El plan de transición energética de las operaciones en Chile, contempla tres ejes estratégicos y se basa en un proceso de diálogo abierto, transparente y participativo con los grupos de interés externos e internos
FRANCISCO ITURRA
Por más de tres décadas, las unidades a carbón 12, 13, 14 y 15 del Complejo Térmico de Tocopilla (CTT) de la empresa Engie entregaron energía al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Tras anunciar la salida del carbón en 2018, la empresa dio inicio a la desconexión de las centrales, proceso que culminó el pasado 30 de septiembre con el cierre de la Unidad 15 y que finalizó de manera simbólica el 12 de octubre en una ceremonia que contó con la presencia del presidente Gabriel Boric.
En dicha oportunidad, la CEO de ENGIE Chile, Rosaline Corinthien, valoró la importancia de la descarbonización y los desafíos que conlleva. Además, agradeció a los trabajadores de la compañía, quienes “operaron las unidades a carbón que permitieron abastecer de energía al país, así como también en el proceso de desconexión y desmantelamiento de estas”.
Por su parte, el presidente Boric señaló que este cierre “tiene un valor especial, no solo porque es de los primeros esfuerzos de implementar una estrategia de transición productiva de una empresa, sino también porque ha sido fruto de su visión, han logrado permear a toda su estructura”.
En tanto, respecto de esta nueva etapa que se inicia, el mandatario agregó que “se abre un futuro para esta ciudad puerto, porque el Parque Solar Tamaya va a beneficiar a más de 50 mil hogares, con una reducción de 210.100 toneladas de CO2. Se abre también la perspectiva de que esta comuna se transforme en un polo de desarrollo energético”.
Durante la ceremonia, también entregó unas palabras Mario Muñoz, trabajador de ENGIE Chile, quien afirmó que “el carbón era lo necesario en su momento y hoy vemos que el llamado es avanzar hacia energías renovables”.
Cabe señalar que el CTT continuará operando a través de la Unidad 16, ciclo combinado que funciona a gas y 3 TGS, mientras que en el Complejo Térmico de Mejillones también se contemplan la salida y reconversión de unidades a carbón.
PLAN DE TRANSICIÓN JUSTA
Rosaline Corinthien explicó que la transición energética de la compañía se ha llevado a cabo en conjunto con un Plan de Transición Justa que fue creado hace cuatro años junto a los sindicatos locales.
“Sabíamos que nuestra transformación también implicaba cambios tanto para nuestros colaboradores, sus familias, la comunidad y autoridades. Quiero destacar aquí la calidad de diálogo y constante trabajo de todos los actores involucrados”, agregó.
Este plan posee tres ejes estratégicos y se basa en un proceso de diálogo abierto, transparente y participativo con los grupos de interés externos e internos.
LA TRANSFORMACIÓN DE ENGIE
Tras este hito, la compañía emprende un nuevo ciclo de la mano de las energías renovables, con una cartera por 2.000 MW que está desarrollando a lo largo de todo Chile y que incluye proyectos eólicos, solares e híbridos.
En el caso de la región de Antofagasta, en los últimos 12 meses se conectó al Sistema Eléctrico Nacional la Planta Solar Fotovoltaica Tamaya (114 MW) y el Parque Eólico Calama (151 MW), que vienen a suplir la energía entregada anteriormente por estas plantas térmicas.
A lo anterior se sumarán las plantas solares fotovoltaicas Coya (180 MW) y Capricornio (88 MW), que se encuentran en su última etapa; y -de aprobarse por la fiscalía nacional Económica- el Parque Eólico San Pedro (101 MW). Esto permitiría a la compañía alcanzar cerca de 800 MW de activos renovables al término del 2022.