Foto portada: LmNeuquén
En un auditorio colmado por referentes del sector energético, empresarios y autoridades del rubro hidrocarburífero, el presidente del Instituto Argentino del Petróleo y del Gas (IAPG), Ernesto López Anadón, pronunció un discurso enfocado tanto en los logros recientes de la industria como en los desafíos futuros que enfrenta el sector en Argentina. Fue durante el tradicional Almuerzo por el Día del Petróleo y del Gas 2025, celebrado esta semana en Buenos Aires.
López Anadón hizo un repaso de los avances productivos alcanzados en los últimos dos años, destacando que el país superó por primera vez desde la década del 90 un pico significativo en la producción de petróleo, acompañado por un sostenido crecimiento de la producción de gas natural y el fortalecimiento de las exportaciones energéticas. Según el dirigente, estas transformaciones también permitieron una reducción de alrededor del 45 % en las importaciones de gas.
El directivo remarcó que la balanza comercial energética de Argentina cerrará 2025 con un superávit superior a los 7.000 millones de dólares, cifra que representa un salto del 26 % respecto del año anterior. Para López Anadón, estos resultados demuestran que las decisiones estratégicas y la expansión de infraestructura están dando sus frutos, aunque advirtió que aún persisten desafíos significativos.
Una parte central de su mensaje se centró en la necesidad de consolidar la industria como un proyecto exportador a largo plazo, subrayando que “el desarrollo actual y futuro solo se justifica bajo un proyecto puro de exportación” de petróleo y gas. Este enfoque, explicó, implica no solo mantener el crecimiento interno, sino profundizar la capacidad de Argentina para colocar hidrocarburos en mercados internacionales ante un contexto global competitivo.
El presidente del IAPG también repasó las principales obras de infraestructura energética finalizadas o en marcha, destacando la ampliación de redes de transporte de crudo y gas, la reversión del Gasoducto Norte con foco exportador y proyectos de licuefacción de gas natural que —según sus estimaciones— podrían permitir exportaciones de hasta 30 millones de toneladas anuales para 2030.
De cara al futuro, López Anadón reafirmó las proyecciones más ambiciosas del sector: alcanzar 1,5 millones de barriles de petróleo por día y duplicar la producción nacional de gas. Si bien reconoció que alcanzar estos objetivos es “una tarea compleja y extremadamente demandante”, aseguró que la industria ya se encuentra trabajando con intensidad para acercarse a esos niveles de producción, con Vaca Muerta como eje central del crecimiento petrolero y gasífero argentino.
Además, planteó que la consolidación exportadora requerirá mantener condiciones estables para atraer financiación internacional, así como evitar cargas regulatorias innecesarias que puedan impactar en la competitividad del sector frente a otros proyectos globales similares.
Con este discurso, López Anadón consolidó una visión optimista pero realista del actual momento energético del país, marcando la necesidad de políticas de largo plazo y la participación activa tanto del sector público como del privado para transformar el potencial argentino en resultados concretos para la economía nacional.