Difícil transición de la mina a explotación subterránea
El presidente de Codelco, Diego Hernández, pidió comprensión ante los inevitables ajustes en la dotación de Chuquicamata, a raíz de los enormes cambios que se vienen para la división, fundamentalmente por la transición desde la explotación a rajo abierto hacia la minería subterránea.
La mina bajo tierra estaría operativa a fines de 2019 y necesariamente habrá un proceso de transición.
Y Hernández reconoció que durante ese lapso va a haber una baja en la planta de trabajadores: "La transición va a demorar bastantes años y eso significa cambios de dotación, pero no en forma inmediata. Tenemos que ir planificando".
Bajo el rajo se ha cuantificado la existencia de unas 1.700 millones de toneladas en reservas de mineral de cobre, que representan más del 60% de lo explotado en los últimos 90 años.
PRODUCCIÓN
El proyecto considera dos túneles de acceso principal, de 7 kilómetros cada uno, con una tasa de producción de 140.000 toneladas de mineral diarias, que significarán 340.000 toneladas de cobre fino y más de 18.000 toneladas de molibdeno fino al año.
Mientras eso sucede, adelantó, se vienen grandes cambios. "En 2014 nosotros nos quedaríamos sin reservas para alimentar la planta de cátodos de Chuquicamata, que son alrededor de 140 ó 150 mil toneladas al año de producción que vamos a perder. Estamos haciendo un esfuerzo para mitigar esto con nuestro proyecto de Quetena, un yacimiento vecino", explicó.
CAMBIOS
Hasta 2017 y 2018 las plantas de Chuquicamata tendrán que ser alimentadas con producción de la mina Radomiro Tomic, cuyo mineral tiene una ley menor, de entre 0,60 y 0,65%, que incluso irá bajando en los años venideros.
Esta realidad, indicó, "requiere una serie de cambios, que estamos manejando". "No son cambios que suceden de un día para otro -agregó- y eso requiere la comprensión y la colaboración de todos los trabajadores".
"Lógicamente que van a haber revisiones de dotaciones, porque en la medida que bajen los niveles de extracción de la mina se necesita menos gente, pero no es un tema de un día para otro", insistió.
Hernández reiteró en la necesidad de "comprensión" de los trabajadores en este proceso. "Chuquicamata es una mina símbolo de la minería mundial… Es una operación que le ha entregado al dueño enormes excedentes, enormes beneficios, pero que en los próximos años va a pasar por un periodo más complejo, que está bajo control y que está dentro de nuestros planes".
SITIAL
Todos estos cambios significan en algún momento "pasar de clase mundial a segunda división", para posteriormente volver al sitial que le corresponde, enfatizó. "Cuando estemos a plena producción con la mina subterránea vamos a volver a las producciones anteriores", garantizó.