Los precios del petróleo cayeron más de 2%, presionado por las expectativas de una demanda global más débil y por la fortaleza del dólar estadounidense ante posibles aumentos importantes en las tasas de interés, aunque las preocupaciones sobre la oferta limitaron la caída. Además, la OPEP+ no alcanzó su objetivo de producción de petróleo en 3,583 millones de barriles diarios (bpd) en agosto.

Los bancos centrales de todo el mundo seguramente aumentarán los costos de endeudamiento para controlar la alta inflación esta semana y existe cierto riesgo de un aumento de 1 punto porcentual por parte de la Reserva Federal de EE.UU.

"La próxima reunión de la Fed y la fortaleza del dólar están controlando los precios", dijo Tamas Varga, de la corredora de petróleo PVM.

El crudo Brent para entrega en noviembre cayó US$ 2,24, o un 2,5%, a US$ 89,11 el barril a las 1213 GMT. El West Texas Intermediate (WTI) de EE.UU. para octubre cayó US$ 2,32, o un 2,7%, a US$ 82,79, según informó Alex Lawler en Reuters. 

Un día festivo británico para el funeral de la reina Isabel limitó el volumen comercial hoy lunes (19/9).

El petróleo también se vio presionado por las esperanzas de un alivio de la crisis de suministro de gas en Europa. Los compradores alemanes reservaron capacidad para recibir gas ruso a través del gasoducto cerrado Nord Stream 1, pero esto se revisó más tarde y no ha estado fluyendo gas.

El crudo se ha disparado este año, con el índice de referencia Brent acercándose a su máximo histórico de US$ 147 en marzo después de que la invasión rusa de Ucrania exacerbara las preocupaciones sobre el suministro. Desde entonces, las preocupaciones sobre un crecimiento económico y una demanda más débiles han empujado los precios a la baja.

El dólar estadounidense se mantuvo cerca de un máximo de dos décadas antes de las decisiones de esta semana de la Fed y otros bancos centrales. Un dólar más fuerte encarece las materias primas denominadas en dólares para los tenedores de otras divisas y tiende a pesar sobre el petróleo y otros activos de riesgo.

El mercado también se ha visto presionado por las previsiones de una demanda más débil, como la predicción de la semana pasada de la Agencia Internacional de la Energía de que habría un crecimiento de la demanda cero en el cuarto trimestre.

A pesar de esos temores sobre la demanda, las preocupaciones sobre la oferta mantuvieron la caída bajo control.

"El mercado todavía tiene pendiente el inicio de las sanciones europeas sobre el petróleo ruso. Dado que el suministro se interrumpió a principios de diciembre, es poco probable que el mercado vea una respuesta rápida de los productores estadounidenses", dijeron analistas de ANZ.

La flexibilización de las restricciones por la COVID-19 en China, que había empañado las perspectivas de demanda en el segundo mayor consumidor de energía del mundo, también podría generar cierto optimismo, dijeron los analistas.