El Gobierno de Javier Milei concretó un importante reacomodamiento tras las elecciones de medio término, marcando un claro giro hacia una etapa de mayor diálogo político y negociación con los gobernadores. Los cambios centrales incluyen el ascenso de Manuel Adorni a la Jefatura de Gabinete, en reemplazo de Guillermo Francos, y la designación de Diego Santilli como nuevo Ministro del Interior.
La designación de Diego Santilli es la señal más fuerte de la administración Milei para abrir una nueva etapa de consensos. Santilli recibió el llamado sorpresa del Presidente y aceptó de inmediato el cargo, que lo posiciona como el principal interlocutor con las provincias. Su elección es considerada un acierto político por el oficialismo y la oposición debido a su perfil "flexible" y su buena sintonía con los mandatarios provinciales.
Su llegada busca responder a las quejas de los gobernadores, quienes han manifestado que los acuerdos prometidos en los últimos dos años no se concretaron. Santilli enfrentará tres desafíos inmediatos: Acordar la sanción del Presupuesto Nacional 2026, donde las provincias reclaman más fondos; Impulsar la Reforma Laboral y Avanzar con la Reforma Tributaria.
Adorni Asume la Jefatura de Gabinete
Por su parte, Guillermo Francos oficializó su renuncia a la Jefatura de Gabinete, argumentando que daba un paso al costado para que el Presidente pudiera afrontar sin condicionamientos la nueva etapa.
Su lugar fue ocupado por el ahora ex vocero presidencial, Manuel Adorni, quien confirmó que la decisión se venía conversando con Milei hace días. Adorni, en sus primeras declaraciones, reconoció que Francos cumplió un ciclo y le encomendó avanzar con las reformas estructurales pendientes.
Reordenamiento en el "Triángulo de Hierro"
El nombramiento de Santilli también puso fin a la especulación de que Santiago Caputo ocuparía la cartera de Interior. La decisión muestra un reordenamiento de las piezas en lo que el entorno libertario denomina el "triángulo de hierro", preservando a Caputo en sus funciones actuales y evitando un posible desgaste en un Ministerio que exige alta exposición política y negociación constante.
Con estos cambios, el segundo tramo del mandato de Milei se perfila como una etapa de mayor pragmatismo y búsqueda de acuerdos políticos para avanzar con la agenda de transformaciones del país.