Un paso fundamental para la continuidad y optimización de la industria minera en la Región de Atacama se concretó con la reciente aprobación de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) para el proyecto "Optimización de Operaciones y Continuidad Operacional de Minera Caserones".

Esta luz verde, otorgada tras un prolongado y riguroso proceso de evaluación ambiental, permite a la compañía Minera Caserones, controlada por la canadiense Lundin Mining, asegurar el futuro de una de sus faenas más importantes en Chile, con una inversión asociada de US$254 millones.

Ubicada a unos 125 kilómetros al sureste de Copiapó, en la Región de Atacama, la mina Caserones es una operación a cielo abierto de gran envergadura, productora de cobre y molibdeno. Entró en operación comercial en 2014 y ha sido un contribuyente significativo a la producción minera chilena. Históricamente, la faena ha producido entre 100.000 y 120.000 toneladas de cobre en concentrado, entre 1.700 y 2.500 toneladas de molibdeno en concentrado, y cerca de 25.000 toneladas de cátodos de cobre anualmente.

El proyecto de "Optimización y Continuidad Operacional" es crucial para extender la vida útil de la mina, con reservas estimadas en 1.070 millones de toneladas con leyes de 0,34% de cobre y 126 partes por millón (ppm) de molibdeno. La aprobación ambiental es vital para las fases restantes del plan de vida de la mina (fases 5 a 10), garantizando la continuidad de la producción mediante métodos convencionales de camiones y palas, y el uso de plantas de molienda-flotación y electro-obtención (SX-EW).

El Compromiso de Lundin Mining y el Futuro de la Región

Lundin Mining, que aumentó su participación en Minera Caserones al 70% en julio de 2024 (el 30% restante pertenece a JX Advanced Metals Corporation), es una empresa minera diversificada con operaciones en América y Europa. La aprobación de este EIA no solo asegura la continuidad de Caserones, sino que también se alinea con la estrategia de crecimiento a largo plazo de Lundin Mining, que busca posicionarse entre los 10 mayores productores de cobre del mundo.

La compañía proyecta un incremento de entre 30.000 y 40.000 toneladas anuales de cobre en los próximos 3 a 5 años, con un potencial de crecimiento total superior a las 500.000 toneladas anuales, apoyándose también en el cercano proyecto Josemaría en Argentina, parte del mismo Distrito Vicuña.

La aprobación del EIA de Caserones es un indicativo positivo para la inversión minera en Chile, demostrando la viabilidad de proyectos que no solo buscan la eficiencia operativa, sino que también incorporan medidas para el desarrollo sostenible social, económico y ambiental en la Región de Atacama, una zona clave para la minería chilena.