La sequía y los incendios arrastran días en Brasil y complica el suministro energético. Según datos del Centro Nacional de Monitoreo de Desastres Naturales (CEMADEN), que sostienen que más de un tercio de su territorio nacional -más de tres millones de kilómetros cuadrados- está afectado en la actualidad por “una sequedad extrema”.
Desde que comenzaron a tomarse registros sistemáticamente en 1950, nunca antes el país había "experimentado una sequía tan extensa e intensa como ésta", de acuerdo a las declaraciones de la científica del CEMADEN Ana Paula Cunha, recogidas por el portal G1.
"Antes, sólo regiones aisladas sufrían ciclos de sequía, pero esta vez se trata de un fenómeno general", ha agregado Cunha, advirtiendo de que "es un gran problema al que se enfrenta el país".
La sequía no solo ha incrementado el número de incendios en varios puntos del país, sino que además ha puesto en jaque la producción de energía hidroeléctrica y ha dejado completamente aisladas a algunas regiones del exterior dado que el bajo nivel de las aguas en los algunos ríos hace que estos no sean ya navegables.
La sequía ha incrementado el número de incendios en varios puntos del país, sino que además ha puesto en jaque la producción de energía hidroeléctrica y ha dejado completamente aisladas a algunas regiones del exterior dado que el bajo nivel de las aguas en algunos ríos hace que estos no sean ya navegables.
En este escenario, los proveedores de energía en Brasil, incluida la estatal Petroleo Brasileiro SA, están buscando seis cargamentos de GNL para entrega en septiembre, según traders con conocimiento directo de la información.
Si bien la situación no es tan crítica como en 2021, cuando una sequía severa obligó a Brasil a comprar volúmenes récord de GNL, las compras coincidirían con una fuerte demanda en Asia en medio de un verano caluroso. En otro lugar, Egipto ha comenzado a importar el combustible y las necesidades de Europa crecieron después del corte de la mayoría de los flujos por tubería desde Rusia.
Según informó Reuters, Los brasileños pagarán más por la electricidad en septiembre, ya que el regulador local de la energía, Aneel, decidió imponer un cargo adicional en las facturas debido a la caída del nivel de los embalses de las centrales hidroeléctricas en medio de la estación seca del país.
A pesar del crecimiento de la energía eólica y solar en la mayor economía de América Latina en los últimos años, más de la mitad del suministro eléctrico de Brasil sigue procediendo de centrales hidroeléctricas.
Por su parte, los incendios de la Amazonía brasileña se dispararon un 120% en agosto frente al mismo mes del año pasado, producto del intenso período de sequía que se registra este año, según datos oficiales divulgados este domingo. En relación con julio, las llamas aumentaron un 234%.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Investigaciones (INPE, por sus siglas en portugués), la selva tropical más extensa del planeta registró 38.266 focos de incendio en agosto, el número más alto para el mes desde 2010.