El periodista nacional Luis Ventura y el empresario Hugo Diamante, en el espacio radial que conducen todos los viernes por Radio Valle Viejo -denominado “Despierta Catamarca”- realizaron ayer una fuerte crítica contra las empresas mineras radicadas en la provincia, al sostener que gran parte de la mano de obra que toman proviene de provincias vecinas.
“Me parece fantástico que se dé a los argentinos la prioridad en el trabajo, pero también que se considere la región donde está funcionando la mina con todos los recursos que genera, donde la plata se va y no se la ve”, sostuvo el periodista Ventura. Y agregó que es importante que los gobiernos controlen los pueblos donde se instalan las minas, para que los recursos vuelvan a estas tierras, generando fuentes de trabajo, mejoras de caminos, infraestructura, entre otros.
Asimismo Ventura dijo que “el catamarqueño es una persona de muy buena voluntad e ingenuo, permisivo” pero debe reclamar conocer lo que se está haciendo con la provincia, lo que se están llevando empresarios con intereses económicos. “No podemos seguir mendigando a la Nación”, enfatizaron.
ANTECEDENTES
PUBLICADO EL 21/08/2012: PAPARAZZI LUIS VENTURA LE DA CONSEJOS A LAS MINERAS
“No tenemos políticos ni televisión que no sean generados por la gente”
El Esquiú
-Estas acompañando a Hugo Diamante en su campaña para recobrar la valoración de los recursos locales, ¿cuál es tu visión de Catamarca con respecto a este tema?
-El trabajo que hice con la campaña de minería y el aniversario de Radio Valle Viejo tiene que ver con la inquietud que tiene Hugo Diamante y que tengo yo desde que nos conocimos, por la cual surgió la idea de hacer un programa. A lo mejor, yo hice otras cosas a nivel televisivo y en los medios que no tienen que ver con Catamarca pero que decididamente tienen que ver con una actitud de vida. Yo soy un eterno luchador del reconocimiento de los derechos de la gente, de las regiones y de los trabajadores. Así fui creando de a poco verdaderos monstruos como puede ser la revista Paparazzi, que nace en un ámbito donde no tenía casi ninguna posibilidad de crecimiento, en una industria que tenía todos sus espacios cubiertos. La revista aún así generó su espacio, su nicho y no sólo sobrevive sino que se ha convertido en la revista de mayor venta en todo el país. Con Intrusos fue lo mismo, yo estaba en Canal 13 y me llamaron de otro canal con menos pretensión estructural como era América 2. Dejé el canal para hacer un programa de espectáculos que originalmente se llamó Intrusos, simplemente guiado y promovido por un amigo que es Jorge Rial; de ahí se genera un fenómeno televisivo de 12 años ininterrumpidos, donde no hubo vacaciones, se trabajó de lunes a viernes dando lugar a gente que ahora forma parte de otros proyectos y otros espacios. Todo comenzó siendo una cosa muy austera, simplemente apoyada en la dignidad y el esfuerzo de la gente, hasta que un día, a propósito de la aparición de Hugo Diamante en mi vida, que se conectó con mi socio, yo empecé a hacer el mismo camino, el mismo recorrido de vuelta, interiorizándome con el lugar, con todo lo que los catamarqueños generan y tienen, y de lo que muchas veces se los despoja. Muchas veces no son defensores de las propias riquezas que se dilapidan como la minería, yéndose para afuera toda la ganancia, como así también de la industria aceitera y vitivinícola, el turismo que no se explota porque se le generan las condiciones ni las estructuras, los caminos, la hotelería. Uno empieza a conocer la problemática de un determinado pueblo, y además el grado de avance de las tecnologías para explotar minas de vanguardia que está en Catamarca y de pronto ver que la periferia de lo que rodea la mina no ha crecido o que incluso se ha empobrecido, que no hay un reparto de ganancias, y que todo lo que se logra a nivel rédito se va para afuera cuando no debería ser así. Lo que uno plantea es por qué siendo una Catamarca tan rica, porque es también tan pobre al mismo tiempo.
-Desde un punto de vista periodístico, ¿cuáles son los aciertos y los errores para comunicar a la gente sobre la minería y favorables como contraproducentes?
-Si la minería es contraproducente, que no se la lleven para afuera. Ése es el planteo: si es tan malo, es malo para todos. Porque entonces estaríamos en una situación mucho más grave con respecto a la realidad que con respecto a la situación que se plantea, porque se está ejerciendo la minería, se la está desbastando y además no se quedan con los recursos. Entonces decimos, si contamina, frénenla, que nadie más haga esto. Pero acá no la frenan, los de afuera se siguen enriqueciendo y los catamarqueños siguen sufriendo. Entonces sos víctima de dos cosas, porque los están robando. Es decir, ¿qué es lo que genera este tipo de estructuras? Las estructuras donde hay una gran riqueza y una gran tecnología, el hecho de que la minería no sea abierta a los ojos de los catamarqueños, que un periodista no pueda ir a hacer fotos o a grabar, habla a las claras de que se están haciendo cosas que evidentemente desconocemos y que seguramente son espurias o ilícitos. Entonces lo que se plantea es lógico: esta generación de riqueza debe generar alguna filtración para que algunos permisos, algunas licencias hagan posible lo que se está haciendo, gente que debe estar engordando bolsillos para que esto siga con este caminito y esta estructura. En esto tal vez se compran medios, se compran periodistas, se compran promociones, se compras políticas, se compran posiciones adentro de un cuadro de votación, porque hay mucho dinero para repartir; entonces se reparte un poquito para que no se tenga que repartir todo lo que se genera y que se va para afuera.
-Hablando de tus comienzos como periodista, ¿alguna vez pensaste que ibas a llegar al lugar que ocupás ahora?
-Mi relación con el periodismo es casi de cuna, yo nací en cuna de periodistas. A los 10 días de nacido mi papá ya me estaba llevando a la redacción de un diario. Uno cuando mira hacia atrás encuentra dificultades para ver cuál fue el verdadero comienzo: si fue de niño jugando al periodista, editando notas, sacando fotografías, comprando revistas y cortando figuritas para poner la foto en la tapa, por ejemplo. Mi primera experiencia paga por una empresa ocurrió cuando yo tenía 16 años y fui a cubrir un partido del fútbol de ascenso, en la Primera C, jugaban Brown de Adrogué con Villa Dálmine; ganó Brown de Adrogué 1 a 0. Yo cubrí esa crónica y después me fui al diario a escribir mi primera síntesis y mi primer comentario; eso fue en el año 1976, salió publicado en el diario Crónica y todavía lo tengo guardado al recorte. Es decir, comencé haciendo periodismo deportivo y después me fui paseando por otros rubros, por otros géneros, dentro del periodismo lo cual se convirtió inicialmente en un sostén de estudio. Con lo que yo ganaba en el diario me pagaba los estudios de la carrera de Ingeniería Electrónica, llegué al quinto año de la carrera, y un buen día me ofrecieron un gran contrato para cubrir el Mundial del 78 pleno, era un contrato muy ventajoso; entonces vi que mi profesión no era en realidad la ingeniería, que yo seguía transitando la carrera, aprobando materias pero sin sentir la pasión que sentía por el periodismo.
-También te pusiste al frente de la dirección técnica de El Porvenir sorprendiendo a propios y ajenos, ¿cómo tomaste esa decisión?
-Ésa es una historia muy larga que viene de hace muchos años atrás. Yo soy el padre de dos jugadores de El Porvenir, comencé siendo padre-hincha y terminé convirtiéndome en delegado y promotor de la construcción de canchas, de la confección de camisetas, de conseguir calefones y generar un predio, un ámbito deportivo para que El Porvenir tuviera una cancha donde jugar en las divisiones inferiores como local. A partir de ahí tuve un encuentro con el presidente del club, Enrique Merella, que me ofreció dirigir la Primera del club; yo tomé esa responsabilidad allá por el 2008, en un momento difícil. Cuando lo decidí recuerdo que me hicieron una guerra por ser un bicho que venía de otro ámbito, aunque era un bicho de fútbol, me la hicieron sentir. Una de las cosas que me reclamaron permanentemente fue no haber terminado mi carrera como entrenador, como DT. Hice un curso por Internet, hice materias en el curso de Víctor Nicolás Coco, que es el curso que inauguró Batistuta y que también hizo Berizzo, Bonano, Aguinaga. Aprobé 17 materias, en ese momento me dije “ahora hay que agarrar un equipo”, y cuando ya casi terminaba la carrera, recibí la llamada del presidente de El Porvenir diciéndome que el club se iba al descenso casi sin esperanzas de salvarlo. Quedaban 4 partidos con 12 puntos en disputa y El Porvenir se salvaba consiguiendo la mitad de los puntos, y bueno, fue lo que conseguí. Después de eso vino el proyecto para hacer algo más grande por toda la temporada conformando un nuevo grupo armando otro plantel, mantuve a los que se podían quedar, se fueron los que se tenían que ir, elegí a los que eran más potables que venían de afuera y que jugaban a préstamo y tomé gente que había llegado descartada de otros equipos. Armé un equipo de 28 jugadores, con todos chicos muy jóvenes; ahora arrancamos ganando los dos partidos que jugamos, estamos punteros.
-¿Qué opinás del monstruo televisivo que ha erigido Marcelo Tinelli en torno a su figura y sus producciones?
-Yo siempre digo que no tenemos políticos ni televisión que no genere la gente. Para que existan Tinelli y gobernantes a los que “nadie votó” pero que después llegan a un lugar de poder es porque los votos estuvieron. No le carguemos a los demás las responsabilidades que son nuestras; si Tinelli está donde está es porque alguien lo mira. Un canal puede tener un gran proyecto, la mejor intención de generar un gran producto que funcione al aire, pero evidentemente lo que decide la suerte de ese proyecto es la gente. Es decir, cuestionar a Tinelli o cuestionar a algún político que gobernó la Argentina elegido de manera democrática en el fondo es cuestionar a la gente.
-Un mensaje y un deseo para Catamarca en lo que respecta a la generación de recursos...
-Un deseo es que Catamarca empiece a disfrutar todo lo que tiene, sus riquezas, tanto espirituales como materiales. Y un mensaje, que la gente disfrute de lo que tiene, sea mucho o sea poco; porque muchas veces las cosas no se disfrutan por el hecho de ser pequeñas o humildes, y esas cosas son las que te hacen feliz.