Ahora que el brillo y el atractivo de ser la "nueva moda" y los subsidios gubernamentales están empezando a desaparecer (junto con un mercado lleno de competencia sobresaturada y una oferta sólida), los vehículos eléctricos simplemente no se venden.

Ese fue el tema de un nuevo informe del FT que afirma que el cambio de la industria automotriz hacia los vehículos eléctricos, que alguna vez se consideraron esenciales, ahora enfrenta serios desafíos.

Por ejemplo, Northvolt, el mayor productor de baterías de Europa, se declaró en quiebra la semana pasada, lo que pone en duda la estrategia industrial de la región. Además, Stellantis anunció el cierre de su planta de furgonetas en el Reino Unido, lo que pone en riesgo 1.100 puestos de trabajo, mientras que Volkswagen y Ford también advirtieron de importantes recortes de empleo y cierres de plantas debido a una demanda de vehículos eléctricos más débil de lo esperado.

Ahora, Estados Unidos corre el riesgo de quedarse aún más atrás en su transición ecológica, ya que la adopción de vehículos eléctricos está retrasada y los planes del presidente electo Trump de recortar los subsidios amenazan el progreso. Si bien el presidente Biden aspira a que los vehículos eléctricos representen la mitad de las ventas de automóviles nuevos para 2030, representaron solo el 10% el año pasado, según el FT .

Además, los fabricantes de automóviles han reducido sus planes de producción: se espera que la producción de vehículos eléctricos en Estados Unidos caiga un 50% y los planes europeos un 29% el próximo año, según Bernstein. Para 2025, se proyecta que la participación de mercado de los vehículos eléctricos alcance el 23% en Europa y el 13% en Estados Unidos.

El FT informó que el lento crecimiento de la adopción de vehículos eléctricos a nivel mundial se debe a los altos costos iniciales, las preocupaciones sobre la autonomía y la infraestructura de carga y la disminución de las ventajas en los precios de la energía debido a las tensiones geopolíticas.

El aumento de los tipos de interés ha aumentado aún más los costes de leasing. En Europa, los precios de los vehículos eléctricos han pasado de 40.000 euros en 2020 a 45.000 euros en la actualidad, muy por encima de los 20.000 euros que muchos consumidores están dispuestos a pagar.

Mientras tanto, los subsidios gubernamentales inconsistentes han llevado a una adopción desigual: Alemania y Francia han recortado los incentivos, lo que ha generado preocupaciones sobre la disminución de las ventas de vehículos eléctricos y la pérdida de empleos en la industria automotriz.

China, en cambio, ha integrado con éxito su estrategia de vehículos eléctricos, aprovechando iniciativas respaldadas por el Estado, subsidios y una sólida cadena de suministro para dominar el mercado. Más de la mitad de los autos nuevos que se venden en China son ahora vehículos eléctricos o híbridos enchufables, gracias a precios competitivos y tecnología innovadora en el interior de los vehículos.

Europa, limitada por los principios del libre mercado, no puede igualar el modelo impulsado por el Estado de China y ha recurrido a la imposición de aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos chinos. A pesar de los reveses, los fabricantes de automóviles europeos siguen siendo optimistas y planean modelos de vehículos eléctricos asequibles de menos de 25.000 euros para cumplir con los objetivos de emisiones más estrictos, con el objetivo de equilibrar la reducción de costos con el creciente interés de los consumidores en la tecnología eléctrica.

El analista de Bernstein, Daniel Roeska, concluyó: “El pronóstico de producción de vehículos eléctricos para 2025 aparentemente solo ha ido en una dirección: hacia abajo”.