Para conocer la historia de YMAD, hay que remontarse a fines de la década del ‘30, cuando el Dr. Abel Peirano, químico de la Universidad Nacional de Tucumán y del Instituto Miguel Lillo, descubrió la mina Farallón Negro.
Este farmacéutico distinguido con medalla de oro por la Universidad de Buenos Aires, se estableció en Santa María (Catamarca) en la década del ‘20. Desde allí, Peirano realizó expediciones mineras en Catamarca, Tucumán y Salta.
En 1936 ingresó en una zona montañosa del departamento de Hualfín (Catamarca), llamada, desde antiguo, Agua de Dionisio, donde encontró evidencias metalíferas. El descubrimiento interesó a las autoridades de la Universidad de Tucumán y obtuvo la colaboración del Instituto de Geología.
Peirano confirmó que las afloraciones superficiales de Farallón Negro tenían fundamentos vetiformes de oro y de plata. Fabricaciones Militares y la secretaría de Minería de la Argentina realizaron estudios e instalaron una planta piloto.
Peirano era un enamorado de la mineralogía y del trabajo de campo, de manera que junto con un grupo de colaboradores estudió la zona y, como se trataba de vetas mineralizadas, ellos pidieron las pertenencias mineras y pasaron a ser titulares de esas minas. De esa forma, también la Universidad Nacional de Tucumán comenzó a estudiar a fondo la zona y en profundidad esas minas.
De la UNT a YMAD
En el año 1948, Peirano y cuatro colaboradores, mediante escritura pública, deciden donar todos sus derechos mineros a la Universidad de Tucumán.
En el año 1949, el presidente Juan Domingo Perón ordena la estatización de varias áreas mineras, entre ellas la zona conocida como El Bajo de La Alumbrera.
Tras una maraña de presentaciones legales, la cuestión se judicializó, envolviendo el tema en una maraña de papeles y trámites.
A partir de esta situación, y ya bajo el gobierno de Arturo Frondizi (1958), se decide la creación de una empresa interestadual integrada por la provincia de Catamarca y la Universidad Nacional de Tucumán.
El 9 de enero de 1959 se publica en el Boletín Oficial la ley 14771, que da origen formal a Yacimientos Mineros Agua de Dionisio (YMAD).
La sociedad
La ley establece que la empresa YMAD estará constituida por la provincia de Catamarca y la Universidad Nacional de Tucumán, que el directorio de la empresa estará integrado por dos representantes elegidos por cada uno de los socios (Catamarca y la UNT) y un presidente designado por el Poder Ejecutivo Nacional, y que las utilidades líquidas y realizadas que arrojen los balances serán distribuidas así: el 60 % para la provincia de Catamarca y el 40 % para la universidad tucumana.
Durante muchos años se realizaron en el lugar trabajos de exploración hasta que, en 1978, quedó formalmente inaugurada y en producción la mina Farallón Negro, que explota manganeso, oro y plata en rango de mediana minería.
Hasta la década del ‘90, YMAD fue prácticamente financiada en su totalidad por el Estado nacional, ya que sus balances no presentaban utilidades.
A partir de de 1997, con el procesamiento del primer mineral extraído en la mina, YMAD inició la explotación en forma conjunta, en Unión Transitoria de Empresas (UTE) con Minera Alumbrera el yacimiento Bajo de La Alumbrera, de cobre, oro y molibdeno.
Con esta UTE, los balances de YMAD comenzaron a presentar utilidades netas, que se distribuyeron entre los socios de acuerdo a la ley 14771.
¿Por qué las universidades nacionales reciben dinero?
En el instrumento legal, se especifican, como ya lo escribimos, los porcentajes de las utilidades a percibir por Catamarca y la UNT (60 % - 40 % siempre es bueno recordarlo).
En el mismo artículo, el 18 establece que el dinero de utilidades que perciba la UNT (40 %) “será destinado para la terminación de la ciudad universitaria, conforme a los planos ya aprobados (la obra no se terminó nunca, pero hace unos años, en el 2008, se decidió compensar esta obra con otras ya concluidas).
Y aquí está la explicación de por qué las universidades nacionales reciben los fondos mineros de YMAD. La ley establece textualmente que “una vez cumplidos los propósitos señalados en el punto anterior de ese porcentaje del cuarenta por ciento (40 %), se destinará el cincuenta por ciento (50 %) a la Universidad Nacional de Tucumán y el cincuenta por ciento (50 %) restante a la formación de un fondo nacional, que será distribuido entre las demás universidades del Estado”.
Así las cosas, las universidades del país reciben, a partir del año 2008, dinero proveniente de utilidades mineras.
Un detalle: YMAD fue una de las pocas empresas estatales que sobrevivió a la ola de privatizaciones de los años ‘90.