En el marco del día Mundial del Hidrógeno, la Comisión de Energía y Combustibles, que preside la diputada Lorena Villaverde (LLA), recibió a funcionarios nacionales y a referentes del sector
Durante una reunión informativa y con el fin de abordar sobre el “marco regulatorio para impulsar la industria del hidrógeno renovable y de bajas emisiones”, el secretario de Energía de la Nación, Eduardo Rodríguez Chirillo, explicó que “la Ley de bajas emisiones comprende el hidrógeno verde”, y que el objetivo es “pensar en una norma, esencialmente energética, que regule un combustible que nos va a regir durante los próximos años”.
Por otra parte, la diputada de LLA Lorena Villaverde, indicó que “es prioridad el desarrollo de nuevas inversiones y la consolidación de nuestra matriz energética”, y que, en ese sentido, -puntualizó- “la industria del hidrógeno es importante y tiene una oportunidad única en nuestro país”.
En tanto, Mariela Beljansky, subsecretaria de Transición y Planeamiento Energético de la Secretaría de Energía de la Nación, celebró que “el Congreso esté tratando este tema”, al remarcar que “el hidrógeno verde y de bajas emisiones son una de las posibilidades que tiene la Argentina no sólo para hacer nuestra propia transición hacia una economía más baja en carbono, sino, por sobre todas las cosas, como productos de exportación”.
Por su parte, el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, señaló que “hoy nuestro país es pionero en el mundo en materia de hidrógeno verde” y -añadió- “sería una lástima no picar en punta con un marco normativo amigable que no implica un costo fiscal exorbitante”.
A su turno, Amador Sánchez Rico, embajador de la Unión Europea en Argentina, consideró que "el hidrógeno es una de las iniciativas más transformadoras y visionarias en el ámbito de la energía global", por lo cual -aseveró- “es fundamental generar un marco normativo que guíe y acompañe a este sector que es reciente. El potencial de la Argentina para la producción del hidrógeno verde y renovable es una realidad”, enfatizó.
Luego, Raúl Bertero, presidente del Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética (CEARE-UBA), afirmó que “la transición energética mundial es una enorme oportunidad para la Argentina”, al tiempo que remarcó la importancia de generar un marco normativo: “El hidrógeno es un actor nuevo y se estima que el 14% de la matriz energética mundial va a ser cubierta por hidrógeno en el 2050”.
Desde la Cámara Eólica Argentina (CEA), Héctor Ruiz Moreno opinó que “el desarrollo del hidrógeno verde se debe introducir en la agenda gubernamental como una prioridad importante para el desarrollo y consolidación de la actividad renovable en la Argentina”, ya que “va a fortalecer el mercado energético del país”.
PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA PARA CAPITALIZAR LAS VENTAJAS DE LA ARGENTINA
La Argentina cuenta con un potencial enorme, prácticamente único en el mundo, para desarrollar la economía del hidrógeno en todas sus variedades. Desde el hidrógeno gris (que actualmente se produce pero sin tecnologías de captura de carbono), hasta hidrógenos más limpios como el azul (sobre la base de gas natural), el rosado (sobre la base de energía nuclear) o el verde (sobre la base de energías renovables).
Las ventajas comparativas del país son evidentes si se consideran las fortalezas en materia de gas natural, un insumo clave en la producción del hidrógeno azul. El 57% de la energía que se produce anualmente en el país corresponde al gas natural, el más limpio de los combustibles fósiles. En términos de capacidades productivas, Argentina también cuenta con ventajas importantes.
Ya se están produciendo aproximadamente 400.000 toneladas por año de hidrógeno gris, aunque lamentablemente aún sin la tecnología adecuada que nos permitiría capturar el carbono y reducir su impacto ambiental. Revertir esta situación es el desafío.
Con respecto al hidrógeno verde, el país ostenta un abanico de oportunidades. El noroeste argentino posee los más altos niveles de radiación solar del mundo, prácticamente duplica la media mundial con 2800 kw/h por metro cúbico anuales. Y la Patagonia, por los fuertes vientos, dispone de un potencial enorme a partir de la energía eólica. El desafío es la planificación energética para la formulación de políticas públicas acertadas.
De allí la importancia de que, desde la Mesa Ministerial de Hidrógeno, en el marco del Consejo Económico y Social, se emprendan estudios, análisis y consultas para poder recabar evidencia empírica sólida y con ella formular las correspondientes políticas públicas.
Estas comprenden las proyecciones nacionales, las diversas tecnologías disponibles y necesarias para la producción, el almacenamiento, la conversión y el transporte del hidrógeno.
También el análisis de los costos —tanto de producción como de logística— y los posibles precios que se van a suscitar fruto de la demanda mundial esperada. Otra serie de estudios muy importantes deben estar referidos al marco regulatorio y a las normativas técnicas que se van a necesitar a raíz de esta evidencia empírica.
ARTICULACIONES PÚBLICO-PRIVADAS Y POTENCIALIDADES DE LOS ENCADENAMIENTOS PRODUCTIVOS
La Argentina cuenta con un sólido sistema científico-tecnológico y de innovación, calidad y abundancia en recursos disponibles de energías renovables y una gran potencialidad para desarrollar el mercado de hidrógeno a mediano y largo plazo.
Acordar una hoja de ruta, a partir del diálogo público-privado y del involucramiento de todos los actores vinculados a la industria, es el primer paso para consolidar una plataforma que impulse la creación de una amplia cadena productiva, con generación de empleos de calidad y la posibilidad de incrementar significativamente las exportaciones.
La República Argentina está frente a una gran oportunidad para acelerar la transición energética y, consecuentemente, posicionarse como líder regional en la industria del hidrógeno. Para lograrlo, el primer paso es articular el trabajo público-privado y acelerar la concreción de una agenda en materia de energías renovables, definiendo una estrategia nacional que sea una guía para transitar exitosamente el camino hacia el desarrollo de esta industria.
Las condiciones climáticas y los recursos naturales que se encuentran en las distintas regiones del país, se traducen en un gran potencial para la producción e industrialización del hidrógeno. A su vez, ese potencial significa la posibilidad de que cada vez más personas trabajen y produzcan en las zonas en donde viven, alcanzando así un desarrollo económico federalmente equitativo, capaz de posibilitar la inclusión social. La transformación de la matriz energética del país es posible.
Depende de diversos factores, como el financiamiento, la tecnología y la demanda global, pero fundamentalmente de consensos y diálogo entre las partes, para poder aprovechar la capacidad de generar energías limpias, exportarlas al mundo en gran escala y contribuir a un desarrollo federal, integral e igualitario.