En una entrevista exclusiva con Fastmarkets, el director de First Quantum Minerals, Tristan Pascall, aborda los desafíos del sector, la importancia de la estabilidad política para la inversión y el creciente interés de las empresas occidentales en África.
En un mercado global donde la demanda de cobre no deja de crecer, la minería se enfrenta a nuevos desafíos: la disminución de la ley de los minerales, el aumento de la intensidad de capital y un complejo entorno de permisos. En este contexto, el director ejecutivo de First Quantum Minerals, Tristan Pascall, analiza un cambio de paradigma: el ascenso de África, en particular Zambia, como un destino privilegiado para la inversión minera, incluso por encima de América Latina.
La expansión del proyecto S3 en la mina Kansanshi en Zambia es, para First Quantum, la prueba de que la estabilidad política es el factor más importante para los inversores. A diferencia de las dificultades enfrentadas en Panamá, el entorno de Zambia ha sido lo suficientemente consistente como para impulsar una inversión de $1.250 millones, garantizando una extensión de la vida útil de la mina por 20 años más. Para Pascall, la estabilidad es más valiosa que un régimen fiscal o de regalías más competitivo.
África vs. Latinoamérica: los factores clave
En la conversación con Fastmarkets, Pascall profundizó en las razones por las que el desarrollo de proyectos se ha vuelto más difícil en general. Las minas en países como Chile o Perú requieren una enorme infraestructura, y el costo de capital se ha disparado.
Además, Pascall destacó la diferencia cultural en la fuerza laboral. Mientras que en América Latina y otras regiones es más complicado atraer talento, en África la minería está arraigada en la cultura, lo que facilita el desarrollo de una fuerza laboral experimentada y calificada, una ventaja clave en proyectos de gran escala.
El regreso de Occidente y el rol de China
Durante tres décadas, la inversión occidental en minería se estancó, dejando un vacío que fue rápidamente ocupado por el capital chino, que hoy representa cerca del 80% de la inversión en la República Democrática del Congo (RDC). La principal razón, según Pascall, es la disparidad en el costo del capital: mientras una empresa occidental se endeuda a una tasa del 8-10%, los inversores chinos lo hacen a un 1-2%. Para que Occidente recupere su rol, debe abordar esta diferencia de financiación.
A pesar de esto, el ejecutivo de First Quantum enfatizó que el riesgo es alto para todos, y citó el ejemplo de un proyecto de propiedad china que tuvo problemas para exportar. La geología y la intensidad de capital son las mismas para todos, y la única diferencia es el costo del capital.
El futuro de First Quantum y el caso Panamá
Pascall se mostró optimista sobre el futuro de su empresa, destacando que su estrategia se basa en la ejecución de proyectos a tiempo y dentro del presupuesto. Proyectos como Taca Taca en Argentina y La Granja en Perú son parte de su plan de crecimiento, con el objetivo de duplicar la producción de cobre en la próxima década.
En relación a la situación en Panamá, Pascall afirmó que la compañía está en una posición financiera mucho más sólida, lo que le otorga paciencia y flexibilidad para dialogar. Mencionó un cambio positivo en la opinión pública y un acercamiento con el nuevo gobierno. Si bien el arbitraje protege sus derechos, la vía preferida es una solución constructiva que beneficie al pueblo panameño, replicando el éxito de su modelo de diálogo en Zambia.