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Política
15 HORAS CLAVADAS: MEDIA SANCIÓN PARA YPF EN EL SENADO. LAS MODIFICACIONES. PICHETTO: NO AL HARAKIRI
26/04/2012
Mining Press

“15 horas clavadas” se escuchó la voz en el recinto al cerrarse la media sanción express de la expropiación a las acciones de Repsol en YPF, exactamente a las 1:33 de la madrugada de hoy.

Ese tiempo le llevó a los legisladores liquidar un trámite por 63-3, con 4 abstenciones. Las negativas fueron de Adolfo Rodríguez Saá, Liliana Negre de Alonso y Juan Carlos Romero, mientras que se abstuvieron María Eugenia Estenssoro, los catamarqueños Oscar Castillo y Blanca Monllau (Frente Cívico y Social), y la legisladora del Frente Amplio Progresista (FAP) Norma Morandini, tal como estaba previsto.

El gran privatizador, Carlos Saúl Menem, tuvo un acto de coherencia consigo mismo y faltó a la cita. Miguel Ángel Pichetto cerró la corta maratón con un par de modificaciones básicas que se incorporaron a diversos artículos: uno es el agregado de la palabra “exploración” en el primer artículo; otra es la añadidura de YPF Gas, cuyas acciones fueron olvidadas en la prisa del Poder Ejecutivo por arrebatarle las acciones a la española.

En la votación particular, el radical Gerardo Morales pretendió introducir el bocado opositor con la mención a “soberanía hidrocarburíferas” y otras cuestiones. Pichetto y los suyos le hicieron sentir el peso de la realidad y los cambios no fueron aceptados, por lo que en lo particular la votación terminó 47-19

“No es hora de reproches ni de hacernos el harakiri por lo que pasó en los ‘90” cerro Pichetto, quien invitó a propios y rivales a mirar para adelante. 
 


 

El Senado aprobó el proyecto que plantea la expropiación del 51 por ciento de YPF

Parlamentario

El pleno del Senado, con 63 adhesiones en la votación en general, aprobó a la 1.32 de este jueves el proyecto del Poder Ejecutivo que establece la expropiación de YPF, que continuará operando como una sociedad anónima, y lo giró a la Cámara baja, que lo convertiría en ley la próxima semana.

Tres senadores del peronismo disidente votaron en contra: Adolfo Rodríguez Saá, Liliana Negre de Alonso y Juan Carlos Romero, mientras que se abstuvieron la representante de la Coalición Cívica (CC), María Eugenia Estenssoro, los catamarqueños Oscar Castillo y Blanca Monllau (Frente Cívico y Social), y la legisladora del Frente Amplio Progresista (FAP) Norma Morandini.

Las adhesiones positivas, negativas y las abstenciones dan como resultado la participación de 70 legisladores, es decir que sólo dos senadores no estuvieron presentes a la hora de votar: uno fue el aliado del oficialismo Carlos Menem (La Rioja), y el otro fue el peronista disidente Roberto Basualdo (San Juan).

Durante la votación en particular, la oposición pidió cambios en distintos artículos, aunque el Frente para la Victoria (FpV) pudo imponer su mayoría.

Antes del comienzo del debate, el jefe de la bancada del Frente para la Victoria (FpV), Miguel Ángel Pichetto (Río Negro), había solicitado la introducción de un apartado en el artículo siete del texto para también expropiar YPF Gas, algo que finalmente quedó en el proyecto girado a Diputados.

El proyecto, denominado “Soberanía hidrocarburífera de la República Argentina”, contiene 19 artículos. En el primero, se declara a la actividad de la empresa “de interés público nacional”, y como “objetivo prioritario, el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos y la explotación, la industrialización, el transporte y la comercialización” de los mismos.

Con este fin es que se expropiará el 51 por ciento de las acciones de la petrolera, todas pertenecientes a la española Repsol, de las cuales el 51 por ciento corresponderá al Estado nacional, mientras que el 49 por ciento restante será de las provincias que integran la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFHEPI).

Más allá de esto, YPF continuaría operando como sociedad anónima abierta, “no siéndole aplicable legislación o normativa administrativa alguna que reglamente la administración, gestión y control de las Empresas o entidades en las que el Estado Nacional o los estados provinciales tengan participación”.

Además, el proyecto crea, en su artículo cuarto, un Consejo Federal de Hidrocarburos, con participación del Estado nacional y los Estados provinciales, para garantizar el cumplimiento de la ley y someter a consideración la política hidrocarburífera planteada por el Poder Ejecutivo.

La sesión comenzó a las 10.35 y terminó a la 1.32

Con amplio apoyo, el Senado aprobó la estatización de YPF

Clarín

El Senado dio esta madrugada, con una votación abrumadora como se esperaba, el primer paso para la expropiación del 51% de las acciones de YPF en manos de Repsol. El “sí” logró 63 apoyos sobre un total de 72 miembros de la Cámara. Hubo 3 votos negativos, 4 abstenciones y 2 legisladores ausentes.

Y pasada la 1.30 de hoy se aprobó en particular .

La larguísima sesión comenzó a las 10.30, tras largas horas de discursos en varios momentos con el recinto casi vacío. Hubo 61 oradores , un número sin antecedentes para una “sesión especial” de un solo tema.

El proyecto, calificado de “histórico”y “fundamental” por el kirchnerismo, ordena la expropiación accionaria sólo de la española Repsol –también de la empresa YPF-Gas– y fija un marco regulatorio para la toda la explotación y comercialización hidrocarburífera.

La mayoría se compuso con el bloque del oficialismo y sus aliados, la UCR (que votó “en general”pero anunció su negativa a casi todos los artículos), 3 del Frente Amplio Progresista (la cordobesa Norma Morandini se abstuvo) y varios monobloques. Ocho senadores anunciaron que no votarían a favor del proyecto oficial.

En cambio, no pudo ser escuchado uno de los discursos más esperados, el de Carlos Menem, el presidente que dispuso la privatización en 1992 y ahora apoya la reestatización. Hasta el cierre de esta edición no se había hecho presente en el recinto.

Quien apareció recién a la hora de votar fue Carlos Reutemann, quien votó a favor.

Los que anunciaron su voto en contra son los peronistas disidentes Adolfo Rodríguez Saá, Liliana Negre (de San Luis), Roberto Basualdo (de San Juan, que finalmente no asistió), y el ex gobernador de Salta Juan Carlos Romero, un duro crítico de la expropiación.

“Los argentinos no podemos ser okupas , no podemos usar la prepotencia”, dijo Romero, quien sin embargo dijo quiere una YPF estatal pero “ no en manos de La Cámpora , algunos pasaron por esa verdadera academia del déficit que es Aerolíneas Argentinas”. Las peronistas disidentes Sonia Escudero y Graciela Di Perna siguieron un camino diferente y votaron a favor.

Obvio, los principales impulsores del voto favorable fueron los senadores oficialistas. El neuquino Marcelo Fuentes, miembro informante, dijo que es “consciente de que la sola expropiación no soluciona el problema ” sino que “es el inicio de la solución, para dar soberanía energética”. También aseguró que la iniciativa “no es un acto caprichoso ni un acto aislado” sino “el corolario lógico” del proceso iniciado en 2003, con la presidencia de Néstor Kirchner.

Si fue difícil para los peronistas explicar el cambio de rumbo (privatización en 1992, inclusión del grupo Ezkenazi en 2008), más complicado fue para el radicalismo precisar su voto favorable a la idea de una petrolera estatal pero con manifestaciones fuertemenente contrarias al proyecto.

“Vamos a acompañar en general la nacionalización de YPF, porque somos conscientes de nuestra historia” dijo Gerardo Morales, pero a la vez cuestionó el proyecto oficial y reclamó mirando a los peronistas que “los que privatizaron YPF deberían pedir perdón”. De paso dio un mensaje hacia su propio partido. Dijo que votan “pese a las operaciones de algunos sectores minoritarios de la UCR que buscan que hagamos otra cosa”.

En la UCR, otro discurso filoso fue el de Eugenio “Nito” Artaza.

“Bienvenidos a lo nacional y popular, los estábamos esperando”, ironizó sobre los peronistas, al recordar que la UCR “desde hace cien años” que defiende una YPF estatal.

Las abstenciones fueron de los catamarqueños Blanca Monllau y Oscar Castillo, de la cordobesa Norma Morandini (“esto es una encerrona ideológica, un chantaje emocional , estoy de acuerdo en el objetivo pero no de esta manera”, dijo) y María Eugenia Estenssoro, quien hasta un rato antes oscilaba entre abstenerse o votar en contra. “La razón me dice que debería votar en contra, porque creo que este proyecto es un engaño –dijo–. Pero el corazón me manda a abstenerme, porque los recursos estratégicos deben ser del Estado”.

Tras la aprobación, el proyecto comenzará a ser tratado hoy mismo, desde las 10 de la mañana, en la Cámara de Diputados. Será en un plenario de las comisiones de Energía, Presupuesto y Asuntos Constitucionales. Está previsto que mañana el proyecto obtenga dictamen y que el oficialismo convoque a una sesión especial para que el proyecto se termine convirtiendo en ley el jueves de la semana próxima.

Un trámite exprés.

Claves del proyecto

El artículo inicial del proyecto oficial declara de “interés público y como objetivo prioritario” el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos.

A partir del artículo 7°, el texto aborda el proceso de expropiación del 51% de las acciones de la española Repsol en YPF, que son declaradas de “utilidad pública”.

Se dispone que las acciones sujetas a expropiación se repartirán en un 51% para el Estado nacional y el otro 49% para las provincias petroleras.

Los derechos sobre las acciones expropiadas se ejercerán en forma unificada por el plazo mínimo de 50 años a través de un pacto de sindicación de acciones.

Se prohíbe la transferencia de las acciones expropiadas de YPF sin autorización del Congreso votada por dos tercios de sus miembros.

 


 

YPF: fuerte respaldo en el Senado a la estatización

La Nación

Con una abrumadora mayoría, el Senado aprobaba esta madrugada y remitía a la Cámara de Diputados el proyecto de ley, impulsado por la presidenta Cristina Kirchner, que declara de interés público el autoabastecimiento de hidrocarburos y determina la expropiación y recuperación para el Estado del 51% de las acciones de YPF.

La iniciativa tuvo el apoyo entusiasta de todo el oficialismo y de sus aliados habituales, y el respaldo, durante la votación en general, de la UCR, de casi todo el Frente Amplio Progresista (FAP) y de un sector del Peronismo Federal. Esos bloques culparon al Gobierno por la crisis energética y por el "vaciamiento" de YPF, y pidieron cambios durante la votación en particular. Pero esta madrugada el oficialismo se aprestaba a imponer su mayoría para aprobar el proyecto tal como lo había enviado el Poder Ejecutivo.

Los únicos que se manifestaron en contra de la iniciativa fueron Adolfo Rodríguez Saá, Liliana Negre, Juan Carlos Romero y Roberto Basualdo (los cuatro del Peronismo Federal), mientras que Norma Morandini (FAP), Oscar Castillo, Blanca Monllau (ambos del Frente Cívico y Social) y María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica) se abstuvieron. "La estrategia de Repsol como controlante de YPF tuvo terribles consecuencias. El impacto que genera pone en riesgo el modelo de crecimiento con inclusión social", sostuvo el senador Aníbal Fernández sobre el final del debate. "Una compañía petrolera que produce cada vez menos y que reduce sus reservas está siendo vaciada", agregó, auxiliado por una iPad en la que leyó su discurso.

Antes, el senador radical Ernesto Sanz sostuvo que lo que estaba en discusión no era si YPF debía ser pública o privada, sino qué tipo de Estado será el dueño de la petrolera. "Con la política energética de hoy estamos condenando a la nueva YPF a una pronta frustración", dijo, y se preguntó: "¿Será YPF una agencia de empleo para seguidores del Gobierno?"

El sanjuanino Basualdo argumentó en contra de la aprobación del proyecto, incluso durante la votación en general. "Todos estamos de acuerdo en que el Estado tiene que participar en el manejo de los recursos naturales no renovables. Pero nos hemos olvidado de las formas. Con cada punto de riesgo país que aumentamos podríamos comprar una empresa por año", sostuvo.

Era el cierre de una sesión que comenzó a las 10.40 y se extendió hasta después de la medianoche. Fue un debate sin sobresaltos ni discusiones acaloradas. Con los argumentos expuestos de antemano, las únicas tensiones se produjeron cuando el radicalismo acusó al peronismo por la privatización de la empresa, en 1992. "Si hoy es un día histórico, lo es para el justicialismo que da una vuelta de 180 grados después de los 90", arremetió Nito Artaza, que reclamó a los peronistas que pidieran perdón por las privatizaciones. "Si había energía en el 2001, era porque no había trabajo ni producción", le respondió el kirchnerista José Mayans.

Fue uno de los pocos cruces verbales del debate que había abierto Marcelo Fuentes, miembro informante del oficialismo. Tras ponderar las características del modelo económico instaurado por Néstor Kirchner y continuado por la presidenta Cristina Kirchner, Fuentes criticó la gestión de Repsol por su falta de inversión y por la caída de reservas y producción en gas y petróleo, y sostuvo que un proyecto de reindustrialización requiere garantizar el acceso a los insumos energéticos. "Somos conscientes de que la sola expropiación no soluciona el problema, pero sin la expropiación no hay inicio de la solución del problema", dijo, y, acto seguido, describió el dictamen bajo tratamiento.

La iniciativa

En 19 artículos, la iniciativa propone declarar de interés público el autoabastecimiento, la explotación, la industrialización, el transporte y la comercialización de hidrocarburos, y expropiar el 51% de las acciones de YPF que hoy controla la empresa española Repsol, a cambio de una indemnización que fijará el Tribunal de Tasaciones de la Nación. De las acciones estatizadas, se prevé que el 51% le quede a la Nación y el 49 restante, a las diez provincias petroleras.

La mayoría de las objeciones de la oposición estuvieron dirigidas a tres puntos: la decisión de que la expropiación afectara sólo a Repsol y no al grupo Petersen (de la familia Eskenazi), que adquirió el 25% de YPF en 2008, a pagar con los dividendos de la propia petrolera; la cláusula que impide que la Auditoría General de la Nación (AGN) controle la gestión de la compañía, y un pedido para que se avance en una investigación para determinar la responsabilidad de los funcionarios en el vaciamiento de la empresa.

"Esto no debe ser una confiscación; debe ser una expropiación en el marco de la Constitución. Si se hace una diferencia entre Repsol y el grupo Petersen, tiene que haber una explicación clara. El vaciamiento se profundiza a partir del ingreso del grupo Petersen a la empresa", argumentó Sonia Escudero. La respuesta del oficialismo fue que se había decidido actuar sobre el grupo controlante de la compañía.

El FAP y un sector del radicalismo también reclamaron que todas las provincias, y no sólo las petroleras, participaran de las utilidades de la nueva YPF.

MENEM, AUSENTE EN EL RECINTO

Antes de la votación, todas las miradas estaban puestas en la banca vacía de Carlos Menem, hoy aliado del Gobierno. Ausente en el debate, todo indicaba que no cumpliría con su promesa de apoyar el proyecto. Otra incógnita era Carlos Reutemann, que estuvo en el Congreso pero no participó del debate..

Plenario de Diputados tratará este jueves el proyecto sobre YPF

Parlamentario
 
Con el objetivo de sancionar la expropiación del 51 por ciento de YPF el próximo jueves 3 de mayo, un plenario de la Cámara baja tratará el proyecto un día después de la aprobación en el Senado, en una reunión programada para las 10 en la sala 1 del Anexo de Diputados.

Al igual que en la Cámara alta, las comisiones que deberán aprobar la iniciativa son las de Presupuesto (que preside Roberto Feletti y será la cabecera), Energía (conducida por Rosana Bertone) y Asuntos Constitucionales (que comanda Diana Conti).

Mientras que el Frente para la Victoria, con mayoría en los tres Cuerpos, buscará firmar el dictamen de mayoría en base al proyecto enviado por el Poder Ejecutivo, el radicalismo y el interbloque FAP seguirán los pasos de sus pares del Senado: apoyarán la iniciativa en general, pero propondrán modificaciones a la mayor parte de sus artículos.

Según dio a conocer Gil Lavedra, titular del bloque de la UCR, instarán a reformar la actual Ley de Hidrocarburos; propondrán revisar las concesiones hidrocarburíferas y delimitarán un plan “integral” de inversión.

Otro de los reclamos, que formulará la mayoría de los bloques opositores, tiene que ver con la coparticipación de todas las provincias en las ganancias de la explotación petrolera, que con el proyecto serían destinadas sólo a las integrantes de la Organización Federal de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI).

El Frente Amplio Progresista cuestionará que no se afecte también las acciones de la familia Ezkenazi –además de las de Repsol-. Además, pedirán evaluar el valor de la expropiación y reformar el marco regulatorio de los hidrocarburos, derogando los decretos firmados durante el menemismo.

Proyecto Sur, con Fernando “Pino” Solanas al frente, también respaldará en general el proyecto del Ejecutivo, pero apuesta a una YPF 100 por ciento pública, nacional y federal, con control social de los trabajadores y de las asociaciones de consumidores.

En el Pro, los diputados se enfilaron detrás de los dichos del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, y se opusieron con ímpetu a la iniciativa, lo que adelanta su voto negativo.

En tanto, el interbloque del Frente Peronista, al igual que en el Senado, no logró unificar una postura. Sus diputados tendrán libertad de acción: algunos apoyarán en general y debatirán modificaciones en particular -tal es el caso de Alfredo Atanasof y Alberto Roberti-, mientras que otros votarán por la negativa.

La Coalición Cívica tampoco precisó postura aún. La abstención de María Eugenia Estenssoro, la única senadora del espacio, podría marcar la tendencia entre los diputados, aunque algunos votarían en contra.

El debate en el recinto de Diputados podría iniciarse el próximo miércoles, para pasar a un cuarto intermedio hasta el jueves, fecha estimada para la sanción de la ley. El oficialismo lo definirá este jueves en una reunión de bloque.
 

 
El peronismo disidente se opondrá en Diputados
 
La Nación
 
El peronismo disidente en la Cámara de Diputados votará mayoritariamente en contra del proyecto de ley de toma compulsiva de las acciones de YPF a la empresa Repsol. De la veintena de legisladores que integran la bancada, sólo dos apoyarán la iniciativa oficial: los sindicalistas Alberto Roberti y Alfredo Atanasof.

"Roberti pertenece al sector petrolero, por lo tanto es muy entendible su postura. Lo respetamos plenamente", garantizó el jefe del Frente Peronista, Enrique Thomas, luego de cuatro horas de intensa discusión.

Thomas anticipó que su sector presentará un dictamen alternativo, cuya elaboración recayó en los diputados Carlos Brown, Graciela Camaño, Eduardo Amadeo y Gustavo Ferrari. Constará de tres ejes básicos: proponer una expropiación de YPF acorde con las leyes, que no sólo incumba a Repsol, sino también al Grupo Petersen. En segundo lugar, que una vez en manos del Estado, la empresa petrolera argentina debe estar sujeta a los controles de los órganos de auditoría respectivos. Y tercero, que el conjunto de las provincias, no sólo las petroleras, participen en las ganancias y en el capital accionario de YPF.

El proyecto del Gobierno comenzará a discutirse hoy en la Cámara baja. El oficialismo tiene previsto emitir dictamen en las comisiones y convertirlo en ley el jueves de la semana próxima. Contará con el apoyo del grueso del radicalismo -salvo una decena de diputados que encabeza Oscar Aguad-, el Frente Amplio Progresista (FAP), dos diputados de la Coalición Cívica -Horacio Piemonte y Carlos Comi- y los peronistas disidentes Roberti y Atanasof. "Apoyo la iniciativa del Poder Ejecutivo en general, por sus principios. Hubiese preferido que no se hubiera avanzado en la privatización en su momento o que hoy la nacionalización hubiese sido total", explicó Atanasof..

 


 

De aquella privatización, a esta expropiación

Parlamentario

Cómo fue el trámite legislativo que acompañó el traspaso a manos privadas de la petrolera estatal allá por 1992. Quienes votaron la ley. Los protagonistas que se repiten

Cada año parlamentario es recordado por algo en particular. Sobre el período legislativo del 92 no puede haber dudas: se lo rememora como el de los grandes escándalos. Todo el estupor que produjo en el mes de marzo la presencia del “diputrucho” en el recinto de Diputados, cuando se votaba -con quórum irregularmente conseguido- la venta de las redes de gas, quedó groseramente empequeñecido frente al tamaño de las acusaciones que lanzó el entonces diputado catamarqueño Luis Saadi, quien aludió a supuestas coimas, con pagos millonarios en dólares, para que el Parlamento sancionara otra de las leyes fundamentales en el marco de la reconversión económica que propulsaba el Gobierno de Carlos Menem, como la que transfiere la mayor parte de los activos de YPF.

Uno de los párrafos de la denuncia del diputado Saadi decía: “Estoy en contra de la forma en que se quiere implementar la privatización de YPF. Podría decir muchas cosas. En los corrillos de la Cámara de Diputados se dice que algunos legisladores han recibido un adelanto -una coima- de tres millones de dólares y que recibirían cinco millones más cuando se apruebe la ley”. Esta frase lapidaria cayó como un a bomba neutrónica en el recinto de la Cámara baja.

Con este rumor sobrevolando el Congreso de la Nación se postergó dos semanas más la aprobación de la privatización de YPF. Ese día los diputados radicales lucieron en sus solapas cintas argentinas con otra cinta de color negro, en rechazo “a la entrega del patrimonio nacional”, según definió ante los periodistas el entonces jefe de la bancada, Fernando de la Rúa. Pero lo más llamativo de esa jornada fue la vestimenta del diputado de la UCR de Santa Cruz Héctor Di Tullio, quien concurrió al Salón de Pasos Perdidos con una bandera argentina cruzada por crespones negros.

La sesión

Pese a la oposición de la bancada radical y de otras fuerzas minoritarias, el menemismo logró con gran esfuerzo reunir el quórum necesario para la sesión en la que se aprobó la privatización de YPF, durante la sesión que se extendió los días 23 y 24 de septiembre de 1992. Eso sí, el quórum se alcanzó con notorias ausencias de diputados del PJ, como Graciela Camaño, Humberto Romero, Rafael Flores, Ramón y Luis Saadi, Miguel Ferradás, Francisco Toto, Víctor Sodero Nievas, Roberto Fernández y Dante Camaño.

En el momento de la votación se encontraban presentes 131 diputados, de los cuales 120 votaron por la afirmativa y 10 por la negativa.

De aquella composición legislativa solamente cuatro ocupan hoy una banca: Felipe Solá, Eduardo Amadeo y Jorge Yoma, quienes votaron por la privatización de YPF, y Graciela Camaño.

Entre los 120 votos afirmativos figuraron los de Jorge Aguado, Alvaro Alsogaray, el hoy embajador en Estados Unidos Jorge Argüello, César Arias, Miguel Balestrini, Osvaldo Borda, Eduardo Camaño, Carlos Branda, Leonor Alarcia, José Luis Castillo, Federico Clerici, José Manuel Corchuelo Blasco, Francisco de Durañona y Vedia, los hoy gobernadores Eduardo Fellner y José Luis Gioja, Octavio Frigerio, Juan González Gaviola, Oscar Lamberto, Dámaso Larraburu, Marcelo López Arias, el juez de la Corte Suprema Juan Carlos Manuda, Jorge Matzkin, Lorenzo Pepe, Carlos Ruckauf, el fallecido gobernador Carlos Soria, Miguel Angel Toma y Eduardo Varela Cid.

El hoy secretario general de la Presidencia Oscar Parrilli no sólo fue otro de los que votó a favor, sino que fue el miembro informante del oficialismo. Inició su discurso diciendo: “Con 130 señores diputados aquí presentes hemos comenzado el tratamiento de este importante proyecto de ley de transformación del Estado nacional. Hemos dado a la Argentina, a todos nuestros compatriotas, el ejemplo de que el Parlamento funciona, que es posible gobernar en democracia, que las minorías se expresen y, lo que es fundamental, que es posible que la mayoría, por el voto legítimo de todo el pueblo argentino, puede gobernar y por lo menos comenzar el tratamiento de este proyecto”.

Parrilli habló en su discurso de “la transformación de YPF y la transferencia de los recursos naturales a las provincias” y usó una anécdota para ilustrar la sensación que lo acompañaba tanto a él como otros compañeros de bloque. “Nos preguntábamos si estábamos traicionando nuestras banderas, si nos habíamos olvidado de dónde proveníamos y si no sentíamos vergüenza por nuestra historia, por nuestros muertos y por todo lo que significa el peronismo en la historia de la República. Al respecto, un amigo, ex diputado nacional, me transmitió la respuesta a todos esos interrogantes. Decía que había visto un afiche en el que una mona aparecía con su monita, a la que le decía que tenía las cien respuestas a sus cien preguntas, pero le pedía que no se las cambiara; ésta es la sensación que tenemos los peronistas”.

“Digo esto porque cuando el doctor Menem asumió la presidencia de la Nación en 1989 nos cambiaron las preguntas, los instrumentos y las acciones con las que contaba el peronismo para dar respuesta a un Gobierno nacional y popular, tal como lo hicimos en las décadas del 40 y del 50. Por ello debo señalar con sinceridad y profunda convicción que no venimos a esta sesión arrepentidos de lo que fuimos, no sentimos vergüenza de lo que somos y tampoco venimos a pedir disculpas por lo que estamos haciendo”, expresó Parrilli.

Votaron en contra de la privatización Andrés Fescina, Pedro Octavio Figueroa, Alberto Germanó, Carlos Gómez Centurión, Alberto González, Aníbal Ardí, Julio Ibarreche, Alberto Natale, Raúl Topa y Mario Verdú.

Los radicales se levantaron y retiraron a la hora de votar. Entre ellos estaban el ex gobernador Alejandro Armendáriz, Raúl Baglini, Juan Pablo Baylac, Jorge Benedetti, Noel Breard, Fernando de la Rúa, Gabriela González Gass, Leopoldo Moreau, Conrado Storani y Jorge Vanossi.

Tampoco estuvieron a la hora de votar Chacho Alvarez y Juan Pablo Cafiero, ni Luis Zamora. Ausentes con licencia figuraban Rafael Martínez Raymonda, Germán Abdala, Guillermo Estévez Boero e Irma Roy, entre otros.

Al fundamentar la actitud de la UCR, que dejó el recinto antes de votar, Raúl Baglini explicó que lo hacían “con el convencimiento de que es la mejor defensa de los intereses del conjunto de los argentinos, que a nuestro criterio podemos poner en práctica, porque para nosotros ésta no es una privatización más. En otras privatizaciones podemos discutir la forma y el fondo; podemos discutir si debe haber o no participación del capital privado en determinadas actividades (…), pero lo que tenemos que discutir aquí es una decisión política. La que no compartimos ni nunca vamos a compartir es una decisión política que tras de este rótulo de privatización de YPF está significando el retiro del Estado del sector energético”.

Tras la retirada masiva de legisladores previa a la votación, el jefe de la bancada peronista, Jorge Matzkin le solicitó al presidente del Cuerpo, Alberto Pierri que “se cerciore de que haya suficiente cantidad de cortinas disponibles para que los señores diputados puedan observar detrás de ellas”. Desde otra banca del mismo bloque, Ovidio Calleja gritó un: “¡Huyen como en el 89!”, que quedaría escrito en la versión taquigráfica.


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