Este 27 y 28 de noviembre de 2025, la mina Veladero llevó a cabo un nuevo monitoreo ambiental participativo junto a vecinos de las localidades de Jáchal e Iglesia (San Juan), especialistas, representantes municipales y técnicos del Instituto de Investigaciones Hidráulicas de la Universidad Nacional de San Juan. El objetivo de esta práctica es ratificar su compromiso con el cuidado del agua, mediante controles abiertos, verificables y acompañados por la comunidad.
La metodología se divide en tres etapas clave:
+ Toma de muestras en terreno: los vecinos participan directamente en la recolección de agua, junto al equipo técnico, eligiendo los puntos de muestreo y recibiendo información clara sobre por qué se seleccionaron esos sitios.
+ Cadena de custodia y traslado: las muestras se protegen rigurosamente para garantizar su integridad durante el traslado hacia el laboratorio en la ciudad de San Juan; los propios participantes supervisan este proceso.
+ Análisis en laboratorio: los voluntarios pueden observar el proceso analítico, conocer las técnicas y controles de calidad aplicados, recibiendo primero un informe preliminar y luego el resultado final.
Esta modalidad invita a la comunidad local a “ver con sus propios ojos” cómo se controlan los parámetros ambientales, promoviendo transparencia y confianza.
Según el comunicado oficial, los resultados preliminares del laboratorio mostraron valores normales, consistentes con la línea de base ambiental histórica y con las condiciones hidrológicas de esta temporada.
Además, la empresa descartó cualquier vínculo entre la operación minera y los peces hallados muertos en el Dique Cuesta del Viento, enfatizando que la mina está ubicada a más de 110 kilómetros del embalse.
Veladero acompaña el comunicado con el informe preliminar del laboratorio, poniendo a disposición la información técnica como muestra de su voluntad de transparencia.
Este mecanismo de monitoreo participativo no es nuevo: forma parte de una estrategia permanente de la empresa para involucrar a vecinos de Jáchal e Iglesia en el control del agua. A través de este programa, la comunidad puede acceder directamente a los datos de calidad del agua, conocer los procedimientos de muestreo y análisis, y colaborar en la vigilancia ambiental.
La iniciativa busca no solo generar datos confiables, sino también fortalecer la confianza comunitaria, fomentar la apertura y asegurar que las decisiones y controles ambientales sean objeto de conocimiento público.