Una opción es comprarlo bajo la forma de lingotes o monedas -para lo cual en el mercado local se puede recurrir al banco Supervielle que vende el importado de Suiza, y está al alcance de cualquier ahorrista, por medio de barras a partir de los 5 g, 10 g, 20 g, 31,10 g, 50 g, 100 g, y 250 g; y lingotes de 500 g y 1 kg.
También se ofrecen monedas de oro, sobre todo maple canadiense (31,10 g), Libra Elizabeth (7,3 g), mexicano (37,5 g), Krugerand sudafricano (31,10 g) y chileno (18,3 g), todas monedas acuñadas por los respectivos bancos centrales de los distintos países. Pero si no se quiere exponer el riesgo de guardarlo en casa, o bien contratar una caja de seguridad, hay otras alternativas para hacerlo y que también están disponibles en esta provincia. Una de ellas es el plazo fijo retribuible en oro: “Es una colocación a plazo que replica la variación del precio desde una fecha prefijada y hasta el vencimiento de la colocación que efectúe el cliente. Se le garantiza una tasa piso, y se le retribuye por el porcentual de variación que haya experimentado en el periodo de la colocación”, explicó Antonio Bizzotto, jefe regional de Cambios Cuyo del Banco Supervielle. En otras palabras, uno hace el plazo fijo por el monto que desee y la tasa de interés se paga según el aumento que tenga el oro, con un tope del 24%.