El gobierno nacional oficializó mediante la Resolución 216/2025 la aprobación del “Plan Estratégico 2025–2028” del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR), poniendo fin al anterior ciclo pautado para 2021–2030.
El cambio no es meramente formal: el nuevo plan actualiza los ejes de trabajo del organismo, adapta sus objetivos a un contexto global de creciente demanda por minerales estratégicos, y busca redefinir su papel como actor clave en la exploración, la gestión ambiental y la provisión de servicios técnicos especializados.
Qué cambia con el nuevo plan: énfasis en minerales críticos, datos abiertos y servicios técnicos
El plan 2025–2028 reorganiza la misión de SEGEMAR en cuatro ejes estratégicos que apuntan a orientar sus recursos hacia lo que el Gobierno considera prioritario en materia geológica y minera.
Algunas de las transformaciones más relevantes incluyen:
+ Focalización en minerales críticos y financiamiento externo: uno de los objetivos principales será relevar el potencial geológico en áreas específicas para minerales críticos, elaborar cartas geológicas y temáticas, realizar estudios de potencial minero y geotérmico, con vistas a promover proyectos de inversión con financiamiento externo.
Servicios geológico-mineros y geoambientales a terceros: el organismo se orientará también a brindar soporte técnico a la industria extractiva — ofreciendo servicios de geoquímica, mineralogía, magnetometría, caracterización de materias primas, análisis de procesos de beneficio de minerales — destinados a empresas privadas, pero también a entes públicos.
Gestión de riesgos geológicos: se reafirma el rol de SEGEMAR como autoridad en evaluación de peligros geológicos, monitoreo sísmico y volcánico, y provisión de información técnica a municipios, provincias y al Estado nacional para prevenir desastres.
Transparencia, datos públicos y control interno: el plan incorpora metas cuantificables, indicadores de trazabilidad anual, y refuerza su compromiso con el acceso público a la información geológica mediante su repositorio institucional.
Uno de los elementos que llama la atención es que en esta nueva etapa — según lo que se desprende de la nota que informa el plan — desaparece de los objetivos explícitos la asistencia prioritaria a pequeñas y medianas empresas del sector minero (PyMEs), un punto que estaba presente en el plan anterior de 2021-2030.
Por qué el cambio: contexto, objetivos y vínculo con políticas de inversión
Según el análisis de medios especializados, la reestructuración del plan responde a varios factores convergentes: la creciente demanda mundial por minerales críticos — como litio, cobre, tierras raras, entre otros —; la necesidad de generar información confiable y actualizada del territorio; y la intención del Estado de presentar datos geológicos robustos como atractivo para inversiones, en un momento de reordenamiento normativo del sector minero.
La reforma se da en un contexto de modificaciones institucionales: recientemente el gobierno nacional fusionó el antiguo Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) dentro del SEGEMAR, fortaleciendo su capacidad para monitorear riesgos geológicos y ajustar su estructura de competencias.
Con este nuevo plan, SEGEMAR — históricamente responsable de cartografías geológicas, estudios de recursos minerales, geoquímica, geo física, geotermia — busca consolidarse como un “actor estratégico” del desarrollo productivo sostenible, con un enfoque que combina exploración, promoción de inversiones y garantía de información pública.
Reacciones, expectativas y desafíos
Tras la aprobación del plan, algunos de los principales sectores interesados en la minería — empresas, gobiernos provinciales, inversores — ven con optimismo la posibilidad de que la reactivación del monitoreo geológico y las cartas actualizadas de zonas con potencial, sumado a la provisión técnica y datos públicos, faciliten nuevos proyectos de exploración y explotación, sobre todo en minerales críticos y geotermia. Por ejemplo, trabajos recientes de SEGEMAR junto a provincias para evaluar y promocionar estos recursos dan una idea de la nueva estrategia.
Sin embargo, el cambio de foco — particularmente la supresión del apoyo específico a PyMEs — generará críticas desde sectores que consideran que una política minera debe incluir también a los actores más pequeños, no solo grandes inversiones. La decisión plantea un debate sobre qué modelo de desarrollo se prioriza: grandes inversiones con financiamiento externo o un esquema diversificado que incluya emprendimientos menores.
Además, la puesta en marcha del plan dependerá de la capacidad técnica y operativa del organismo para producir y mantener actualizados los datos, garantizar transparencia, y articular con provincias y actores privados sin generar riesgos ambientales o sociales.