Un nuevo informe de la Agencia Internacional de Energía (IEA) subraya el papel transformador de las baterías en el sistema energético global, destacando cómo la innovación es esencial no solo para mejorar el rendimiento, sino para diversificar la cadena de suministro de minerales y mitigar los riesgos de concentración.
La IEA revela que el mercado global de baterías se valoró en aproximadamente US$ 130.000 millones en 2024, superando en magnitud a las importaciones netas de petróleo de Alemania, Francia e Italia combinadas. Este crecimiento se ha visto impulsado por una caída de más del 90% en el precio promedio de las baterías desde 2010.
La composición de la demanda ha cambiado drásticamente: la electrónica portátil, que alguna vez fue el sector dominante, ahora representa solo el 5% de la demanda. Los principales impulsores actuales son:
Vehículos Eléctricos (VE): Representan cerca del 75% de la demanda global de baterías.
Sistemas de Almacenamiento de Energía (BESS): Cubren el 15% de la demanda, un segmento en rápido crecimiento.
Actualmente, el mercado de baterías para VE está dividido casi por igual entre la química de fosfato de hierro y litio (LFP) y la de óxido de níquel, cobalto y manganeso (NMC). La tecnología LFP es el segmento de más rápido crecimiento, dominando el almacenamiento de energía gracias a su menor costo y mayor ciclo de vida.
La innovación es vista como una herramienta clave para mejorar la resiliencia de la cadena de suministro, pero la IEA advierte que no es una "panacea". Si bien tecnologías emergentes como el sodio-ion y el estado sólido prometen superar a los incumbentes, su escalamiento industrial y penetración en el mercado masivo llevan tiempo.
Baterías de Sodio-ion: Han avanzado rápidamente hacia la comercialización. Los VE con estas baterías ya se lanzaron en China a finales de 2023, y se proyecta que el país asiático concentre el 95% de la capacidad de producción global de sodio-ion para 2030. Esta tecnología es una ventaja para la diversificación, pero ofrece una apertura competitiva limitada para nuevos actores fuera de China.
Baterías de Estado Sólido: Prometen mayor autonomía y seguridad. Empresas líderes como BYD, Toyota y Samsung planean el inicio de la producción en masa alrededor de 2030. Sin embargo, debido a los altos costos iniciales y la inmadurez de las cadenas de suministro, se espera que sigan limitadas a los segmentos de mercado premium hasta la primera mitad de la década de 2030.
La viabilidad tecnológica por sí sola es insuficiente; el punto crítico es la escala industrial. La capacidad de fabricación instalada, en construcción o con decisión final de inversión para baterías de estado sólido representa solo el 1% del total global, y el 80% de esos proyectos se encuentran en China. Para las baterías de sodio-ion, esta cuota es del 4%, casi exclusivamente en China.
El 95% restante de la capacidad planificada se destinará a la producción de baterías de iones de litio tradicionales, lo que asegura su dominio al menos hasta mediados de la próxima década.
La IEA concluye que los futuros líderes en baterías de próxima generación serán aquellos que logren combinar los avances técnicos con la eficiencia en la fabricación, cadenas de suministro sólidas y una fuerza laboral cualificada, emulando el éxito de la actual industria del litio-ion.