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INFORME
La industria del gas en América Latina y El Caribe
ENERNEWS/ MINING PRESS

Los recursos de la región en la red de distribución para la generación de electricidad. Reservas, producción y consumo

 

25/04/2023
Documentos especiales Mining Press y Enernews
LA INDUSTRIA DEL GAS EN AMÉRICA Y EL CARIBE

ANAHÍ ABELEDO

Sólo cuatro países de la región tienen la condición de grandes exportadores de gas natural: Argentina, Bolivia, Trinidad y Tobago y Venezuela. Como región, las cifras de América Latina indican que las importaciones son mayores que las exportaciones. México es el mayor consumidor de gas natural (casi el 31% de la demanda total de ALC) y lo compra a EE.UU.,, mientras que Trinidad y Tobago es el mayor exportador, seguido de Bolivia y Perú.

Las reservas probadas de gas natural de América Latina garantizan el suministro de la región durante al menos 33 años. La región utilizó gas para abastecer el 25% del consumo de energía primaria en 2019.Los principales consumidores fueron Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, México, Trinidad y Tobago y Venezuela. Se estima que Venezuela posee alrededor del 70% de las reservas probadas de la región.

Más que una integración regional, constituyen una red de distribución para abastecer, con todas las reservas disponibles, la generación de electricidad y fines industriales mientras que los países exportadores se sirven de los recursos de sus ventas externas.

Investigadores agrupados en el Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER), con sede en México, analizaron las particularidades del mercado del gas natural en la región. El estudio "PODER, La industria del gas en América y El Caribe", incluyó, además de estadísticas de los principales organismos públicos nacionales y multilaterales,  entrevistas con expertos como ex-funcionarios públicos, académicos y organizaciones de la sociedad civil.

A pesar de las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19, el consumo de gas natural aumentó en toda la región, con excepción de Colombia. También se produjo el impacto, aunque menor, causado por la guerra de Rusia en Ucrania, que se reflejó en los precios internacionales del petróleo y el gas. A largo plazo, este impacto será probablemente mayor para los países no productores.

Los investigadores; María Julieta Lambertii; Daniel Castrejón, Óscar Pineda y Diana Silva indican que "Preocupa especialmente la producción de gas natural en las empresas petroleras nacionales, debido a las bajas cantidades en comparación con los niveles de las empresas multinacionales. Esto se refleja en el escaso interés de los países por desarrollar capacidades tecnológicas para transformar el gas en electricidad, con la excepción de México y Brasil, donde las capacidades de las SOE son las mayores de ALC".

Las empresas privadas se convirtieron en actores principales de la producción y transformación a través de centrales de gas. Veintitrés proyectos privados concentran el 76% de la capacidad total de la región. 

LA MATRIZ ENERGÉTICA
Según Enerdata, la producción mundial de energía experimentó una reducción del 4% en 2020. Sin embargo, en 2021 volvió a crecer un 3,4%.4.

En la región de ALC, el consumo de energía sigue dependiendo de los combustibles fósiles, que son las fuentes de energía más consumidas en todo el mundo, con casi el 80% del total.

El petróleo representa el 45,2% de la producción de energía primaria, seguido del gas natural (23,4%), los productos de la caña de azúcar (7,5%), la leña (7,1%), la energía hidráulica (6,9%), el carbón mineral (4,6%) y otros (3,9%).

En términos de consumo energético, a nivel agregado, el gas es el segundo combustible más utilizado después del petróleo (40,05%) en la matriz energética de la región con una cuota del 25,56%. Sin embargo, en algunos países el gas es la fuente de energía más consumida, como en México (47,97%), Argentina (50,23%), Trinidad y Tobago (87,28%) y Venezuela (46,83%).

El petróleo ocupa el primer lugar, el carbón el segundo y el gas natural el tercero.

La siguiente fuente significativa es la energía hidráulica y en los últimos años ha aumentado el consumo de otras fuentes renovables como la solar y la eólica. 

El consumo de gas natural alcanzó su pico más alto en 2021. De todos los combustibles fósiles, el gas natural ha experimentado el crecimiento más amplio, por lo que la tendencia indica que continuará a mediano y largo plazo. 

Según el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), esta región posee cerca del 33% de los recursos hídricos renovables del mundo; sin embargo, sólo se ha desarrollado el 23% de su potencial hidroeléctrico. 

El carbón se sitúa justo por debajo de la energía hidroeléctrica y la biomasa, pero los combustibles fósiles siguen teniendo un papel central. Otras fuentes renovables han crecido en la última década, como la eólica, la solar, los biocombustibles y los residuos orgánicos (gráfico 2).

El suministro total de energía en América Latina resulta de la producción + importaciones - exportaciones, que se representa en el gráfico 3. En 2020, el petróleo crudo y el gas natural se repartieron la cantidad más considerable, con un 30% cada uno. 

Otras fuentes primarias representaron el 24% del total de la región. Esta categoría engloba varias fuentes como la eólica, la solar, el biogás, los residuos orgánicos y la leña. A continuación, el 9% de la matriz de la región procede de la energía hidráulica y el 5% del carbón. Sólo el 1% proviene de fuentes nucleares y el 1% restante de fuentes geotérmicas.

LAS RESERVAS PROBADAS 
En América Latina, las reservas probadas de gas natural se registran en México, Argentina, Ecuador, Bolivia, Brasil, Colombia, Perú, Trinidad y Tobago y Venezuela, con una estimación de 8.08 bcm de reservas totales en 2020, lo que representa el 4,29% de las reservas probadas a nivel mundial.

En todos los países analizados se redujeron las reservas probadas, salvo en el caso de Argentina y Venezuela. Observando las tasas de crecimiento en la última década.

En México las reservas probadas cayeron un 6,1%, en Brasil un 0,1%, en Colombia un 4% y en Trinidad y Tobago un 3,1%.

Aunque en Argentina se produjo un importante descenso de las reservas probadas de pozos de gas convencional, esta tendencia se ha invertido a partir de 2013 con la explotación de pozos no convencionales. El yacimiento de Vaca Muerta situó al país como el segundo del mundo en reservas de gas de esquisto y el cuarto en petróleo no convencional.

Las reservas de Venezuela han aumentado desde 2010 debido al descubrimiento del yacimiento de Perla, reconocido como uno de los mayores yacimientos offshore del mundo.

En 2020, Venezuela ocupaba el décimo lugar mundial en reservas probadas con 6.3 trillones de metros cúbicos de gas60, lo que representa el 70% de las reservas probadas de la región. Esta situación contrasta con su capacidad de producción. 

Teniendo en cuenta la información sobre reservas probadas y producción, la relación entre reservas y producción (R/P), que es uno de los indicadores más utilizados en la industria del petróleo y el gas. 

Este indicador busca conocer la cantidad remanente del recurso no renovable a partir de las tasas de producción actuales. Al realizar este cálculo, América Latina tiene 43 años, un poco por debajo del estimado mundial en 48 años. 

El país con mayor relación R/P para 2020 es Venezuela con 291 años debido a la gran cantidad de reservas y baja producción, seguido por Brasil (12.40), Argentina (10.44), Trinidad y Tobago (10.17), Colombia (8) y México (6.56 años). Estas perspectivas son el resultado de la reducción de las reservas probadas en la mayoría de los países.

LOS ALTIBAJOS DE LA PRODUCCIÓN
La producción de gas natural en América Latina ascendió a 182,940 billones de metros cúbicos (bcm) en 2020, lo que representa el 4,75% de la producción mundial total. El siguiente gráfico muestra los países con mayor producción de gas natural en la región para 2021, y su participación en la producción total de América Latina.

+ Argentina
El mayor productor de gas natural en 2021 es Argentina, que aporta el 25% de la producción de gas de América Latina, seguido de México (19%), Brasil (16%), Trinidad y Tobago (16%), Venezuela (15%), Colombia (8%) y otros (2%). 

Entre 2020 y 2021, la producción aumentó en todos los países excepto en México, que tuvo una tasa de crecimiento del -3,8% y Trinidad y Tobago del -15,9%.

Si consideramos el comportamiento histórico de la producción de gas natural entre 2000 y 2021 en estos países, observamos las siguientes tendencias:

En el caso de Argentina, la producción creció sostenidamente hasta alcanzar su punto más alto en 2004 con una producción de 43.6 bcm. 

A partir de ese momento comenzó una importante declinación en el contexto de la crisis hidrocarburífera ocurrida como consecuencia de la ruptura de la convertibilidad, que generó especulación por parte de las empresas concesionarias y licenciatarias que actuaron más como empresas financieras que como productoras de hidrocarburos, situación que puso en riesgo el abastecimiento interno de combustible e impulsó las importaciones desde Bolivia y Venezuela.

En 2014, la producción alcanzó su nivel más bajo, con 34,5 bcm. Desde entonces, aumentó continuamente hasta 2019, alcanzando un nivel de 41,6 bcm, pero aún por debajo de los niveles de 2004.

Este aumento de la producción se debió al incremento de la producción de gas no convencional, especialmente en Vaca Muerta que representó el 41% de la producción total de gas en 2019.

+ México
En cuanto a la producción de gas en México, si bien la producción de gas natural fue creciente hasta 2009, cuando alcanzó un máximo histórico con 52.6 bcm, continuó una contracción importante hasta llegar a 29.2 bcm en 2021, lo que representa una caída de 44,4% en la producción de gas.

Tan sólo entre 2020 y 2021, la producción de gas cayó 3,8%, posiblemente debido a la pandemia, pero también a la tendencia observada en la última década.

México es el segundo productor de gas natural en América Latina, después de Argentina. El gas es el combustible más consumido en el país. La producción disminuyó a partir de 2009 debido a que la política de hidrocarburos se ha enfocado en la explotación del petróleo, que es más rentable por la generación de divisas e ingresos fiscales, además de ser un combustible logísticamente más fácil de operar. Esto explica que la producción de gas haya sido predominantemente de gas asociado (79,7%) y no de gas no asociado (20,3%).

No existen incentivos para su producción interna, debido al suministro de gas natural de Estados Unidos, que es el más barato del mundo, como resultado del cambio tecnológico que hizo posible la fracturación hidráulica en ese país desde 2005, lo que aumentó sustancialmente la producción a partir de 2009.

+ Brasil
Aunque Brasil no era uno de los mayores productores de gas natural a principios de este siglo, con una producción de 7.7 bcm en 2000, ha aumentado en las últimas décadas, más que triplicándose hasta alcanzar los 24.3 bcm en 2021. 

Aunque ha aumentado, el consumo primario de este combustible es del 9,63%, por debajo de la energía procedente de fuentes renovables y de la energía hidroeléctrica. 

Este aumento de la producción fue el resultado de la puesta en marcha del “Plan de Antecipação da Produção de Gás Natural” en 2006, como consecuencia de la decisión de Evo Morales de nacionalizar las reservas de gas y ejercer el control sobre las empresas del sector en Bolivia, de las que dependía Brasil. 

Este plan preveía proyectos de gas que se esperaba explotar más a medio y largo plazo, lo que aumentó la producción de gas, y también reforzó los lazos comerciales tanto con Bolivia como con Argentina. Brasil tuvo nuevos descubrimientos de petróleo, sobre todo en yacimientos offshore, como los de la Cuenca de Santos.

+ Trinidad y Tobago
Trinidad y Tobago ha sido testigo de un aumento constante de la producción de gas durante la primera década del 2000. Esta tendencia se había ido consolidando desde 1993, cuando la economía de Trinidad y Tobago pasó de depender del petróleo a depender principalmente de la producción de gas, convirtiéndose en la primera economía del mundo basada en el gas natural.

En efecto, en términos de consumo de energía primaria, el principal combustible consumido en 2020 fue el gas natural (87,28%), seguido del consumo de petróleo (12,72%). 

Esta tendencia creciente en la producción de gas alcanzó su nivel más alto en 2010, con una producción de 40.3 bcm, lo que representa un aumento del 191,33% respecto a la producción de 2000. 

El descubrimiento de grandes yacimientos de gas ha impulsado el aumento de las infraestructuras para producir GNL que se exporta a Estados Unidos y Europa desde 1999, así como su industria petroquímica, sobre todo para la producción de metanol, amoniaco y urea. Después de 2010, su producción registró dos caídas importantes, la primera con una producción de 31.3 bcm en 2016, debido a la "declinación natural de los campos más las paradas por mantenimiento profundo en las plataformas de producción".

Aunque esta situación mejoró ligeramente en los años siguientes, volvió a descender en 2021 hasta 24.7 bcm, lo que representa una caída de la producción del 15% con respecto a 2020. Esta disminución de la producción se debe al agotamiento de los recursos energéticos, el agotamiento de las reservas y la caída de los precios del petróleo agravada por la pandemia, y ha generado graves dificultades para la economía del país en los últimos años.

+ Venezuela
A principios de 2000, Venezuela era el tercer productor de gas de América Latina. A pesar de ser el país con mayores reservas probadas de América Latina y el décimo del mundo, actualmente es el quinto productor de gas natural, por detrás de Argentina, México, Trinidad y Tobago y Brasil. 

En 2000 tenía una producción de 31 bcm, que fue aumentando anualmente hasta alcanzar uno de sus puntos más altos en 2007 con 37.2 bcm.73 Esto supuso un aumento del 20% de la producción debido al incremento de las inversiones del Estado venezolano dentro de la llamada "Revolución Socialista del Gas".

Después de 2007, la producción descendió a los niveles de 2002. En 2015 hubo un nuevo repunte de la producción que se mantuvo hasta 2017, cuando alcanzó el nivel más alto con 38.6 bcm debido a la producción del campo Perla por PDVSA en consorcio con ENI y Repsol.

+ Colombia
Colombia es el sexto productor de gas natural de la región. Tuvo una producción de 5,7 bcm en 2000, equivalente al 15% de la producción argentina. Desde ese año, ha mantenido una tendencia creciente de producción con un pico en 2013 con una producción de 13.2 bcm, lo que representó un incremento del 43% en relación con el año 2000, debido al aumento de la producción de los campos Guajira y Cusiana que aportaron el 83,9% de la producción nacional. 

Sin embargo, a partir de 2013 se observa una tendencia a la baja en la producción de gas natural, llegando a 12.6 bcm en 2021 debido al agotamiento del recurso en estos grandes campos. A esto se suma una falta de aumento de las reservas probadas, lo que posiblemente implicará un déficit de suministro para los próximos diez años.

 

CONSUMO SECTORIAL
El segundo mayor consumidor de América Latina en 2021 fue Argentina, que alcanzó los 45.9 bcm, frente al 52% del consumo de México. En 2000, tenía un consumo de 32.3 bcm, a partir del cual tuvo una tendencia creciente hasta alcanzar 42.1 bcm en 2010, lo que corresponde a un aumento del 30,34% en ese período. 

Debido a la recuperación económica después de la crisis de 2001, al incremento en la generación de energía eléctrica mediante turbogas y plantas de ciclo combinado y al consumo de GNC. Después de 2010, la tendencia creciente en el consumo de este hidrocarburo continuó a un ritmo menor en comparación con el período comprendido entre 2010 y 2021 (+9%).

En Argentina, los principales sectores consumidores de gas fueron la generación eléctrica (37,80%), el sector industrial (28,40%) y el sector residencial (22,70%). 

Junto con Colombia, el sector residencial es uno de los más representativos dentro del consumo de gas natural, a diferencia de los otros países de la región donde es marginal (Tabla 2). 

Considerando la producción y el consumo en 2021, la producción nacional cubre el 84,1% del consumo total (Tabla 3), el monto restante deberá obtenerse a través de importaciones.

Brasil fue el tercer consumidor más representativo de la región en 2021 con un consumo de 40.4 bcm, lo que genera un déficit que se cubre con el 60,15% de la producción nacional y el resto a través de importaciones (Tabla 3). 

En 2000, el consumo de este hidrocarburo fue de 9.4 bcm, lo que ha implicado incrementos de 113% entre ese año y 2010, como resultado de la implementación del Programa Prioritario de Termoelectricidad (PPT), para aprovechar los excedentes de gas natural de Bolivia para la generación eléctrica. 

Entre 2010 y 2021, la tendencia del consumo de gas natural sigue aumentando en Brasil, pero con un crecimiento menos acelerado (46,7%) resultante del aumento de la generación de electricidad.

De hecho, desde 2011, se ha empezado a observar una correlación negativa entre la generación de electricidad a gas y la generación hidroeléctrica debido a las condiciones de escasez de agua resultantes de las sequías.

En 2021, el consumo de gas se orientó a la generación de electricidad (46,06%), seguido del consumo para el sector industrial (23,41%) y el sector petrolero (11,01%). Brasil tiene una cuota muy baja de consumo residencial, al igual que México (Tabla 2).

A pesar de poseer las mayores reservas de gas del mundo, Venezuela ha reducido su consumo hasta alcanzar los 24 bcm en 2021, equivalentes a los niveles observados en 1990.

En 2000 consumió 31 bcm y para 2010 consumió 31.3 bcm, lo que implicó un incremento prácticamente nulo. Entre 2010 y 2021 hubo una reducción de 23%. PDVSA es la empresa que produce y distribuye gas en Venezuela a través de su filial PDVSA Gas Comunal, el cual se vende a un precio regulado superior al costo de producción, lo que ha hecho inviable su producción y consumo interno.

Un informe de 2018 de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos menciona que 38% del gas natural es consumido por la industria petrolera en Venezuela.

Se calcula que otros grandes consumidores de gas del país son las centrales termoeléctricas y los sectores industrial y petroquímico. Aunque el consumo doméstico no es muy representativo, existe una crisis de abastecimiento de gas, ya que sólo el 7% de los hogares tiene acceso a gas canalizado, el 89% a bombonas y el 4% restante debe utilizar leña y queroseno.

Esta crisis se ha agravado debido a la reducción en la producción de gas propano; también la imposibilidad de importarlo por las sanciones impuestas a PDVSA, la falta de operatividad de las plantas de llenado, las fallas operativas de los camiones para transportar gas LP y la escasez de cilindros para su distribución.

Esto es especialmente preocupante teniendo en cuenta los altos niveles de quema de gas natural en Venezuela.

El quinto mayor consumidor de gas natural en 2021 es Trinidad y Tobago con 15.6 bcm, el único país del continente que consume menos gas del que produce. Si consideramos el balance entre producción y consumo (Tabla 3) el país produce un 58% más de lo que necesita para cubrir sus necesidades de consumo. En 2000 tenía un consumo de 9.8 bcm, que aumentó un 111% en 2010, cuando consumió 20.7 bcm. 

Después de ese año, disminuye ligeramente con una reducción del consumo entre 2010 y 2021 del 26,63%.

Además de lo anterior, tiene una estructura de consumo diferente a la de los otros países analizados. El principal consumidor de gas natural en Trinidad y Tobago es la industria del GNL (44,6%), seguida de la industria petroquímica (37,90%), de la que el 19,2% se destina a la producción de metanol y el 18,7% a la producción de amoniaco. 

Después de la industria petroquímica, el consumo de gas se dedica a la generación de electricidad (9,10%), procesadores de gas, cemento, derivados del amoníaco y pequeños consumidores (2,2%) y finalmente el sector industrial con (1,60%) que se destina a la producción de hierro y acero.

Por último, Colombia es el sexto consumidor de gas natural de la región en 2021,  con un consumo de 12.6 bcm. En el año 2000, el consumo era de 5.7 bcm, el cual tuvo una tendencia creciente alcanzando 8.7 bcm en 2010 y una tasa de crecimiento en ese periodo de 52,63%. 

Esta tendencia creciente se mantiene entre 2010 y 2021 con un aumento del consumo del 44,82%. Además de lo anterior, en 2021 el consumo es equivalente a la producción nacional, lo que hace menos dependiente de fuentes externas para asegurar el consumo interno.

En este caso, el principal consumidor es el sector industrial (30%), seguido de la generación de electricidad (23%), el sector residencial (20%), el sector petrolero (14%), el autotransporte (6%), los servicios (5%) y la petroquímica (1%). A diferencia de México y Brasil, donde la generación de electricidad es el principal consumidor de gas natural, el sector industrial colombiano es un consumidor principal.

 


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews

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