La nueva presidenta de la Cámara Mendocina de Empresarios Mineros (CAMEM), dijo que su gestión buscará generar consensos para impulsar un plan de desarrollo económico a partir de una industria que cree empleo genuino
DIANA CHIANI
Marita Ahumada es la flamante presidenta de la Cámara Mendocina de Empresarios Mineros (CAMEM). Desde hace años participa activamente en la organización y se ha destacado por su trabajo en un sector tradicionalmente masculino.
Como geóloga especialista en Gestión Ambiental, plantea como principal desafío de su función el impulso del “desarrollo de una fuerte y pujante industria minera, siempre respetuosa del ambiente en relación con los protocolos e iniciativas internacionales, que tiene la minería en todas sus categorías”.
A sabiendas de la resistencia que parte de la sociedad mendocina tiene frente al desarrollo minero metalífero, la cámara buscará hacer foco en un plan de comunicación para aportar información acerca del sector, así como en el fortalecimiento del trabajo con otras cámaras empresarias.
“Queremos consensuar e impulsar un plan de crecimiento económico que esté basado en el impulso del empleo genuino, apoyado en el valor agregado local a esta industria de base”, detalló la presidenta de CAMEM.
Ahumada es directora del Comité Asesor de Women in Mining Argentina y fue convocada por la Nación para trabajar en el plan nacional minero. Licenciada en Ciencias Geológicas realizó una maestría en España en Geología y Gestión Ambiental de los Recursos Minerales.
Por esto, y por el resto de su trayectoria, la profesional es una de las principales referentes del sector, tanto a nivel provincial como nacional.
- Además de los objetivos mencionados, ¿cuáles son los pilares fundamentales a los que apunta con su gestión?
- Siempre tenemos como eje a la persona y la familia como centro de los tres pilares fundamentales que son el cuidado ambiental, el desarrollo económico y el crecimiento social.
- ¿Cuál es su opinión respecto de la zonificación o regionalización de la actividad minera?
- Es una buena pregunta porque nosotros apoyamos el desarrollo de la industria minera en toda la provincia y en todas sus categorías. Es que los yacimientos minerales se alojan naturalmente en las rocas, sin distinción de división política o territorial. Tal vez se pueda comenzar por Malargüe, pero esto no debería obstaculizar las restantes zonas que son biológicamente importantes.
Por ejemplo, Las Heras es un departamento con fuerte presencia en la industria no metalífera y tiene un proyecto metalífero a la espera de las aprobaciones pertinentes para poder construir una mina.
En este sentido, creemos que es importante respetar todas las áreas con potencial geológico en todo el territorio provincial y Mendoza tiene un porcentaje alto de su superficie ocupado por las montañas, en donde hay rocas con potencial minero muy importante.
Lo sabemos porque compartimos esas rocas con Chile, uno de los grandes productores mundiales de cobre que produce desde hace décadas. Si en Chile se puede hacer minería en armonía con otras actividades como la ganadería y la agricultura, ¿por qué no lo podemos hacer en Argentina? Hemos demostrado que podemos trabajar con calidad ambiental respetando las normativas existentes.
- ¿Cuál sería el impacto económico de la minería en comparación con otras actividades?
- Por su posición geográfica, Mendoza cuenta con un acotado desarrollo ligado a la agricultura, debido a que es una zona árida con limitaciones en relación a oportunidades de empleo y negocios. En tanto, la industria minera moderna, sobre todo la metalífera de cobre y de litio, tiene la capacidad de aportar la materia prima necesaria para la transición energética y para el cuidado del agua, que es un bien tan preciado para nosotros.
Para esta transición y según diversos estudios del Banco Mundial, el Banco Interamericano para el Desarrollo (BID) y Naciones Unidas, sabemos que el mundo necesitará dos veces más de cobre del que produce Chile actualmente y en Mendoza contamos con esta riqueza mineral para proveerla y desarrollarla. Obvio que hay que empezar por un largo proceso exploratorio, pero esto implicaría dar un salto en el crecimiento humano, económico y tecnológico como una provincia líder en el desarrollo de una industria minera moderna y ambientalmente responsable, como es la actual.
- ¿Y cómo puede dimensionarse el impacto económico a nivel local?
- A nivel económico es muy importante porque va a generar empleo formal y de calidad que es el que trae la minería, sobre todo la metalífera. También, en relación a las exportaciones, es una actividad que puede ingresar divisas que el país necesita. Hay que pensar que un solo proyecto minero genera una cadena de bienes y servicios locales; lo que hace que se potencien las pequeñas, medianas y grandes empresas de la zona. Por ejemplo, en San Juan se ha observado que una sola mina ha impactado en 800 proveedores locales y eso es un gran motor de desarrollo.
- Usted ha mencionado la importancia del desarrollo científico y tecnológico…
- Mendoza tiene el plus de poder aportar al desarrollo científico local. Creemos que es muy importante promover la investigación y el desarrollo regional, modos de crear y mejorar la sustentabilidad de la industria, así como los controles ambientales pertinentes.
La participación del sector científico y tecnológico también es una manera de sumar confianza a una sociedad que cada vez demanda más controles. Como ambientalista, estoy de acuerdo porque siempre trabajo para optimizar los recursos y obtener mayores beneficios en las comunidades donde se desarrollan los proyectos.
- En relación a las regalías y otros impuestos ¿cuál es el impacto de la minería metalífera?
- Más importante que las regalías, es el valor agregado que impulsa la industria minera. Es decir, el efecto multiplicador, el desarrollo que trae aparejado y que, en casos como en Mendoza donde hay muchas empresas de servicios petroleros y mineros que trabajan para el país, también podemos sumar los talentos científicos y humanos para apoyar el crecimiento.
Hay que destacar que el mayor porcentaje de lo que se produce en minería queda en el país y en la provincia. Ya que más allá de las regalías se suman los distintos impuestos nacionales, provinciales y municipales que pagan las empresas mineras y todas las asociadas en la cadena. A diferencia de otras regiones, Argentina tiene para la minería una carga impositiva alta, que supera el 50% de las ganancias.
Los porcentajes de rentabilidad con los que están operando las empresas metalíferas, por lo general, rondan el 13% o 15%, depende si hay retenciones o no (había derechos de exportación a la actividad, se quitaron pero luego las volvieron a incorporar). Lo importante, no obstante, es que el mayor porcentaje de divisas queda en el país y en las localidades.