El resultado se explicó por exportaciones energéticas que totalizaron US$ 879 millones, marcando un crecimiento interanual del 23,7%
La balanza comercial energética de Argentina comenzó el año con un saldo positivo de US$ 678 millones, lo que representó una mejora de US$ 265 millones respecto a enero de 2024, según datos de la Secretaría de Energía y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Las exportaciones de energía representaron el 14,9% del total de ventas externas del país en el primer mes del año. En volumen, los envíos al exterior aumentaron un 33,7%, aunque los precios cayeron un 7,9%.
El principal destino de las exportaciones energéticas fue Chile, con ventas por US$ 259 millones (+35,9% interanual), seguido por Estados Unidos, con US$ 233 millones (+54,2%). En tanto, las importaciones energéticas totalizaron US$ 201 millones, reflejando una caída interanual del 32,5%.
El crecimiento de las exportaciones energéticas estuvo impulsado por la producción de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta.
Desde el inicio de su explotación en 2013, la formación ha atraído inversiones por US$ 50.000 millones, permitiendo a Argentina reducir importaciones de gas en invierno y expandir sus envíos al exterior. Actualmente, Vaca Muerta aporta el 50,1% del gas y el 54,9% del petróleo producidos en el país.
La flexibilización de restricciones regulatorias ha favorecido la expansión del sector, facilitando la llegada de inversores y el acceso a mercados estratégicos. En este contexto, Chile se consolidó como un socio clave para Argentina en materia energética, absorbiendo la mayor parte de las exportaciones del rubro.
Si bien la balanza energética cerró con saldo positivo, la balanza comercial total del país registró un superávit de solo US$ 142 millones en enero, una caída significativa frente a los US$ 784 millones del mismo mes del año anterior.
Las importaciones crecieron un 24,6% interanual, alcanzando US$ 5.748 millones, mientras que las exportaciones subieron un 9,1%, hasta los US$ 5.890 millones. La apreciación del peso y la apertura económica incidieron en este resultado.
Brasil se mantuvo como principal socio comercial, aunque el intercambio arrojó un déficit de US$ 481 millones. Las exportaciones hacia ese país cayeron un 10,1% interanual, mientras que las importaciones desde Brasil crecieron un 40,3%. En tanto, China generó un déficit comercial de US$ 1.250 millones, con exportaciones en baja (-37,7%) e importaciones en alza (+51,5%).