"Toda la masa laboral que se encontraba desempleada hoy está trabajando", explicó a Télam Pablo Raiden, el jefe de Relaciones Comunitarias de Techint
IGNACIO ORTIZ
La construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) tendrá un fuerte impacto en la matriz energética del país y la macroeconomía una vez que se ponga en marcha, mientras que, de manera más inmediata, está generando las condiciones para una transformación social y laboral de importancia en las decenas de localidades cercanas a la traza de la obra de infraestructura más importante de los últimos 40 años en la Argentina.
Es que el proyecto que lleva adelante la empresa estatal Energía Argentina junto a las tres grandes contratistas privadas ocupa un 60% del total de sus trabajadores con mano de obra proveniente de zonas cercanas al tendido del gasoducto que atraviesa cuatro provincias: Neuquén, Río Negro, La Pampa y el oeste de Buenos Aires.
A lo largo de la traza, de 573 kilómetros, el gasoducto atraviesa más de 150 parcelas privadas con cuyos propietarios hubo que realizar gestiones directas e individuales para obtener los permisos de paso y acceso a los campos para esta obra considerada de interés público, una gestión que tuvo escasa resistencia de parte de los titulares lo que permitió que no llegaran a judicializarse.
Pablo Raiden, jefe de Relaciones Comunitarias de Techint en el GNPK, acompañó la recorrida de Télam por los campamentos en donde conviven cientos de trabajadores a diario.
Las obras de construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner alcanzaron el pico de ocupación con más de 3.000 trabajadores. Foto: Victoria Gesualdi
Raiden fue quien tuvo a su cargo el diálogo con cada uno de los dueños de las parcelas de los renglones 1 y 2 de la obra, que va desde Tratayen, en Neuquén, hasta la altura de la localidad de Doblas, en La Pampa, con una extensión total de alrededor de 440 kilómetros.
"Se generó mucha expectativa por todo lo que se asegura de este proyecto, por el gran beneficio para el país en cuanto al aporte energético, pero también al alcance social y económico que permita una mejora en el corto y mediano plazo para todas las localidades cercanas a la obra", explicó.
Es que de los más de 3.000 empleos directos que existen en la actualidad en la suma de todos los frentes de la obra, de los cuales el 10% son mujeres, "se contrató a toda la gente de la zona disponible por lo que toda la masa laboral que se encontraba desempleada hoy está trabajando", dijo Raiden.
El porcentaje de contrataciones locales no fue mayor debido a la falta de capacitación en tareas específicas y calificadas que requiere semejante obra de infraestructura, lo que llevó a las empresas a contratar a trabajadores de prácticamente todas las provincias del país que, con anterioridad, ya habían cumplido tareas en proyectos anteriores.