Con el anuncio del retorno operativo de Bajo la Alumbrera, referentes del sector analizaron el rumbo del país hacia una nueva década minera. Coincidencias en la necesidad de seguridad jurídica, licencia social y políticas de Estado.

La confirmación de la reactivación de Bajo la Alumbrera, el yacimiento que colocó a la Argentina en el mapa global del cobre, se convirtió en el punto de partida para un debate profundo sobre el futuro del sector. Fue durante el panel “Del primer ciclo a la próxima década: Decisiones para el salto de escala”, en la primera jornada de la 19ª edición de Argentina Oro, Plata y Cobre 2025.

El geólogo Patricio Jones, figura histórica de la minería nacional y hoy director de Pistos Tierras Raras (Brasil), recordó que el primer ciclo virtuoso de la actividad comenzó en 1993, con la sanción de la Ley de Inversiones Mineras, que otorgó 30 años de estabilidad fiscal. “Curiosamente, aquel ciclo culminó con un acto de inseguridad jurídica, como fue la aplicación de retenciones en 2007”, señaló.

Para Jones, el contexto actual es alentador, sobre todo por un aumento de la aceptación social. “La licencia social no es eterna: hay que mantenerla día a día”, advirtió. Asimismo, destacó que la Argentina aún no dimensiona el potencial de su distrito cuprífero de escala mundial, un corredor de 40 kilómetros que va desde Vicuña a Filo del Sol. “Es inconmensurable lo que puede ofrecer al país. Hay que poner toda la energía en su desarrollo”, afirmó.

Desafíos estructurales y una nueva mirada social

En la misma línea, Julián Rooney, integrante del equipo que impulsó la puesta en marcha de Bajo la Alumbrera en su etapa original, sostuvo que el país tiene por delante grandes desafíos: fortalecer una red nacional de proveedores y consolidar la formación de recursos humanos mediante alianzas con escuelas técnicas y universidades.

“Hay que pensar que el marco legal necesita apoyo político, que depende de la licencia social”, dijo Rooney, quien remarcó también el papel que deben jugar provincias no mineras con fuerte entramado industrial, como Córdoba y Santa Fe. Además, subrayó la importancia de sostener en el tiempo el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).

Respecto a la comunicación del sector, recordó que históricamente fue difícil establecer un esquema centralizado. “Episodios como Esquel marcaron resistencias fuertes. Por fortuna, hoy hay una nueva perspectiva, tanto del Gobierno como de la población”, valoró.

“Hoy las comunidades piden desarrollo minero”

Para Sonia Delgado, directora ejecutiva de Challenger Gold, la minería argentina transita una etapa distinta. “Ya no se discute ‘minería sí o no’, sino cómo se hace. Hoy las comunidades están pidiendo desarrollo”, afirmó.

No obstante, reconoció que la seguridad jurídica sigue siendo un desafío central. “Hay que crear condiciones económicas, financieras, sociales y políticas para que los proyectos avancen”, sostuvo. Consideró fundamental que la actividad se consolide como política de Estado, capaz de trascender cambios de gobierno.

Sobre la situación de Hualilán, destacó: “Comenzamos a perforar en 2019. El año pasado aprobamos la Declaración de Impacto Ambiental y acabamos de completar la primera voladura de producción. No somos un proyecto: somos una realidad”.

Un clima internacional favorable y un aprendizaje del pasado

El panel también contó con la mirada de Michael Meding, VP de McEwen Copper y gerente general del proyecto Los Azules. “Siempre se dijo que Argentina era el país del futuro y el futuro nunca llegaba. Hoy, en cambio, veo una oportunidad única por el aprendizaje de los errores del pasado”, sostuvo.

Según Meding, cambió la percepción de los inversores internacionales: “Argentina volvió a ser vista como un destino atractivo para grandes proyectos”.

También marcó desafíos urgentes, como la necesidad de mejorar el uso del recurso hídrico y reformar la Ley de Glaciares, que —según afirmó— limita la posibilidad de avanzar con múltiples iniciativas.

Respecto a Los Azules, detalló que el proyecto ya cuenta con permisos ambientales, aprobación del RIGI y estudios de factibilidad publicados. “Trabajamos en la ingeniería de detalle. La idea es comenzar la construcción en 2027 y producir en 2030”.

“El cobre llegó para quedarse”

Finalmente, Javier Robeto, VP de Aldebaran Resources y country manager de Altar, celebró la llegada de nuevos actores interesados en el desarrollo minero local. “Será vital intensificar el trabajo colaborativo y avanzar en nueva infraestructura”, afirmó.

Robeto consideró que el contexto actual es “ideal” para el despegue. “El litio nos dio un viento de cola: permitió que la sociedad vea a la minería como una fuente de trabajo y progreso. La nueva etapa estará motorizada por el cobre, que llegó para quedarse”.

En cuanto a Altar, informó que el proyecto está próximo a cerrar su trabajo de campo y que se prevé una actualización de recursos para mediados del próximo año. “Queremos anunciar la Factibilidad Económica a fines de 2026 y planeamos adherirnos al RIGI”, adelantó.

Un sector que busca consolidar su segundo gran ciclo

La reactivación de Alumbrera, la transformación de la percepción social, la conquista de nueva estabilidad regulatoria y el ingreso a una década marcada por el cobre configuran un escenario que, según los referentes, puede abrir el segundo gran ciclo minero de Argentina. El desafío, coinciden, será convertir esta oportunidad en una política de Estado sostenible y de largo plazo.