que amenaza la incipiente recuperación de las ventas inmobiliarias".
Dong espera que los promotores estatales intervengan y adquieran los proyectos con problemas de sus homólogos privados fuertemente endeudados, acelerando la consolidación del sector.
El regulador esperaba que estas medidas contribuyeran a estabilizar el mercado inmobiliario, permitiendo la rápida reanudación de la construcción de inmuebles paralizados y la entrega de viviendas a los compradores de forma anticipada.
Las acciones inmobiliarias de China continental repuntaron con fuerza en Hong Kong.