El sector minero global y, particularmente, el argentino, navegan un complejo escenario de reconfiguración del orden mundial. Durante un reciente ciclo de charlas de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), Natacha Izquierdo, Directora de Operaciones de Abeceb, expuso un análisis detallado sobre las perspectivas macroeconómicas y geopolíticas que impactan directamente en la industria.
Izquierdo señaló que el mundo transita de un paradigma de eficiencia, donde primaba el menor costo, a uno de resiliencia, seguridad estratégica y alianzas políticas. Conflictos como la guerra de Ucrania y las tensiones en el Mar Rojo, junto a la puja entre China y Estados Unidos, no son episodios aislados, sino manifestaciones de este cambio profundo. En este nuevo mapa, el acceso a minerales críticos y la capacidad industrial cobran una centralidad estratégica, redefiniendo las cadenas globales de valor y reactivando políticas industriales en economías desarrolladas.
La Agenda Arancelaria de EE.UU. y su Impacto en Argentina
Uno de los principales focos de tensión comercial es la agenda arancelaria relanzada por la administración Trump el 2 de abril, concebida como un mecanismo de geoeconomía y presión. Argentina fue incluida, enfrentando un recargo del 10% sobre todos los bienes ya alcanzados previamente. Si bien no se considera un arancel "punitivo" como los aplicados a China o Vietnam, ubica a Argentina en una posición de mayor vulnerabilidad frente a decisiones unilaterales.
Es crucial destacar que productos clave como el cobre, el litio y los farmacéuticos quedaron exentos de estos nuevos aranceles. Esta distinción no es menor, ya que subraya la importancia geopolítica de los recursos estratégicos. Otros sectores, como el acero y el aluminio, ya enfrentan restricciones bajo la sección 232, con aranceles que han subido al 50% para el acero, dado su carácter estratégico para EE.UU.
Esta nueva geoeconomía genera una oportunidad para Argentina por su posición en minería y energía, pero también el desafío de evitar que las medidas de defensa comercial deterioren la competitividad de otros productos industriales. Actualmente, el 40% de las exportaciones argentinas a EE.UU. (incluyendo petróleo, oro y litio) ingresan sin arancel, representando cerca de 1.000 millones de dólares en minería (14% del total exportado en 2024).
Impactos de la Nueva Geoeconomía: Comercio, Finanzas y Competencia
La nueva geo-economía se manifiesta en cuatro frentes clave:
Disrupción del Comercio Internacional: Aumento de aranceles, medidas espejo, y un multilateralismo que cede ante acuerdos bilaterales o regionales, impactando costos logísticos e insumos críticos.
Enfriamiento Macro Global: Desaceleración en China y Europa, caída de la demanda global, y encarecimiento del financiamiento. Los commodities como el oro actúan como refugio, cobrando un rol predominante.
Revisión de Estrategias Empresariales: Mayor cautela y selectividad, priorizando países con trazabilidad, reglas claras y marcos predecibles. Argentina puede posicionarse mejor si consolida su proceso de estabilización.
Presión Competitiva Global: Sobreoferta en minerales clave como el cobre y el litio, con precios a la baja. La concentración de la capacidad de refinación en China se convierte en una herramienta de poder, lo que exige a Argentina cumplir estándares internacionales y condiciones de trazabilidad.
El Tablero Minero: Oro como Refugio, Litio y Cobre con Desafíos y Potencial Futuro
En este reordenamiento global, el comportamiento de los metales es dispar:
Oro: Emerge como el más resiliente y fuerte. No solo por su rol histórico de activo refugio en contextos de incertidumbre, sino porque está adquiriendo un valor geopolítico estratégico. Su trayectoria de precios, superando los 3.200 dólares la onza, refleja la desconfianza en otros activos. Para Argentina, el oro es clave, representando más del 60% de sus exportaciones mineras, actuando como un amortiguador ante shocks globales.
Plata: Más expuesta al ciclo industrial (electrónica, automotriz), sufre mayor impacto de la recesión global y tiene un rol de refugio más débil.
Litio: Eximido de aranceles por EE.UU. como mineral crítico, posiciona a Argentina como una "fuente amistosa". Sin embargo, el gran desafío es su precio, que hoy ronda los 8.000-8.500 dólares la tonelada de carbonato de litio, reflejo de una sobreoferta y desaceleración de la demanda china. El control chino del 50% del procesamiento global del litio, y la mayoría de los componentes de baterías, representa un riesgo geopolítico.
Cobre: Altamente procíclico, sufre la desaceleración de la actividad industrial china. Sin embargo, es insustituible para el futuro energético (redes eléctricas, vehículos eléctricos, energías renovables). Aunque su demanda a corto plazo se debilite, su rol estructural a mediano y largo plazo se fortalece. Estados Unidos y Europa buscan reducir su dependencia de la refinación china, abriendo un espacio para proveedores confiables como Argentina.
Inversión y Proyecciones para la Minería Argentina
El escenario global está generando un cambio en las decisiones de inversión mineras: hay más cautela, aumento en el costo del crédito y exigencia de mayores condiciones para los proyectos. Si bien no se esperan cancelaciones masivas, hay un "wait and see" selectivo, con fondos reorientándose hacia proyectos más sólidos y con mayor gobernanza. La exploración avanzada y la construcción (especialmente en litio) son las etapas que más inversión atraen, mientras que la prospección inicial se restringe.
Las proyecciones de exportación minera argentina a corto plazo muestran una mejora, impulsadas casi exclusivamente por el precio récord del oro. Se estiman exportaciones superiores a los 4.700-4.800 millones de dólares, un aumento del 75% respecto a 2020. El oro, sin visibilidad de una recuperación del precio del litio a corto plazo, sigue siendo el principal motor de ingresos de divisas para el sector.
En conclusión, aunque el corto plazo impone cautela y desafíos por la sobreoferta y la reconfiguración geopolítica, los fundamentos de largo plazo para minerales como el litio y el cobre se mantienen sólidos. Esto, junto al rol ancla del oro, representa una oportunidad estratégica para Argentina, especialmente con la expectativa de que varios yacimientos de clase mundial puedan iniciar su construcción en los próximos años, siempre que el país logre garantizar un entorno operativo predecible y la trazabilidad de sus productos.