El reciente informe "Mine 2025: Concentrating on the future" de PwC subraya el rol indispensable de la industria minera como pilar fundamental de la economía mundial, en un contexto de profunda transformación impulsada por diversas megatendencias.
El estudio destaca que fuerzas como la urbanización, las transiciones energéticas y tecnológicas, junto con las crecientes tensiones geopolíticas, están reconfigurando drásticamente las cadenas de valor y los riesgos asociados a la minería. Esta dinámica redefine las industrias verticales tradicionales, orientándolas hacia dominios centrados en necesidades humanas esenciales, tales como la movilidad, la construcción, la alimentación, la atención médica y la energía. La minería, en este escenario, actúa como un catalizador crucial para la creación de valor en estos seis dominios clave de crecimiento.
A nivel de desempeño financiero, el informe revela un año 2024 desafiante para la mayoría de las 40 principales compañías mineras globales, excluyendo el sector del oro. Estas empresas experimentaron una disminución del 3% en sus ingresos y del 10% en el EBITDA. En contraste, el sector del oro fue una excepción notable, registrando un aumento del 15% en ingresos y un impresionante 32% en el EBITDA, impulsado por los precios récord del metal precioso en el mercado global.
El informe pone especial énfasis en la concentración de productos básicos y cómo este fenómeno, en conjunto con las megatendencias mencionadas, está dando forma a nuevas cadenas de suministro, influyendo en las estrategias nacionales y fomentando nuevas modalidades de colaboración entre actores.
Finalmente, "Mine 2025" proyecta que estas poderosas fuerzas continuarán transformando la industria minera, delineando su evolución y desafíos hasta el año 2035. La publicación invita a los líderes del sector a concentrarse en estas tendencias para asegurar un futuro resiliente y estratégico.
Las compañías mineras deben redefinir sus estrategias para 2025, priorizando innovación tecnológica, eficiencia operativa y el compromiso con las comunidades locales. “En Latinoamérica, y particularmente en Argentina, el desarrollo del triángulo del litio; ha captado la atención de inversores internacionales. Las provincias del norte argentino concentran vastas reservas de este mineral clave para la electromovilidad, lo que posiciona al país como un jugador estratégico en la cadena de suministro global. Sin embargo, es fundamental generar condiciones de estabilidad y previsibilidad para atraer inversiones sostenibles”, destacó Leonardo Viglione, socio de PwC Argentina y líder de la Industria Minera.
La visión de 2035
Varias tendencias clave influirán en la trayectoria de la industria minera en la próxima década.
Crecimiento poblacional . Se prevé que la población urbana se duplique con creces para 2050, momento en el que casi siete de cada diez personas vivirán en ciudades. A medida que las economías mundiales crecen, la demanda per cápita de materias primas también aumentará, a pesar de un uso más eficiente y mayores niveles de reciclaje. Como resultado, se reconocerá cada vez más la necesidad de un mayor suministro de minerales.
Transición energética . La transición energética es un factor clave de la demanda de minerales críticos. En respuesta a ello, se espera que se ponga en funcionamiento o se encuentre en desarrollo una importante oferta nueva.
Impacto ambiental . Para que las personas vivan en condiciones climáticas más extremas, las necesidades energéticas, por ejemplo, para el aire acondicionado, la calefacción y el bombeo de agua, aumentarán significativamente. El aumento de las necesidades energéticas incrementa la demanda de los productos básicos subyacentes. Los riesgos climáticos presentan mayores costos y desafíos para el suministro, ya que las sequías, las inundaciones y el aumento del nivel del mar afectan la logística de las operaciones mineras. Ante la perspectiva de un mayor cambio climático, se espera que las vías fluviales árticas permanezcan abiertas todo el año y sean la ruta más rápida entre China y Europa. Países árticos como Canadá y Estados Unidos están más centrados en el crecimiento de la infraestructura y la presencia militar en la región, lo que podría eliminar las barreras a la minería en la zona.
Tecnología, innovación y automatización . Los avances mejorarán el rendimiento de los equipos mineros, lo que permitirá una mayor producción con un menor consumo de recursos y mayor seguridad. Los vehículos autónomos sin personal en operaciones remotas reducirán el riesgo para los operadores, mejorarán la productividad y aumentarán el tiempo de funcionamiento de los equipos. Debido a la naturaleza intensiva en capital y el largo ciclo de vida de la minería, los cambios a gran escala se implementarán primero en las nuevas minas. Las minas existentes considerarán áreas específicas de adopción donde sea viable económicamente.
Capital humano . Una parte sustancial de los empleos mineros tradicionales se verá reforzada o reemplazada por la tecnología, con operaciones remotas que emplearán científicos de datos, IA y especialistas para complementar el trabajo de campo. Los trabajadores deberán pasar a puestos más cualificados que supervisen sistemas automatizados. El mayor uso de la tecnología resultará en más trabajo de oficina que presencial y en una menor atención a la fuerza física. El atractivo de trabajar en una industria de alta tecnología, una mayor seguridad y una mayor capacidad para trabajar a distancia o desde la oficina harán que la minería sea más atractiva para una fuerza laboral más joven y diversa.
Acceso a financiación . Se prevé que el perfil de los inversores mineros evolucione significativamente para 2035. A medida que cambie la dinámica del mercado, la composición de los inversores seguirá diversificándose, abarcando tanto a participantes del sector público como del privado. Si bien estos grupos siguen siendo esenciales para asegurar una inversión suficiente, es posible que entre los futuros inversores se incluyan aquellos que actualmente no participan en el sector minero, lo que podría ampliar la base de inversión general.
Políticas y regulaciones gubernamentales . Una regulación y políticas gubernamentales específicas y colaborativas serán esenciales para forjar un sector minero global sostenible y próspero hasta 2035 y años posteriores. El nacionalismo de los recursos prevalecerá sobre la optimización de las cadenas de suministro en un mundo geopolíticamente riesgoso. No creemos que el actual impulso por la seguridad del suministro se revierta para 2035.