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Argentina
POSITIVA DECLARACIÓN DE LA UNIÓN INDUSTRIAL ARGENTINA Y CAEM EN JUJUY: LA MINERÍA ES CLAVE PARA EL PAÍS
05/05/2010

Segundo día de violencia: saqueos en el conurbano y dos muertos en Rosario

Clarín

La misma película, 24 horas después, pero con escenas de mayor dramatismo y un final trágico. La ola de saqueos a comercios, hipermercados y estaciones de servicio se propagaron ayer en distintos puntos del país, especialmente en el conurbano, y tuvieron un episodio trágico en Rosario, donde hubo dos muertos en medio de un enfrentamiento de manifestantes y policías.

El Gobierno reaccionó con una acusación: dijo que los hechos fueron promovidos por militantes sindicalistas que responden a Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y a un sector de la CTA que conduce Pablo Micheli. Los sindicalistas no se quedaron atrás: denunciaron que fue la Casa Rosada la que "orquestó" los episodios con el propósito de "victimizarse". Luego, aseguraron que acudirán a la Justicia para responder las acusaciones que recibieron (pág. 10) "Quieren frenar la paz social", dijo temprano el jefe de Gabinete K, Juan Manuel Abal Medina. Puso la lupa en la CGT y en la CTA y provocó que más tarde Moyano y Micheli dieran juntos una conferencia para responderle. Como sea, la tensión social fue en aumento. Las imágenes que mostraba la TV eran elocuentes: gente que rompía vidrios o levantaba persianas y arrasaba con todo lo que podía: plasmas y electrodomésticos pero también comida y productos de primera necesidad.

Hubo, sólo en la provincia de Buenos Aires, 378 detenidos y 3000 efectivos de Infantería, Caballería, Grupos de Apoyo Departamental y el Grupo Halcón para tratar de calmar los ánimos. Los números son oficiales: los difundió el ministro de Seguridad, Ricardo Casal. El pedido de envío de gendarmes había sido el jueves una súplica del poder político de Bariloche, donde se iniciaron los hechos. Pero ayer, si bien el Gobierno mandó 400 efectivos, no pudo impedir que se repitieran algunos hechos de saqueos. En esa ciudad, además, hubo un herido que anoche se mantenía en estado reservado.

Sin dudas el hecho más grave sucedió en la provincia de San- ta Fe. En medio de 25 saqueos a supermercados del Gran Rosario una mujer de 40 años, identificada como Silvina Barnachea, murió como consecuencia de una herida cortante que sufrió luego de romper la vidriera de un supermercado (pág.8). A solos pocas cuadras de ese hecho, un joven de 22 años sufrió una herida de bala en el tórax durante un saqueo y falleció horas más tarde en el Hospital Roque Sáenz Peña. La intendenta Mónica Fein solicitó ante la ministra de Seguridad, Nilda Garré, la presencia de la Gendarmería.

Los episodios que se iniciaron el jueves en Bariloche y Campa- na, donde ayer hubo nuevamente ocos de conflicto y más de 60 detenidos, tuvieron su onda expansiva en varios puntos del conurbano. El mayor foco se vivió en San Fernando donde un grupo de 300 personas equipadas con piedras y palos saquearon el Carrefour ubicado en el acceso Tigre y la Ruta 202. Se enfrentaron con la Policía, volaron piedras y hubo choques con balas de goma y gases lacrimógenos.

En Virreyes, el conflicto fue en Coto. Los atacantes apedrearon la entrada, ingresaron por la fuerza y se llevaron mercadería. En San Isidro, un episodio similar se vivió al mediodía en dos minimercados de Beccar. José C. Paz y Malvinas Argentinas no escaparon del contexto general.

Los principales centros de con- flicto fueron las inmediaciones de la estación José C. Paz del ferrocarril San Martín. Abal Medina había apuntado temprano contra el intendente de Malvinas, Jesús Cariglino. Dijo que gente del mandatario participó de los hechos, pero Cariglino se defendió: "Cualquier mal es atribuido de manera automática a los que no estamos alineados ciegamente con ellos. Difaman y acusan".

En Tres de Febrero hubo saqueos en dos supermercados y hubo robos aislados en La Tablada. Y también hubo intentos de saquear locales y supermercados en La Matanza y en Munro.


 

Tras la madrugada trágica, niegan el envío de gendarmes a Rosario

Clarín

Como si se tratase de un efecto espiral o dominó, el caos y la violencia ganaron las calles en muchos barrios del Gran Rosario.

Ayer, tras los primeros saqueos ocurridos la noche del jueves, se desencadenaron más de una treintena de atracos a supermercados y negocios con un saldo trágico de dos muertos, 25 heridos, cinco de ellos bala, y 137 detenidos.

En la madrugada de ayer se pro- dujeron las saqueos más violentos. Grupo organizados de personas ingresaron en distintos supermercados ubicados en los barrios periféricos de la ciudad. Algunos de los propietarios defendieron sus comercios a los tiros.

En Arijón y Avellaneda, en la zona oeste, un joven de 22 años identificado como Luciano Carrizo sufrió una herida de bala en el tórax cuando una horda saqueaba un supermercado chino. Horas más tarde falleció en el Hospital Roque Sáenz Peña.

A pocas cuadras de allí, en Ave- llaneda y Quintana, Silvia Barna- chea, de 30 años, murió desangrada cuando al romper una vidriera se cortó la arteria femoral durante el ataque a otro negocio.

Pese al despliegue policial, que trataba de llegar a tiempo a los negocios que denunciaban he- chos delictivos, la ola de saqueos se multiplicó con el correr de las horas. Un autoservicio, una carnicería y hasta una mueblería fueron también blancos elegidos por los violentos.

Para evitar los robos, muchos co- merciantes soldaron sus puertas y colocaron volquetes en las rejas de ingreso. En Ovidio Lagos al 4000, el dueño de un supermercado resistió solo a los piedrazos mientras su mujer embarazada se mantenía en el interior del comercio. "Este negocio es mi vida", gritaba desesperado.

Ante la escalada de violencia, el Gobierno de Santa Fe organi- zó un comité de crisis para poder contener la situación. El ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, responsabilizó a "delincuentes e instigadores" por lo sucedido y confió que muchos de los violentos ya estaban identificados.

El cruce con la Nación por la ayu- da para reforzar la seguridad de la provincia no tardó en llegar. Al mediodía, el gobernador Antonio Bonfatti no ocultó su fastidio por la tibia respuesta que, a su entender, recibió en una charla telefónica que mantuvo con el jefe de Gabinete del gobierno nacional, Juan Manuel Abal Medina.

"Al menos que nos manden 100 gendarmes", ironizó el titular de la Casa Gris después de escuchar del otro lado del la línea que "lo mismo había sucedido" en otros puntos del país y que en breve recibiría una respuesta.

Entrada la noche, Clarín se co- municó con Matías Drivet, secre- tario de Seguridad de la provincia, quien confirmó que no habían mantenido ninguna otra comunicación formal con el Gobierno nacional. "Hasta el momento ningún gendarme se ha trasladado a la ciudad", aseveró.

La sensación de pánico después de la terrorífica madrugada persis- tía en la población de los barrios más rezagados. Todos estaban en cierta forma alertas y en guardia, temerosos de que los ataques pudieran repetirse en cualquier momento.

Escudos. Lluvia de piedras en Panamericana y ruta 202, a la altura de San Fernando, uno de los focos de mayor violencia ayer en el conurbano bonaerense.

El Gobierno y Moyano se echan la culpa de organizar los desmanes

Clarín

El Gobierno acusó ayer a los sin- dicatos de Camioneros, Gastronómicos y a la CTA de Pablo Micheli de estar detrás de los saqueos con el objetivo de "frenar la paz social, el gran momento que vive la Argentina", según el jefe de Gabinete, Juan Abal Medina. En la misma línea, desde Bariloche adonde viajó con 400 gendarmes para frenar los disturbios en esa ciudad, el secretario de Seguridad, teniente coronel Sergio Berni, responsabilizó explícitamente a activistas camioneros y gastronómicos.

La réplica no se hizo esperar. Por la tarde, Hugo Moyano llamó a conferencia de prensa en la sede de la CGT donde, f laqueado por Micheli y Gerónimo "Momo" Venegas, y ante dirigentes de la CCC y Barrios de Pie, sostuvo que "el Gobierno no tiene respuesta y se intenta victimizar", acusó a Cristina Kirchner de "estar desfasada" y aseguró que se busca "tapar un ajuste perverso, culpando a los que no tienen nada que ver". Se defendió además ante la difusión de la foto de un delegado de su gremio al que se vinculó con los saqueos.


"¿Qué tiene que ver? Yo tengo fotos con (Amado) Boudou y yo con Ciccone no tengo nada que ver", retru
có. El líder camionero sostuvo que "siempre hemos dado la cara" y calificó de "personajes siniestros" a los funcionarios K. "Desmentimos los disparates que está diciendo el Gobierno y recurriremos a la Justicia", advirtió. Por Twitter, el moyanista Julio Piumato celebró que el metalúrgico Antonio Caló llamó a Moyano para "solidarizarse ante los atakes (sic)".

Con Cristina Kirchner en El Ca- lafate, adonde viajó el jueves para pasar la Nochebuena, Abal y Berni llevaron la voz oficial. Se sumaron también desde temprano el diputado Edgardo Depetri, Luis D’Elía y Boudou (el del escándalo Ciccone) buscando dar una interpretación acorde con el "relato" del "país feliz" que suele hacer Cristina desde su atril. Así, Boudou denunció "una escalada organizada" para generar "caos" y consideró "una vergüenza que aparezcan bandas que intentan quebrar el momento de alegría y descanso del pueblo argentino" antes de las Fiestas.

El jefe de Gabinete fustigó que "muchos gobernadores nos co- mentaban que habían visto sectores vinculados a los camioneros, y a miembros de gastronómicos", en los saqueos. Y desafió a Moyano a que "pueda demostrar" que no tuvo responsabilidad. Berni insistió en que hubo "intenciones políticas" y acusó que entre los detenidos en Campana había "barrabravas del club Villa Dálmine, gente relacionada a choferes de la empresa agroquímica que responde a Camioneros".

A tono con el mensaje de la cons- piración, Hugo Yasky, de la CTA oficialista, habló de una "maniobra organizada para desestabilizar".

 


 

Una organizada ola de saqueos “espontáneos”

Página 12.

Al menos dos personas resultaron muertas, decenas heridas y más de quinientas quedaron detenidas como saldo de una jornada en la que se sucedieron una serie de saqueos y ataques contra centros comerciales en distintos puntos del país. Desde el gobierno nacional aseguraron que se trató de acciones coordinadas y señalaron a sectores del sindicalismo opositor como responsables. Por la tarde, en conferencia de prensa, los dirigentes gremiales Hugo Moyano, Pablo Micheli y Gerónimo Venegas se deslindaron de los hechos. Tanto el Gobierno como Moyano anunciaron que irán a la Justicia por este tema. Bariloche, Rosario y Campana, en la tarde y noche del jueves, y San Fernando, ayer, fueron las localidades más afectadas por la ola de violencia organizada, que en otras partes del país produjo el cierre prematuro de algunos comercios y refuerzos en la seguridad de otros. En Bariloche, donde el jueves una serie de incursiones había encendido la mecha, la situación ayer había vuelto a la normalidad.

“Son hechos aislados, muy claramente estructurados y organizados, en los que nadie iba por comida, sino por plasmas, LCD y bebidas”, señaló el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, que llevó la voz cantante de la Casa Rosada desde que comenzaron los primeros incidentes en Bariloche, el jueves. “Son cuestiones que hay que condenar con toda la energía y señalar claramente a todos los responsables para que nadie piense que por este camino va a lograr nada bueno”, agregó Abal Medina, quien apuntó hacia sectores del sindicalismo vinculados con camioneros, gastronómicos y ATE.

Desde Bariloche, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, que viajó junto a 400 gendarmes para reestablecer el orden, se manifestó en el mismo sentido y destacó la participación de un dirigente vinculado con Micheli, Jorge Villalba, en el sabotaje a las líneas de electricidad en Neuquén, y de un grupo de “barrabravas del club Villa Dálmine relacionados con choferes de una empresa agroquímica que responde al gremio de Camioneros” en el caso de los saqueos de Campana. “Hay un sector de la Argentina que quiere llevar el caos, la violencia y teñir de sangre nuestras fiestas y acá lo tenemos”, denunció Berni, quien pidió a la sociedad que exija “a los jueces intervinientes que procedan con la mayor rigurosidad de la ley” para juzgar a los responsables.

Los sindicalistas acusados recogieron el guante. Aunque por la mañana, en declaraciones radiales, Moyano había dicho que los saqueos eran espontáneos y en respuesta a que “hay muchísima necesidad”, por la tarde convocó a una conferencia de prensa en el edificio de la calle Azopardo donde cambió radicalmente su discurso: “No tenemos dudas de que todo esto que está pasando lo orquestó el gobierno nacional para victimizarse”, afirmó el camionero, quien desafió a los funcionarios a que “si tienen pruebas y agallas que hagan las denuncias pertinentes en vez de hablar en los medios”. Moyano también amenazó con “iniciar acciones judiciales contra la ministra de Seguridad y contra ese ‘Rambo venido a menos’ que la acompaña”, en referencia a Nilda Garré y a Berni, “para que expliquen por qué anduvieron por los medios acusando a trabajadores tan livianamente”. La central que encabeza se declaró en “estado de alerta y movilización” ante “la gravedad de las denuncias emanadas desde el Gobierno”.
Los hechos

En dos días con episodios violentos en distintos puntos del país, la peor parte se la llevó Rosario: dos muertos, heridos de bala y 138 detenidos, de los cuales 92 fueron imputados por “robo calificado en poblado y en banda”, en algunos casos agravado por la participación de menores, es el saldo que dejaron los saqueos, que se sumaron a una tormenta que dejó medio millar de evacuados. Ninguna de las víctimas fatales fue por acción policial, aseguraban fuentes locales. Una de ellas, una mujer de 36 años, sufrió un corte en una arteria al romper el vidrio de un comercio y murió desangrada. El otro fue por un disparo que habría sido fruto de un enfrentamiento entre saqueadores y dueños de comercios.

“A algunos instigadores ya los tenemos individualizados porque había un par de autos dando vueltas y unas motos marcando dónde tenían que ir a robar, están filmadas las patentes y las personas”, informó el gobernador santafesino Antonio Bonfatti. El ministro de Seguridad provincial, Raúl Lamberto, coincidió con las autoridades nacionales en que fueron “hechos vandálicos y los autores y actores no tienen nada que ver con problemas sociales”. En sentido similar se manifestó la intendenta de Rosario, Mónica Fein, quien coordinó con la ministra Garré para que efectivos de Gendarmería participen de los operativos de seguridad.

En la provincia de Buenos Aires el epicentro del conflicto estuvo en San Fernando, donde cientos de personas fueron dispersadas por la guardia de Infantería de la Bonaerense y Gendarmería en varios intentos por asaltar un supermercado Carrefour, que se extendió durante varias horas e incluyó destrozos en otros locales y asaltos a automovilistas (ver página 5). Otro foco de conflicto fue en la ciudad de Campana, durante la madrugada, donde los enfrentamientos concluyeron con más de veinte heridos. Varios intendentes del conurbano bonaerense agrupados en la FAM salieron a repudiar los dichos de Moyano. “Culpar al Gobierno de los saqueos es descabellado, parece que intentan añadir leña al fuego”, aseguró Julio Pereyra, de Florencio Varela.

El gobernador Daniel Scioli también atribuyó los hechos a “bandas organizadas” que “quieren generar zozobra” y justificó la actuación de la policía. “Somos muy sensibles a los reclamos sociales y los encauzamos, ahora cuando hay mucha violencia, hay que actuar”, aclaró. El gobierno de la provincia informó por la tarde que fueron 378 los detenidos por los disturbios. También se dispusieron medidas de emergencia, como dejar de guardia durante todo el fin de semana a los fiscales de las jurisdicciones donde hubo conflictos, además de patrullajes con balizas y sirenas encendidas por parte de la totalidad de los patrulleros disponibles durante las noches, para evitar nuevos episodios violentos.

 


 

El Gobierno culpó a dirigentes sindicales por los saqueos

Por Mariano Obarrio | LA NACION

Mientras aún no se disiparon los riesgos de nuevos saqueos a supermercados, el gobierno de Cristina Kirchner formuló un fuerte ataque político a sus adversarios sindicales y acusó por esos hechos vandálicos a los jefes de la CGT, Hugo Moyano ; de la CTA, Pablo Micheli, y de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, aunque no pudo exhibir evidencias firmes que respaldaran esa denuncia.

"Esperamos que Moyano pueda demostrar que no hay camioneros involucrados", dijo ayer el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Y aseguró que intendentes y gobernadores le habían informado sobre la participación de dirigentes sindicales vinculados a Moyano, Micheli y Barrionuevo.

Tras los saqueos de anteayer en Bariloche, Rosario y Campana, la preocupación oficial se acentuó cuando en las últimas horas se registraron otros en San Fernando, Malvinas Argentinas y Villa Lugano. El foco de atención de la Casa Rosada pasó a ser el conurbano bonaerense.

Desde El Calafate, desde donde regresará el miércoles luego de celebrar la Navidad, la Presidenta ordenó que la Gendarmería y la Policía Federal refuercen a la policía bonaerense y a todas las fuerzas provinciales del país. Será un fuerte operativo nacional, que durará hasta pasado mañana para evitar el efecto contagio.

El secretario de Seguridad, Sergio Berni, convocó a los ministros del área de Buenos Aires, Ricardo Casal y Guillermo Montenegro.

Pero la Presidenta también dio órdenes de sostener la acusación a los dirigentes sindicales para politizar el conflicto y evitar que la seguidilla de saqueos de las últimas 48 horas fuera interpretada por la prensa como una crisis social. "No hay evidencias firmes, pero hay que echarle la culpa a alguien porque, si no, admitimos que es un problema social", dijo a LA NACION un colaborador presidencial.

"Son grupúsculos organizados, que van en micro, pero sobre ellos se monta una fuerte marginalidad necesitada", admitió a LA NACION un ministro. La Casa Rosada no descarta la presentación de una denuncia penal para que se investigara sobre la base de las actuaciones policiales.

Un alto funcionario de fuerte inserción en el PJ confió a LA NACION que "estas cosas son más de Barrionuevo que de Moyano".

Cuando Moyano le contestó a Abal Medina y acusó al Gobierno de instigar los saqueos para "victimizarse", el jefe de Gabinete replicó: "Es un disparate". También acusó al intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, por saqueos en Grand Bourg. Pero Cariglino replicó que estaban investigando un ómnibus sospechoso que habría transportado a activistas.

"Como no estamos alineados van a decir que el calendario maya que vaticina el Apocalipsis lo escribimos nosotros", ironizó Cariglino.

Abal Medina denunció que "hay sectores interesados en que esto ocurra para frenar la paz social, como el gremio de camioneros, gastronómicos y la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE)". Son los sindicatos de Moyano, Barrionuevo y Micheli.

Consultado sobre la decisión de Moyano y Micheli de ir a los tribunales, Abal Medina invirtió la carga de la prueba: "Si ellos van a la Justicia, tendrán que demostrarlo". Y fundamentó su acusación en una difusa prueba: "Lo que sabemos es lo que dijo un gobernador que no es de nuestro espacio político, como (el mandatario de Neuquén, Jorge) Sapag, quien dijo que el que había cortado la luz y lo había reivindicado fue Pablo Micheli". Y agregó: "Gobernadores de otras provincias, que tampoco son de nuestro espacio, señalaron a los camioneros; hay intendentes que lo dicen". Pero no los individualizó.

"Nos parece bien que ellos salieran a condenar estas cosas. Era hora que lo hicieran, tardaron un poquito; pero, bueno, condenaron y eso ya eso es positivo", dijo el ministro.

Por su parte, Berni respaldó las acusaciones sobre Micheli y Moyano. "En Neuquén hay una persona grave que estaba saboteando las líneas eléctricas, dejó 15 ciudades sin luz... cercano a un diputado que responde a la CTA de Micheli", dijo. "En Campana detuvieron a cien personas ayer, había choferes que responden a Camioneros. Claramente hay intenciones políticas", añadió el secretario.
La Presidenta, en Santa Cruz

No se mostró durante los dos días de máxima tensión en las calles

La presidenta Cristina Kirchner siguió desde su casa de El Calafate los graves episodios de violencia social en varias ciudades del país. No se mostró en público ni hizo declaraciones en las más de 24 horas de tensión. El jueves, al mediodía, la Presidenta viajó en el Tango 01 hacia Santa Cruz, para pasar allí la Navidad. El avión presidencial -que volvió a estar en servicio después de una reparación- voló a Río Gallegos, donde permaneció apenas media hora. Allí descendió Máximo Kirchner, que reside en esa ciudad. El vuelo continuó hacia El Calafate y la Presidenta se instaló en su residencia Los Sauces, desde donde mantuvo contacto telefónico con sus ministros.

 


 

Moyano rechazó las acusaciones y amenaza con convocar a un paro

La Nación. Por Nicolás Balinotti

"Si tienen pruebas, que nos vengan a detener", se plantó, desafiante, Hugo Moyano. Sentado a su izquierda, asentía Pablo Micheli. Los rodeaban las cúpulas directivas de la CGT y la CTA opositoras, y una amplia barra de camioneros que amenazaban mediante cánticos "con parar el país".

Moyano y Micheli fueron ayer blancos de las acusaciones kirchneristas y señalados como incitadores de los saqueos que se extendieron por diferentes puntos del país. Los sindicalistas rechazaron de cuajo cualquier imputación, e informaron que denunciarán en la Justicia al secretario de Seguridad, Sergio Berni, y al jefe de Gabinete, Juan Abal Medina, por haberlos culpado "sin pruebas ni fundamentos".

Con argumentos imprecisos, Abal Medina responsabilizó a Moyano y a Luis Barrionuevo , que no participó ayer de la conferencia de prensa en la CGT porque estaba en Mar del Plata.

"El Gobierno no tiene respuestas para nada y se intenta victimizar. Ellos orquestaron todo esto, quieren tapar el ajuste", se defendió Moyano. Y le dedicó un mensaje directo a Cristina Kirchner: "A la Presidenta la superaron los problemas y no ve la realidad por eso manda a estos personajes [por Berni y Abal Medina] a decir idioteces. Son jetones que algún día van a tener que callar".

Micheli ironizó ante las versiones de una posible denuncia penal del Gobierno. "Esperemos pasar las Fiestas en casa. Más todavía tras un hecho que repudiamos y que no tenemos nada que ver. En vez de dialogar, el Gobierno echa nafta", dijo el líder de la CTA. Micheli fue apuntado por Berni, que vinculó a un dirigente de ATE con los saqueos registrados en Neuquén. Micheli lo desmintió tajantemente; hizo lo mismo el gremio estatal de ATE a través de su referente, Julio Fuentes.

La CGT moyanista se encolumnó detrás de su referente y a través de un comunicado se declaró "en alerta y movilización" en todo el país. Ratificó que denunciará judicialmente "a todos y cada uno de los funcionarios que intentaron vincular a trabajadores de las organizaciones sindicales con estos hechos vandálicos".

En el mensaje cegetista se acusa al Gobierno de "antiobrero" y lo responsabiliza de "cualquier hecho de violencia que se genere por las descalificaciones". Y desligó a la central sindical del episodio de los saqueos: "Nada tenemos que ver con estos grupos encapuchados".
La mirada oficialista

Desde la vereda de enfrente, la CGT que está alineada con la Casa Rosada se solidarizó con Moyano. Antonio Caló llamó telefónicamente al jefe camionero y extendió su respaldo a Micheli, según contó Julio Piumato vía Twitter.

La central oficialista también se refirió a la escalada de saqueos con un mensaje: "Buscan sembrar un falso clima de terror y desasosiego, con la clara intencionalidad política de mantener sus privilegios en desmedro de la voluntad popular".

Y agrega: "Reclamamos al Gobierno que ponga al servicio de los trabajadores [por los comerciantes afectados] toda la fuerza del Estado y los mecanismos de seguridad para garantizar en todo el país la paz social".

Una extraña sensación los unía ayer a Moyano y Micheli. Se despidieron de la CGT con una latente incertidumbre. Ambos barruntan que el Gobierno buscará cualquier artilugio para vincularlos con los saqueos y sostenerse en un argumento para denunciarlos en la Justicia.

Por eso Moyano comparó su actualidad con la detención del ferroviario Rubén Sobrero, en 2011, cuando estaba bajo sospecha de haber participado en la quema de trenes, algo que luego no se pudo comprobar en la Justicia.

Moyano calmó a su hijo Pablo, el más insistente en replicar al Gobierno con una medida de fuerza en caso de que se efectivice alguna denuncia en contra. Un paro de los camioneros en la víspera navideña alteraría aún más la volatilidad del fin de año.

Más de 500 detenidos por los saqueos en varias provincias

La Nación

En medio de la creciente tensión por los saqueos, el ministerio de Seguridad informó anoche que ya hay más de 500 detenidos en todo el país por los incidentes ocurridos en distintos puntos del país.

Las situaciones más graves se vivieron en Rosario y en la zona norte del conurbano bonaerense. También se registraron saqueos en Cipolletti, Viedma, Comodoro Rivadavia, Trelew, Posadas y Córdoba, entre otras ciudades del país.

Al menos 18 personas fueron detenidas en Tucumán tras el saqueo de un supermercado en el sur de la capital, mientras un miniservice fue asaltado por un grupo numeroso.

Ante ello, el gobierno dispuso reforzar la vigilancia en supermercados y áreas comerciales del Gran San Miguel para evitar intentos de saqueos como ocurrió en otras ciudades.

En tanto, el ministro de Seguridad bonaerense, Ricardo Casal, repudió los saqueos en la provincia e informó que hay 378 personas detenidas, que serán indagadas para determinar si pertenecen a "a alguna organización barrial o de otro tipo". Y agregó que las agresiones a un teniente, durante un saqueo en un supermercado, tuvo resultados "casi trágicos".
Más de 300 detenidos en el conurbano

"A partir de la toma de declaración indagatoria a cada uno de ellos, podemos saber si pertenecen a algún tipo de organización barrial o de otro tipo", dijo el funcionario. Y se sumó a la postura del intendente de Tigre, Sergio Massa, y del gobierno nacional sobre la ola de saqueos, al asegurar: "Queremos destacar que hemos estado ante hechos delictivos, previamente organizados, con un componente de destrucción y de violencia inusitada".

Además, aseguró que junto al gobernador Daniel Scioli, al jefe de Gabinete, Alberto Pérez, tomaron la decisión de "notificar a los fiscales intervinientes en cada jurisdicción de poner a disposición toda persona que con hechos de violencia cometa delitos en los ámbitos de cada competencia". "En ese sentido, les podemos informar que a esta hora ya llevamos detenidas a 378 personas en los lugares en donde se han producido los episodios", aseguró.

Más temprano, el gobernador Scioli había advertido que se pondrá preso "uno por uno" a quien cometa saqueos a supermercados, y advirtió que grupos de "violentos han querido generar en vísperas" de Navidad "hechos de violencia". "La instrucción es muy clara, uno por uno, presos a todos, como corresponde, por las características del problema", lanzó.

 


 

Dos muertos, heridos y más de 500 detenidos por los robos organizados

Tiempo Argentino.

Por segundo día consecutivo, robos organizados en distintos lugares del país –con predominio en el Conurbano– mantuvieron ayer en vilo al gobierno nacional y dispararon una fuerte polémica entre la Casa Rosada y el sindicalismo opositor. El secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien regresó a primera hora desde Bariloche para seguir los acontecimientos desde el Departamento Central de Policía, sobre la calle Moreno, identificó "a barrabravas de Villa Dálmine" (club del ascenso de la ciudad de Campana) y a "choferes de la empresa agroquímica que responde al gremio de Camioneros" como participantes en el saqueo del jueves en el hipermercado mayorista Maxiconsumo, sobre el kilómetro 74 de la Panamericana. Luego el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, acusó directamente a Hugo Moyano al señalar que esperaba que el secretario general de la CGT disidente "pueda demostrar que no hay dirigentes camioneros involucrados". Abal Medina también vinculó con los saqueos a "sectores de Camioneros, y Gastronómicos". La respuesta de Moyano y Pablo Micheli, de la CTA opositora, fue igualmente dura. "Si tienen pruebas y agallas, que nos detengan", amenazó el camionero (ver aparte). Anoche, desde el Ministerio de Seguridad informaron que en las últimas 48 horas se habían detenido a 523 personas a lo largo del país.


Los episodios provocaron dos muertos en Rosario, en los saqueos del jueves: Silvia Barnachea, de 30 años, quien ingresó con una herida cortante en la pierna y luego murió, y Luciano Carrizo, de 22, con un balazo en el tórax. También se registraron heridos graves, que ayer permanecían hospitalizados, entre ellos un policía bonaerense –el teniente Héctor Seba–, quien se encontraba en coma tras ser golpeado con un fierro en la cabeza, lo que le produjo fracturas múltiples en el cráneo. La policía, al menos en el caso de la provincia de Santa Fe, había recibido instrucciones de utilizar elementos disuasivos y no cargar sus armas con postas de plomo. A diferencia del jueves, cuando los focos más graves se concentraron en Bariloche, Campana y Rosario, los saqueos de ayer se extendieron por la zona norte del Gran Buenos Aires. Los incidentes más graves comenzaron en San Fernando, donde decenas de personas intentaron ingresar por la fuerza al hipermercado Carrefour. No pudieron acceder al salón de ventas pero sí entraron al depósito. También hubo robos en los comercios de los alrededores y en una estación de servicio Esso que fue completamente vaciada.


Según contó a Tiempo Argentino el dirigente Emilio Pérsico, que es vecino de San Fernando y cuya organización, el Movimiento Evita, tiene una unidad básica frente a la estación de servicio, todo comenzó con la llegada de tres colectivos con 60 personas. Ese grupo al principio no logró superar al personal de seguridad. Luego se acercaron vecinos de barrios aledaños, en su gran mayoría jóvenes, hasta que se reunió una pequeña multitud. El otro epicentro de los saqueos fue el municipio de Malvinas Argentinas, que gobierna el peronista disidente Jesús Cariglino. Según agencias de noticias locales, los robos se concentraron en Grand Bourg, donde grupos de individuos a cara descubierta –uno de ellos fue fotografiado cargando una escopeta– ingresaron por la fuerza a varios supermercados de la calle El Callao.


En el caso puntual de Malvinas, el kirchnerismo no tardó en responsabilizar a Cariglino de haber promovido los saqueos. De hecho, el diputado Edgardo Depetri (FPV) acusó a punteros de Cariglino y Baldomero "Cacho" Álvarez, ex intendente de Avellaneda, de incentivar a jóvenes de los barrios más humildes para sumarse a los incidentes. Tanto Cariglino como Álvarez desmintieron estar involucrados en la organización de la ola de robos. En el Ministerio de Seguridad, por el contrario, aseguran contar con pruebas documentales –fotos de un Chevrolet con chapa patente DTW117– que demuestran la participación en los saqueos de al menos un puntero ligado a Cariglino, procedente de la localidad de Ingeniero Adolfo Sourdeaux. Siguiendo con las presuntas pruebas, y volviendo a los episodios de Campana, el Ejecutivo también aseguró que tendría fotografiado al líder de la barrabrava de Villa Dálmine ("La banda de la Viola"), Héctor "Paraguayo" González, mientras participaba del saqueo al hipermercado mayorista de Campana. Aparte de barra del ascenso, González es secretario adjunto de la filial de Camioneros de Campana: se desempeña en la rama de recolección. En alusión a la supuesta foto del "Paraguayo" in-fraganti, el propio Moyano dijo ayer que la existencia de esa foto no implicaba culpabilidad. "Tengo una foto con (Amado) Boudou y no tengo nada que ver con Ciccone", ironizó.


Anoche, ante la consulta de este diario, desde la Secretaría de Seguridad que encabeza Berni confirmaron que el "Paraguayo" González se encuentra entre los 523 detenidos. Si la justicia lo encontrara culpable, le podría caber la figura penal de "robo calificado, en poblado y en banda", que supone una condena de entre 3 y 15 años (artículo 167 del Código Penal). Otro elemento incriminador, en el caso del secretario adjunto de la seccional Campana de Camioneros, podría ser un video que fue grabado mientras se producían los robos. "El Paraguayo estaría filmado", aseguró a Tiempo el secretario de Gabinete del municipio, Claudio Rodríguez. Otro dato que sorprendió a los funcionarios de Seguridad, tanto de Nación como de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe, es que está probado que en los saqueos participaron bandas de narcos.


En Rosario, por caso, combis de conocidos traficantes de drogas recorrieron los barrios del sur y del oeste para reclutar jóvenes que quisieran saquear. "A algunos instigadores ya los tenemos individualizados, porque había un par de autos dando vueltas y unas motos marcando dónde tenían que ir a robar. Están filmadas las patentes y las personas", dijo ayer al mediodía el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti. La información sobre los hechos ocurridos en territorio bonaerense quedó a cargo del ministro de Seguridad, Ricardo Casal. A las 22, acompañado por el jefe de Gabinete Alberto Pérez, Casal informó que se llevaban detenidas 378 personas y que la jefa de los fiscales de la provincia, la procuradora María del Carmen Falbo, había dispuesto que todo el personal del ministerio público de los lugares afectados permaneciera en guardia las 24 horas.


Cerca de la medianoche, tras una jornada muy tensa que incluyó otros saqueos (algunos frustrados) en Matanza, José C. Paz, Beccar, Tres de Febrero, San Martín y Pilar, Berni terminó una serie de reuniones con Casal, el ministro de Seguridad y Justicia porteño, Guillermo Montenegro (el gobierno nacional se preocupó por garantizar que no hubiera ningún episodio en la Ciudad de Buenos Aires) y el titular de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Germán Montenegro. En las carteras de Seguridad de Nación y provincia confían en que los fiscales que están actuando (como el de Campana, Camilo Quiroga, y la fiscal general de Zárate-Campana, Liliana Maero) evaluarán las pruebas recolectadas para pedir el procesamiento de muchos de los detenidos. «

"quieren desestabilizar"


El secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Hugo Yaski, sostuvo ayer que en el país "hay sectores minoritarios" que quieren desestabilizar al gobierno nacional con los robos a supermercados. En tanto, el diputado Edgardo Depetri denunció que algunos punteros políticos y gremiales alentaron estos acontecimientos.
"Los trabajadores no comen vidrio, si hay dirigentes que tienen aspiraciones políticas bienvenidos sean", dijo Yasky, pero agregó que la convocatoria del 19 de diciembre de Hugo Moyano y Pablo Micheli, "fue un fracaso". Por otra parte hizo manifiesto "el compromiso de reclamar a las autoridades en cada una de las provincias el respeto por la vida, porque es lamentable el saldo de tres muertos, y es necesario garantizar para las próximas fiestas el clima de paz que los argentinos quieren".


Depetri, quien también estuvo presente en la conferencia de prensa de la CTA, recordó que el gobernador de Santa Fe, Antonio Bonfatti, "ya había denunciado que un sector de camioneros estuvo activando fuertemente esta protesta", y mencionó la acción de "punteros que militan con (el intendente Jesús) Cariglino en Malvinas Argentinas" y "sectores en Avellaneda que trabajan para Baldomero Álvarez". 


Los saqueos, un muestrario de las miserias políticas

 

La Nación/ Por Carlos Pagni

Los saqueos son una desagradable ventana hacia patologías sociales que hacen más angustiante en los últimos tiempos la vida de los pobres. También se deben al decaimiento de la economía. Y dejan ver las miserias de la política.

La tesis oficial, que los desmanes fueron orquestados por un enemigo oculto del Gobierno, hace agua en Bariloche, donde todo comenzó. De los 150.000 habitantes de esa ciudad, la tercera parte son pobres que soportan cinco meses al año temperaturas bajo cero. Además, las cenizas del Puyehue deprimieron el turismo y redujeron el empleo. El consumo de drogas y de alcohol fue en aumento.

Los encargados de atender este cuadro son los kirchneristas Alberto Weretilneck, un dirigente del Frente Grande a quien el asesinato de Carlos Soria dejó al mando de la provincia, y Omar Goye, el intendente de la ciudad. Pero, en vez de aliviar la pesadumbre, Weretilneck y Goye la agravaron. El gobernador suspendió el programa Comer en Familia, impulsado por los gobiernos radicales, y no lo reemplazó. Hace dos meses, Weretilneck también se deshizo del ministro de Acción Social, Jorge Vallaza, natural de Bariloche, que confesó que nunca pudo hablar con su jefe de los problemas de su área. En su lugar quedó un colaborador de Alicia Kirchner, Ernesto Paillalef, vecino de General Roca y de origen mapuche.

Weretilneck es un ahijado de Juan Manuel Abal Medina y Nilda Garré, también del Frente Grande. Goye es el sostén territorial del principal rival del gobernador, el senador Miguel Pichetto. A Weretilneck no lo entusiasma socorrer al intendente. Y la influencia de Pichetto en el gobierno nacional no alcanza para que a su pupilo lo asistan desde Buenos Aires.

Hace dos semanas, Goye exigió a los supermercadistas que repartieran comida por 1 millón de pesos. Si no, les advirtió, habría saqueos. El jueves pasado los saqueadores obedecieron esa instrucción involuntaria. Goye estaba en Buenos Aires mendigando una moneda. El coronel Sergio Berni debió enviar 400 gendarmes, mientras el originario Paillalef recibía a los acusados por los desmanes: líderes de la cooperativa indigenista 1º de Mayo, que integra el programa Argentina Trabaja, de Alicia Kirchner. Weretilneck descalificó a Paillalef al decir: "No negociamos con delincuentes". Pero cuando la amenaza cayó sobre los comercios de Viedma, mandó a repartir dinero entre los maleantes, que aceptaron la plata y, después, produjeron los disturbios.

Conclusión: en Río Negro no fue necesario un complot. Alcanzó con la impericia de los funcionarios. Ni siquiera el estupor por lo ocurrido los distrajo de la interna. El comunicado policial con el balance de los hechos se ufana de que no hubo muertes: una chicana innecesaria del kirchnerismo patagónico a los socialistas de Rosario, donde perdieron la vida dos personas.

En Rosario también estaban dadas las condiciones para una convulsión. En tres días llovió lo que se prevé para cinco años. Los barrios más desamparados estuvieron cuatro días bajo el agua. Como siempre, los vándalos aprovechan el desconcierto que sigue a la inundación. Pero la intendente Mónica Fein pidió refuerzos nacionales cuando los hechos ya estaban ocurriendo. Y desde Buenos Aires los enviaron mal y tarde.

El gobierno bonaerense no fue más eficiente. Varios intendentes aseguran que la noche anterior a los saqueos el Ministerio de Seguridad prohibió a las comisarías usar balas de goma. "¿Qué ganas de poner orden va a tener un agente que se enfrenta a una horda desarmado?", se preguntó un dirigente. El intendente de San Fernando, Luis Andreotti, acusó a la policía bonaerense de haber llegado seis horas tarde al lugar de los saqueos.

En estos movimientos colectivos opera un efecto de contagio provocado por la televisión. Pero en Rosario y en el conurbano, mucho más que en Bariloche, se detectó la inducción de grupos organizados. Colaboradores de la intendente Fein apuntaron a traficantes de drogas. Desde el peronismo reflotaron las acusaciones contra el ex jefe de policía del "narcosocialismo". Pero los intendentes bonaerenses también vinculan los saqueos con el paco.

El tendido capilar de la política ya no alcanza el núcleo de los grandes asentamientos. Allí el viejo puntero ha sido reemplazado por el dealer, que, asignando los beneficios de su negocio, regentea un orden que aspira a sustituir al estatal: da trabajo, ofrece protección, arbitra. Su presencia es cotidiana; no esporádica, como la del Estado. Y cubre de a poco la vacancia que han dejado la crisis de los partidos y el repliegue de los sindicatos. El parque Indoamericano, el copamiento de Cerro Dragón, los desmanes de Rosario están relacionados por este protagonismo de la droga.

Las metáforas tienen un efecto tranquilizador. La expresión "marginalidad", la misma idea de "conurbano", crea la ilusión de que estas redes operan en un exterior social y geográfico. Sin embargo, están integradas al "centro" con conexiones muy visibles. Los policías corruptos o las barras bravas, por ejemplo.

En los grandes conglomerados urbanos se tramita todos los días un saqueo en cámara lenta que recibe el nombre abstracto de "inseguridad".

El Gobierno enfatiza el aspecto delictivo de estas operaciones para desviar la atención del incremento de la pobreza. Pero el enfriamiento de la economía también explica estos procesos. "Hacía por lo menos cinco años que no se formaban filas de gente pidiendo comida o regalos en la puerta del shopping", comenta el directivo de una gran cadena comercial.

El aumento de los precios convive con una caída en la actividad que afecta más a los más pobres. El cepo cambiario paralizó la construcción. Las "changas" escasean. Y la falta de dinero se vuelve más dramática en las Fiestas. No sólo porque hay que poner comida sobre la mesa. También hay que hacer regalos. El diputado Héctor Recalde hizo notar que "los plasmas no se comen". Es cierto. Hay quienes los roban porque son ladrones. Pero también pueden llenar la bolsa de Papa Noel. O se los puede vender para comprar comida.

Es curioso que un gobierno que ha identificado el bienestar social con una fiesta de consumo quede ciego ante esta lógica.

Los avisos con liquidaciones del 30% bombardean las cabezas de muchos desamparados que, atrapados por el clima de la época, se llevan las mercaderías con rebajas del 100%. La economía oficial, que ha prometido netbooks para todos, milanesas para todos y fútbol para todos, tal vez sembró la fantasía de que hay todo para todos.

El otro recurso del kirchnerismo para evadirse de las responsabilidades de la crisis es la denuncia de un complot. El jefe de Gabinete del "proyecto nacional y popular", Abal Medina, apuntó el dedo contra dirigentes sindicales: Hugo Moyano, Pablo Micheli, Luis Barrionuevo. Se ha evolucionado: hace 40 años se apuntaban las armas, como recuerda la muerte de Rucci.

Abal está fundando una nueva juridicidad. Hace dos sábados sostuvo que la ley de medios es constitucional "porque todos lo sabemos". Es un criterio peligroso, sobre todo para los funcionarios con fama de corruptos. El jueves dijo que Moyano iba a tener que probar que no está vinculado a los ataques a supermercados. El garantismo ha renunciado a la presunción de inocencia.

Los defectuosos razonamientos del jefe de Gabinete no anulan la posibilidad de que haya habido interesados en sembrar el caos. En Malvinas Argentinas se vio a saqueadores bajar de colectivos y combis. Igual que en San Fernando, donde las cámaras de seguridad registraron a adversarios del intendente Andreotti destrozando la Esso de Ramal Tigre. ¿A qué encumbrada figura del PJ provincial responden esos punteros?

En los celulares de varios saqueadores aparecieron mensajes de texto que avisaban que en tal o cual comercio se regalarían alimentos. De los cruces de llamadas y las declaraciones de los detenidos, que en la zona norte eran anoche más de 160, tal vez surja alguna hipótesis.

Abal Medina señaló a los gremialistas como artífices de una conspiración. Y Scioli dijo que había un movimiento desestabilizador. Pero no estaban coincidiendo. Tal vez se estaban acusando.

Cuando Abal Medina mencionó a Barrionuevo, Barrionuevo almorzaba con Scioli en Mar del Plata. Y Hugo Moyano, el gran culpable, es un aliado del gobernador. Alberto Samid, hoy el más fidedigno vocero de Scioli, aclaró que "Moyano no tiene nada que ver". Después, hundió su puñal de matarife: "La Presidenta debería dar una conferencia de prensa con un mensaje de tranquilidad y paz".

Desde su silencioso refugio de El Calafate, Cristina Kirchner desdeñó el consejo de Samid. Ordenó a Abal Medina anunciar la expropiación del predio de la Rural en Palermo. ¿Será una buena señal para reivindicar la propiedad privada frente a la ola de saqueos? Tal vez no era su objetivo y sólo pretendió maquillar la cara ajustadora del "modelo". Ahora sueña con instalar allí Tecnópolis, una vez que se haya rebautizado el pabellón José Martínez de Hoz.

Los saqueos reproducen, en su dinámica central, algunos rasgos de este ciclo histórico. Relativizan el derecho de los propietarios, en sintonía con un Gobierno que, en nombre de la distribución del ingreso, desconoce la deuda con los holdouts , pero también la que mantiene con los jubilados.

La otra nota familiar es el recurso a la extorsión para alcanzar un objetivo. La violencia brutal de la pandilla que exige mercaderías gratis en un supermercado aparece estilizada en la decisión de poner contra las cuerdas a un intendente o a un dirigente social que no está alineado con el oficialismo. La política ejerce siempre, para bien o para mal, una pedagogía..

 

El camionero Hugo Moyano y el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, cruzaron ayer acusaciones luego del segundo día de saqueos.


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