Proyecto de litio de Uyuni: análisis de los avances recientes
Hidrocarburos Bolivia
Durante los últimos cinco años el tema del aprovechamiento de los recursos evaporíticos del Salar de Uyuni ha sido analizado extensamente por propios y extraños. En efecto, muchos han sido los artículos publicados en la prensa nacional, así como también en conferencias nacionales y regionales conducidas al respecto.
Una gran mayoría proviene de políticos, sociólogos y economistas, que han hecho comparaciones exageradas, inclusive llamando a Bolivia “La Arabia Saudita del Litio” haciendo referencia al país de oriente medio que se encuentra en un enorme mar de petróleo. Otros, han comentado sobre los enormes ingresos económicos que Bolivia obtendrá de la venta del metal que actualmente está de moda entre los fabricantes de automóviles eléctricos, pero los más no son sino producto de la fantasía, sin base científica y/o tecnológica que las sustente. Y no ha faltado que alguien plantee la distribución de la renta del litio en forma equitativa a todos los bolivianos sin que hayamos aún producido ni un gramo del metal.
En toda la información publicada sobre el Salar de Uyuni, casi todo ha sido dedicado al tema del litio solamente, dejando de lado otros elementos químicos componentes de las salmueras. En este escenario el litio ha resultado ser la “primaballerina” de la fiesta, mientras que el potasio, sodio y cloro son las chicas feas, sin tomar en cuenta que por su contenido mayoritario, relativa facilidad de recuperación, e importancia industrial, tal vez, se tornan más importantes que el mismo litio, tal es el caso del potasio por ejemplo.
También se ha exagerado sobre las reservas de litio que tiene el salar. En efecto, recientemente la noticia de que Bolivia cuenta con 100 millones de TM de litio metálico en las salmueras de Uyuni y que durará 5.000 años, fue difundida casi en todos los periódicos del país. Este anuncio posiblemente causó optimismo en los más pesimistas de los habitantes de este país, pero en opinión de los expertos existe una astronómica exageración en las cifras anunciadas donde se ha cometido el error de añadir ceros demás.
Antes que dar anuncios grandilocuentes, los bolivianos tenemos que analizar fríamente las posibilidades técnicas de desarrollar el famoso salar, en base a estudios científicos serios publicados en los últimos 40 años y otros de corte tecnológico producidos recientemente por ingenieros bolivianos expertos en el rubro de evaporitas, terminando con el planteamiento de soluciones técnicas reales para el manejo apropiado de ese emporio de metales alcalinos que es el Salar de Uyuni.
El presente artículo es diferente, porque analiza fríamente las posibilidades técnicas de desarrollar el famoso Salar de Uyuni en todo su potencial. Porque pensar sólo en el litio y su aplicación en baterías de ión Li+ -que es la atracción de todo el mundo- sería miope porque los otros componentes, potasio por ejemplo, por su importancia para garantizar la seguridad alimentaria mundial darán a Bolivia mejores y mayores ingresos económicos.
1. UN POCO DE HISTORIA SOBRE EL SALAR DE UYUNI
Según Brockmann (2007), el Salar de Uyuni está localizado en la cuenca endorreica del altiplano boliviano, tiene una superficie de 9.439 Km2 y una altura promedio de 3.653 msnm. Es el mayor depósito evaporítico de Sudamérica, con un eje de 140 km en dirección este-oeste y 110 Km. en sentido norte-sur. El clima es árido con precipitación anual de 350 mm especialmente de enero a marzo y una temperatura máxima de 14 ºC.
Por su parte, los investigadores Risacher (francés) y Ballivián (boliviano) en 1981 sostenían que la formación del salar de Uyuni se hizo como consecuencia de la sequía total del antiguo Lago Tauca y subsecuente precipitación química; esta evaporación lenta trajo como consecuencia la deposición de sales, formando los salares de Uyuni y Coipasa.
Descubrimiento de Litio y Potasio en el Salar de Uyuni
La composición química del salar de Uyuni fue estudiada primero por Alfheld y Schneider-Serbina en 1964, concentrándose mayormente en la costra superficial de cloruro de sodio. Durante el período 1972-1975, utilizando los satélites LANDSAT 1 y 2 de la NASA, el programa de Satélite Tecnológico de Recursos Terrestres (ERTS) obtiene imágenes satelitales que mostraron fluctuaciones de la costra de sal.
En septiembre de 1976, por medio de los programas ERTS y Earth Resources Observation System (EROS) de la USGS, y participación de especialistas nacionales de GEOBOL y la UMSA-ORSTOM, se realizaron investigaciones sistemáticas que confirmaron altas concentraciones de litio y potasio en una superficie de 2.500 km2 de la región sudeste del salar en las inmediaciones de la desembocadura del Rio Grande. Como resultado de dichas investigaciones, la prensa nacional publicó los titulares “Un gran depósito de litio fue descubierto en el Salar de Uyuni” (EL DIARIO, septiembre, 1976).
Según Brockmann (2007), a fines de 1976 se decidió realizar la verificación de campo en Colchani y se estudió el detalle de la superficie del salar con 22 muestras. Los análisis químicos respectivos revelaron concentraciones significativas de litio y potasio en la región de Colchani. La muestra # 11 mostró 540 ppm de litio, es decir 8 veces más de lo normal de muestras de otras partes del salar. Estos estudios demostraron que la zona sudeste del Salar de Uyuni es la de mayor riqueza de sales de potasio y litio.
Naturaleza química de la salmuera del Salar
El salar durante la mayor parte del año es seco, con una superficie formada por una costra dura de halita (cloruro de sodio) con espesores variables en diferentes zonas, existiendo en sus partes marginales capas suaves e impuras de yeso (sulfato de calcio) y ulexita (compuesto de boro). Debajo de la costra superficial de halita con un promedio de 10 m de espesor, se encuentra la salmuera remanente encajonando cloruros de litio y potasio.
Tomando como base el trabajo realizado por Ericksen y Vine (1976), se han calculado los porcentajes para los distintos minerales presentes en la salmuera del Salar de Uyuni, y son: 65,8% como cloruro de sodio; 7,3% como cloruro de potasio; 24,7% como carnalita una mezcla de cloruros de potasio y magnesio y 2,2% como cloruro de litio. Los minerales mencionados aquí han sido confirmados por otros investigadores del Salar de Uyuni en la década de los 90.
2- TECNOLOGÍA DESARROLLADA POR EL GRUPO TECHNIKUM–UATF DE POTOSÍ
La Universidad Autónoma Tomás Frías de Potosí, con apoyo académico-científico de la Universidad Técnica “Academia de Minas de Freiberg” de Alemania, ha conformado el grupo Technikum–UATF que desde hace dos años está desarrollando una “Estrategia de aprovechamiento integral de los recursos naturales del Salar de Uyuni”, este emprendimiento tiene un presupuesto económico reducido enteramente universitario, debido a que hasta ahora el Gobierno Nacional no ha respondido positivamente para financiar este esfuerzo de desarrollo científico y tecnológico de la UATF que quiere contribuir al desarrollo integral del Salar de Uyuni.
El Dr. Claros de la UATF y el Dr. Wolfgang Voight de la Universidad Técnica de Freiberg de Alemania han informado que los principales resultados obtenidos hasta la fecha por el grupo Technikum–UATF son los siguientes (ver: http://www.plataformaenergetica.org/content/381): (a) se ha diseñado y construido conos de evaporación intensiva, que han permitido lograr una velocidad de evaporación de 80 a 120 litros de agua/día-cono, en condiciones normales del Salar de Uyuni y laboratorios de la UATF en Potosí; (b) empleando una misma superficie de exposición al aire y un mismo volumen de salmuera bruta, el cono de evaporación intensiva necesita sólo una décima parte del período que emplea una piscina de evaporación tradicional, para lograr una cosecha de salmuera concentrada; (c) estos conos de evaporación intensiva logran elevar de 0,5 a 12 gramos de litio por litro de salmuera concentrada, obteniéndose además cristales con alto grado de pureza de cloruro de sodio y cloruro de potasio.
En pruebas de laboratorio, venciendo toda resistencia de separación del magnesio y sulfatos complejos, se ha obtenido carbonato de litio de más y menos 90% de pureza y una recuperación que ya redondea el 50% y los productos adicionales que se obtiene son: ácido bórico, cloruro de potasio, cloruro de sodio y otros productos comerciables. Finalmente, el proyecto garantiza la preservación ambiental y la integridad física del Salar de Uyuni y cuenta con planes de incentivación del flujo turístico en la región. Según el Dr. Voigt, “la idea innovadora de usar conos de evaporación ha merecido la obtención de una patente, que es una patente boliviana - alemana, en forma paritaria entre la UATF y la Universidad de Freiberg, cada uno con 50%”.
Las siguientes fases de este proyecto abarcan: (a) el estudio a nivel de factibilidad y construcción de una micro planta experimental de producción de carbonato de litio (Li2CO3) con base en los parámetros de operación comprobados en el Technikum-UATF, y (b) el proyecto contempla el diseño de ingeniería de la planta de producción industrial de carbonato de litio e integralmente de los productos y subproductos de la química básica, a partir de los recursos del Salar de Uyuni.
El objetivo final de los estudios realizados en Potosí es lograr un permanente escalamiento de valores, hasta lograr en un tiempo corto resultados que se parangonen con los exigidos por la competitividad del mercado internacional del litio. Finalmente, el proyecto incluye la creación del Centro Latinoamericano de Formación de investigadores y profesionales especialistas para la explotación de salmueras en Bolivia. Al respecto, Voigt dijo: “Queremos constituir un Instituto de Salar que sería único en América del Sur, con la posibilidad de que puedan acoger también a los interesados de Chile y Argentina”.
En resumen, el grupo Technikum-UATF en poco tiempo y sin apoyo financiero del Gobierno Nacional, ha logrado avances técnicos para el aprovechamiento de los metales del Salar de Uyuni, mayores y más convincentes que el grupo CCII-REB de Comibol, que en dos años y un financiamiento de casi $US 8 millones, simplemente ha duplicado una tecnología ampliamente conocida en el mundo industrial de evaporitas, y no vemos ningún proceso innovador que amerite ser patentado, tal como ha anunciado el Ing. Echazú.
Es que simplemente “están reinventado la rueda” como dice el Dr. Zuleta, conocido economista boliviano experto en litio. Como siempre, así andamos en Bolivia, porque sigue habiendo gente que cree que con ellos empieza la historia, nunca se informan sobre lo que se hizo antes o lo que están haciendo otros grupos de investigadores.
3. GRAN COMPLEJO INDUSTRIAL DEL SALAR DE UYUNI
Las perspectivas del crecimiento futuro de la economía potosina y el occidente boliviano están estrechamente ligadas al desarrollo de todo el potencial que tiene el Salar de Uyuni. Pensar sólo en el litio y su aplicación en baterías de ión Li+ para automóviles eléctricos – que es la actual atracción de todo el mundo – sería miope porque los otros componentes metálicos y no-metálicos son tan importantes como el litio.
Por ejemplo, con base en la producción de 30.000 Tm/año de carbonato de litio y 700.000 TM/año de cloruro de potasio anunciados por el Ing. Echazú de la DNRE, se puede demostrar fácilmente que anualmente el potasio dará a Bolivia el doble de ingresos económicos que el litio.
En nuestra opinión, y para no caer en la trampa de ser simples exportadores de carbonato de litio y cloruro de potasio – que son básicamente materia prima – el Gobierno nacional debe comprender que la alternativa más conveniente es establecer un Gran Complejo Industrial en Uyuni sobre la base de una nueva estrategia de convertir el Li, K, Na, Cl y Mg del salar en productos de valor agregado exportables. En consecuencia, planteamos que el Complejo Industrial de Uyuni se construya sobre la base de las siguientes actividades industriales: (1) Planta industrial de derivados del litio; (2) Planta de producción de fertilizantes NPK; (3) Planta industrial de cloro-soda-PVC; (4) Planta industrial de magnesio; y (5) Planta industrial de derivados del bórax.
Las tecnologías correspondientes a cada industria son de conocimiento general entre los técnicos bolivianos expertos en evaporitas. Cabe hacer notar que en el caso de las plantas de NPK y Cloro-Soda-PVC, ya existen los estudios de pre factibilidad correspondientes, elaborados por técnicos bolivianos en los últimos 4 años. Sin embargo, habrá necesidad de licitar la contratación de empresas especializadas para que elaboren los documentos IPC (ingeniería, procura y construcción) para cada planta, sobre la base de los cuales serán construidas las plantas industriales mencionadas.
En resumen, el desarrollo del Salar de Uyuni debe generar un cluster minero emergente en la región, que fortalecería al sector en su conjunto, para ser un factor que sostenga a las autonomías de los departamentos de Potosí y Oruro, con un proyecto estrella de largo alcance y rentabilidad sostenida.
4. EL GOBIERNO DEBE PLANTEAR UNA NUEVA ESTRATEGIA
Sobre la base de las consideraciones técnicas anotadas en este artículo, el Gobierno Nacional debe plantear una nueva estrategia de desarrollo de las evaporitas de Uyuni. El Ministerio de Minas y Metalurgia y la Comibol no deben improvisar más con la suerte del proyecto litio y derivados del salar de Uyuni, y tienen la obligación de reestructurar la DNRE, con una visión más amplia de trabajo.
Es que Bolivia, país en desarrollo, no puede darse el lujo de tener dos grupos paralelos de ciencia para desarrollar la tecnología sobre el mismo asunto. Estamos seguros que ambos grupos tienen fortalezas y debilidades, y si se junta el esfuerzo y el trabajo ya realizado por cada grupo permitirá el desarrollo de la tecnología en menor tiempo que el previsto. Para avanzar más rápidamente, consideramos que es indispensable que la Comisión Científica del Ing. Echazú establezca una estrecha relación con los investigadores de la UATF. Además, por su naturaleza innovadora los procesos del grupo Technikum-UATF, a partir de ahora, deben ser tomados como base del desarrollo del proceso de producción de derivados de la salmuera en el gran complejo industrial propuesto para Uyuni.
Sugerimos que el Ministerio de Minas y Metalurgia ordene que los grupos CCII-REB de la DNRE de Comibol y el Technikum–UATF formen un solo grupo de trabajo coordinado que trabaje en Potosí, con el financiamiento ya otorgado por el Gobierno Nacional de $US 8 millones. Es importante, también que se permita la incorporación de otros científicos y tecnólogos bolivianos, expertos en el rubro del procesamiento de evaporitas, que viven en el país y sólo están esperando una oportunidad de poner toda su capacidad al servicio de la Patria. Porque seguir con el esquema actual de trabajar en grupos separados sin ninguna supervisión de expertos bolivianos es la forma más efectiva de lograr poco y perder tiempo y dinero reinventando la pólvora.
Sin embargo, reconocemos que sólo en el rubro de fabricación de baterías de ión-Li+ hay necesidad de conformar SAM’s con las compañías extranjeras que están a la vanguardia del desarrollo tecnológico de estos artefactos. Al respecto, en los últimos dos años cinco empresas extranjeras expresaron su deseo de ser parte del negocio del litio: las japonesas Mitsubishi y Sumitomo; el consorcio francés Bolloré-Eramet; la brasileña Vale do Rio Doce y la coreana Kores.
Finalmente, sostenemos que la estrategia planteada en este artículo es necesaria para el desarrollo del país, y no debe paralizarse ni un segundo frente al desafío del pueblo boliviano de desarrollar su salar más famoso, produciendo derivados del litio, potasio, sodio, cloro, magnesio y bórax para el mercado interno y para la exportación en forma mediata, es decir en dos años a lo máximo.
Basta ya de discutir sobre quién debe ser responsable del desarrollo industrial del Salar de Uyuni. ¡Todos los bolivianos somos responsables de ello!