Durante décadas, casi la mitad de oro de Alemania permaneció muy bien guardado en la Banco de la Reserva Federal de Nueva York. Ahora, ante la crisis del euro, los políticos alemanes están pidiendo a su propio Banco Central (Bundesbank) hacer un inventario de esas reservas. Y algunos, incluso, opinan que el oro debe volver a casa.
El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, buscó convencer al dirigente de la Unión Social Cristiana (CSU), el conservador Peter Gauweiler, de lo contrario e invitó al aguerrido político, de la coalición gobernante de Angela Merkel, al santuario del Bundesbank: la bóveda donde guarda oro.
Allí, 6.000 lingotes de oro se apilan en las pesadas estanterías industriales de un edificio construido especialmente en Frankfurt. Un adicional de 76.000 lingotes se almacenan en cuatro cajas de seguridad, en recipientes herméticos.
Pero ni esta inspección personal en Alemania fue suficiente para tranquilizar al parlamentario oficialista: "El Bundesbank supervisa su oro nacional de manera ejemplar", dijo Gauweiler, "lo cual hace aún más incomprensible que el banco tenga que guardar sus reservas en el extranjero".
Desde hace algún tiempo, Gauweiler ha estado acosando al gobierno de Merkel y al Bundesbank con preguntas sobre dónde y cómo se almacenan las reservas del país, y con qué frecuencia se recuentan. Ha presentado solicitudes y encargado informes sobre el asunto.
La semana pasada, Gauweiler celebró su mayor triunfo hasta ahora en su campaña del oro, motivo de diversión para muchos otros políticos alemanes: se hizo público un informe secreto de la Auditoría Federal con una severa crítica al banco central en Frankfurt. Los auditores con sede en Bonn reclamaron un mejor sistema de inventario, incluyendo controles de calidad.
Esta demanda, que incluso los inspectores del banco vieron como rutinaria, alarmó sin embargo a la clase política de Berlín. De hecho, el informe parcialmente desclasificado les pareció el prólogo de un thriller de espionaje que les hizo temer que los responsables de la banca central alemana terminarían descubriendo bóvedas vacías en Estados Unidos.
Debate grotesco
Durante décadas, los banqueros centrales alemanes se han contentado con afirmaciones escritas de sus colegas estadounidenses de que el oro está realmente almacenado donde ellos dicen que está. De acuerdo con el informe, la lista de los lingotes en Nueva York es de 1979/1980 y el Banco de la Reserva Federal de Nueva York se niega a permitir a los propietarios del oro verlo con sus propios ojos.
Como era de esperar, esto provocó fuertes reacciones en Berlín. El influyente miembro consejero del Bundesbank Carl-Ludwig Thiele fue convocado a Berlín para dar una explicación a la Comisión de Presupuestos del Parlamento. El legislador opositor socialdemócrata Heinz-Peter Haustein (FDP) declaró al diario Bild, el de mayor tirada del país: "Todo el oro tiene que ser enviado de vuelta a Alemania".
El muy por el contrario reservado Thiele respondió que al menos "parte del debate" sobre el oro en Estados Unidos era “más bien grotesco". El Bundesbank afronta problemas más acuciantes. Por ejemplo, resiste desesperadamente la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de comprar cantidades ilimitadas de bonos soberanos de los países asolados por la crisis como una forma de reducir sus costos de endeudamiento (España, Italia, Portugal). Además, el Bundesbank ya ha bombeado € 700.000 millones (US$ 906.000 millones), básicamente a esos países, como parte del programa de transferencias Target II del banco central de la zona euro.
Las reservas de oro de Alemania están valuadas en € 144.000 millones y no se guarda con "socios dudosos", como subraya Thiele, sino con "respetados bancos centrales".
Conexión especial
De hecho, no hay nada inusual en la forma en que Alemania administra su oro. Muchos otros bancos centrales almacenan una parte de sus reservas de oro en el extranjero. Holanda, por ejemplo, en Ottawa, Nueva York y Londres.
Pero la relación que tienen los alemanes con su oro es especial. Alemania atesora cerca de 3.600 ton del metal precioso. Sólo Estados Unidos tiene más que ellos. Gran parte de este tesoro de oro se acumuló bajo el sistema monetario internacional de los Acuerdos de Bretton Woods de posguerra, cuando el dólar se erigió en moneda de referencia mundial y se tornó directamente convertible a cantidades fijas de oro.
Antes del final del patrón oro, en 1971, los superávit de cuenta corriente generados por el "milagro económico" de Alemania estaban apoyados parcialmente en oro. Miles de lingotes estadounidenses de oro fueron transferidos así a manos alemanas.
Pero desde que el euro no está respaldado por oro, semejantes reservas son en realidad innecesarias. Sin embargo, los alemanes siguen decididos a defenderas y cada intento de recurrir a ellas ha sido recibido con consternación.
No faltaron las propuestas: el ex presidente alemán Roman Herzog quería vender el oro para financiar un sistema de seguro de salud. En 2002, el parlamentario Rainer Brüderle (FDP) sugirió crear con el oro un fondo para desastres naturales. El ex jefe del Bundesbank Ernst Welteke se sumó al debate proponiendo la fundación de un fondo educativo nacional. Pero ninguna de estas ideas fue tomada nunca en serio.
Más recientemente, la premier Merkel, de la conservadora Unión Demócrata Cristiana (CDU), bloqueó la idea de los socios del euro para usar esas reservas como garantía de los bonos en euros.
Estricta seguridad
Como resultado, además de salvaguardar las reservas de más de 60 países, el Banco de Nueva York de la Reserva Federal sigue atesorando 1.536 ton de oro alemán, casi la mitad de las reservas de Berlín. Esta enorme cantidad de oro se almacena en el subsuelo del edificio del banco en Liberty Street, a 25 m por debajo del nivel de la calle y 15 m bajo el nivel del mar. Según el sitio web del banco, la bóveda se apoya sobre la base de la isla de Manhattan.
A los turistas se les permite aventurarse por debajo del nivel calle para ver la bóveda. Después de descender en un ascensor, se paran en frente de un enorme cilindro de acero que gira como una puerta en un marco de 140 ton de acero y hormigón. Pero ni siquiera a los propietarios se les permite ver su propio oro. Según el informe de la Auditoría Federal, la Fed explicó que "en interés de la seguridad y del proceso de control" las “visualizaciones” no son posibles.
Al final, en 2007, "después de numerosas consultas", se permitió a los miembros del Bundesbank y su personal ver las instalaciones, pero sólo llegaron a la antesala de las reservas alemanas.
De hecho, los auditores del Bundesbank hicieron una segunda visita en mayo de 2011. Esta vez se les abrió uno de los nueve compartimientos donde los lingotes de oro alemanes están apilados. Unos pocos fueron retirados y pesados. Pero esta parte del informe se bloqueó, por decisión de la Reserva Federal de Nueva York.
"Me gustaría más transparencia sobre el tema", dice Thiele, como miembro del consejo del Bundesbank. Los americanos son muy sensibles, sin embargo, cuando se trata de procedimientos de seguridad en sus instalaciones de almacenamiento de oro. En su segundo gran depósito, el legendario Fort Knox, prácticamente nadie en las últimas décadas ha podido ver las reservas de oro.
Alimentando leyendas
Semejante secreto alimenta leyendas. Muchos teóricos de la conspiración han sospechado durante décadas que el oro alemán ha desaparecido hace mucho tiempo. Otros creen que ha sido prestado. Ellos sostienen que sólo hay pagarés de poco valor almacenado en las bóvedas del banco.
Otro mito que ha estado dando vueltas en círculos nacionalistas alemanes es que Estados Unidos se negó a entregar el tesoro y amenazó durante la Guerra Fría con retirar sus tropas de Alemania si se seguía exigiendo la repatriación del oro. El ex jefe del Bundesbank Karl Blessing, según esa teoría, tuvo que prometer a Estados Unidos que nunca haría una cosa así.
Esta carta de hecho existe, como confirmó Blessing en su última entrevista con Der Spiegel en 1971, pero no se refiere al oro alemán, sino a las reservas estadounidenses. Hasta 1971, cada dólar podía ser intercambiado por oro. Blessing, entonces, prometió a la Reserva Federal que nunca convertiría las colosales reservas alemanes en dólares a oro, porque ello hundiría el valor de la divisa norteamericana.
Hoy en día, este documento histórico se encuentra disponible en Internet, incluso. Pero eso no ha silenciado a los que se oponen a seguir almacenando el oro alemán en el extranjero. En cambio, el debate sobre un colapso de la moneda en papel está experimentando un renacimiento, al igual que la disputa por las reservas de oro. Incluso el experto financiero del Partido Verde germano, Gerhard Schick, se sumó al debate: "Creo que la cuestión de la cantidad de oro disponible en una emergencia es una preocupación válida."
Extravagante
Desde un punto de vista puramente logístico, sin embargo, la devolución de las reservas parece descabellada. Uno no puede simplemente empacar 1.500 ton de oro en un Airbus A380 y volar de vuelta con ellas a Alemania.
El Bundesbank también se opone a esta idea por otra razón. Se dice que el oro se supone que actúa como un tapón de emergencia. En la situación extrema de un colapso de la moneda, los banqueros dicen que los lingotes de oro podrían ser fácil y rápidamente intercambiados en lugar de libras o dólares para pagar cuentas urgentes.
En un intento de calmar el debate, el Bundesbank se ha comprometido a traer de vuelta e inspeccionar 150 ton de oro en el extranjero durante los próximos tres años. Además, hay planes para contar y pesar los lingotes almacenados en una de las nueve cámaras de la Reserva Federal de Nueva York, aunque no se ha fijado una fecha para ello.
El consejero Thiele fue también recientemente a Nueva York a dar otro vistazo detrás de una de las puertas de la bóveda y volvió con una buena noticia para los miembros de la comisión de presupuesto del Parlamento alemán: "No había papel allí, sólo oro".
Pero eso no es suficiente para el conservador oficialista Gauweiler, del CSU. Sólo está dispuesto a olvidarse del asunto cuando el banco central haya examinado a fondo el total de las reservas alemanas en todo el mundo. Su credo es: "El Bundesbank es independiente, pero no puede hacer lo que quiera".
Los precios del oro cerraron con pocos cambios el martes en medio del alza de las acciones europeas y la debilidad del dólar, pero los movimientos fueron limitados debido a que los mercados en Nueva York permanecieron cerrados por el paso de Sandy y antes de un informe laboral clave en Estados Unidos esta semana.
El oro recibió algo de apoyo de la fortaleza de las acciones europeas, impulsadas tras alentadores resultados trimestrales de compañías como BP y UBS, y del euro, después de que datos mostraron que la economía española se contrajo a un ritmo levemente más lento de lo previsto en setiembre.
El oro subió solo 0.6 centavos a 1,709.86 dólares. El oro estadounidense para diciembre subió 3.40 dólares a 1,712.10 dólares.
Pero el metal precioso está en camino a su primera pérdida mensual desde mayo debido a que un impulso por el plan de estímulos más reciente de la Reserva Federal -una medida potencialmente inflacionaria que también mantendría la presión sobre las tasas de interés- se desvanecía.
El contrato alcanzó un máximo en 11 meses por encima de los 1,795 dólares en octubre tras un plan de estímulo de la FED, pero retrocedía después de no alcanzar los 1,800 dólares. Acumula una baja de más de 3 por ciento en el mes.
Como la extensión del programa se ligó a la salud del mercado laboral, el informe el viernes de la situación del empleo en Estados Unidos podría influir potencialmente en su alcance.
Un sondeo de Reuters muestra que la economía habría agregado 125,000 empleos el mes pasado, aunque la tasa de desempleo se estima en un 7.9%, contra un 7.8% el mes pasado.
El platino al contado subió un 1.3% a 1,549.99 dólares la onza. El paladio ganó un 1.25%, a 593.22 dólares la onza. La plata avanzó un 0.16%, a 31.81 dólares la onza.
