Con varias causas judiciales abiertas por denuncias de corrupción, lavado de dinero y asociación ilícita; el empresario ultrakirchnerista Lázaro Báez logró acceder al primer lugar de la lista de oferentes que buscan quedarse con la megaobra de las represas de Santa Cruz que están valuadas en más de $ 24.000 millones.
El consorcio que integra el polémico empresario junto con la compañía china Sinohydro presentó la que, a priori, sería la mejor propuesta económica para construir las centrales hidroeléctricas patagónicas “Condor Cliff y La Barrancosa” que fueron rebautizadas por el Gobierno como “Néstor Kirchner y Jorge Cepernic”.
Según la información parcial que dieron a conocer ayer los funcionarios de Planificación, la oferta del grupo asiático-argentino fue de $ 20.479.989.247 y con un esquema de financiamiento equivalente al 85% del monto total de la obra.
El consorcio que quedó mejor ubicado está liderado por Sinohydro con el 60%, mientras que Austral Construcciones (la empresa insignia de Baez) tiene una participación del 15%. Iecsa–la constructora que maneja Angelo Calcaterra, el sobrino de Franco Macri– también posee un 15% y completan la sociedad las locales Esuco (5%) y Chediak (5%.
El ordenamiento de las ofertas por precios dejó en segundo casillero al grupo que integran las compañías rusas lnter Rao y Power Machine junto con Isolux Ingeniería (España), Isolux Brasil y las locales Panedile, Eleprint, Helport e Hidroeléctrica Ameghino. La oferta de este consorcio fue de $ 21.817.913.609 y un porcentaje de financiación equivalente al 85% del monto global del proyecto.
El tercer puesto en el cotejo de valores de las ofertas básicas quedó para el consorcio de la compañía china Gezhuoba Group y las locales Electroingeniería e Hidrocuyo. Cotizó la obra en $ 22.948.356.204 y ofreció una propuesta de financiamiento para el 80% del precio total. Este grupo –representado por Gerardo Ferreyra, el titular de Electroingeniería que tiene llegada directa al Gobierno –también presentó una “oferta alternativa” más económica por $ 18.947.000.000. Pese a que no se ajustó a las reglas de juego de la licitación, esa propuesta igual fue admitida por los funcionarios que tienen que evaluar todas las ofertas.
En el último escalón, por comparación de precios, quedó el consorcio de local Pescarmona, Odebrecht y Alstom Brasil. Su oferta fue de $ 23.992.945.200 y un nivel de financiamiento del orden del 75% del monto total de la obra.
Si se cumplen los plazos licitatorios, en menos de un mes el Gobierno debería confirmar al ganador de la obra. Para eso, los técnicos de la comisión evaluadora tienen que seleccionar la “oferta más conveniente” que surgirá de la ponderación de los siguientes ítems: valor total del proyecto, porcentaje de financiamiento, tasas de interés, plazo de repago, participación de la industria nacional y creación de puestos de trabajo.
Un proceso con sorpresas, dudas y suspicacias
Sorpresas, dudas y suspicacias. La apertura de las ofertas de la megaobra hidroeléctrica de Santa Cruz mostró varias aristas llamativas.
En primer lugar, los funcionarios que responden al ministro de Planificación, Julio De Vido, omitieron la lectura de determinados componentes clave de las ofertas que hubieran permitido una comparación más amplia y completa de las propuestas económicas en juego.
Solo se dieron a conocer los montos totales y los porcentajes de financiación que no tuvieron en cuenta los impuestos, ni los costos finales de las inversiones previstas por cada grupo.
Curiosamente no salieron a la luz las tasas de interés, ni los plazos de financiamiento y tampoco los bancos que van a aportar los créditos para las usinas.
En segundo lugar, sorprendió la irregular presentación de la “oferta alternativa” del grupo de Electroingeniería y china Gezhouba. Pese a que el pliego licitatorio prevía que la propuesta alternativa debía canalizarse en un sobre aparte para ser abierta solo en caso de que el grupo se adjudique la obra, Electroingeniería mezcló esa variante junto con la “oferta básica”. En vez de rechazar esa presentación que no estaba permitida por las reglas licitatorias, los funcionarios– ante la insistencia de los representantes del grupo– decidieron darle curso para que sea evaluada por los técnicos que deben elegir al ganador.
Si finalmente es aceptada, esa oferta pasará a ser la más baja y con grandes chances de quedarse con las obras.
Diametralmente opuesto fue el tratamiento dado a la oferta alternativa del consorcio de Helport, Isolux y las rusas Inter Rao y Power Machine.
No se abrió y quedó sujeta a que el grupo gane la adjudicación de las obras.
Y en tercer lugar, hubo un dato que se filtró entre los oferentes y generó muchas dudas sobre la real competencia entre los grupos liderados por empresas chinas. Además de tener como accionista común al Estado chino; Sinohydro y Gezhuoba contarían con el mismo agente financiador: el banco CDB (China Development Bank).
Cuatro consorcios presentaron ayer las ofertas económicas y financieras para la construcción de las dos represas hidroeléctricas en Santa Cruz que se llamarán "Néstor Kirchner" y "Jorge Cepernic", y permitirán sumar 1.740 megavatios al sistema eléctrico, aproximadamente un 8% del total disponible en la actualidad.
Los cuatro grupos habían obtenido previamente la calificación técnica para la obra y a partir de ahora se abre la etapa de la evaluación de las propuestas y luego la adjudicación. Según las condiciones de la licitación, el valor global máximo de las ofertas no podía superar los $ 24.358 millones, el porcentaje de financiamiento no ser menor al 50%, incluir un mínimo del 30% de industria nacional, establecer el plazo total para que el Estado pague la obra, fijar o no un plazo de gracia para ese último punto, garantizar 6.900 puestos de trabajo y tener listas las represas en 66 meses. La unión transitoria de empresas (UTE) conformada por la firma China Gezhouba Group y las locales Electroingeniería e Hidrocuyo presentó una oferta de $ 22.948 millones, con un descuento del 17,44%, que la lleva a un valor global final de $18.000 millones; y financiamiento por el 121% del total de la obra.
La UTE integrada por la brasileña Odebrecht, la argentina IMPSA y la filial brasileña de la francesa Alstom ofertó $ 23.992 millones y el 100% de financiamiento.
La UTE constituida por la china Sinohydro, la española Iecsa, y las locales Austral Construcciones, Chediak y Esuco, ofertó un monto de $ 20.479 millones, y financiamiento equivalente al 111,99 % del total proyectado.
La UTE, formada por las firmas rusas Inter Rao y Power Machine, la española Isolux y las locales Panedile, Eleprint, Helport e Hidroeléctrica Ameghino, propuso un valor global de $ 21.817 millones , y financiamiento equivalente al 106%. "A partir de ahora las empresas tendrán tres días para presentar objeciones al resto de las ofertas", indicó el secretario de Obras Públicas, José López, quien señaló que "una comisión evaluadora, conformada por representantes de Obras Públicas, Energía, Recursos Hídricos, todas del Ministerio de Planificación, más el Ministerio de Economía y CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico), se encargará de analizar las presentaciones efectuadas". López precisó que las cuestiones a tener en cuenta para la adjudicación son "el valor global de la oferta, el porcentaje de financiamiento, la aceleración y el cronograma de desembolsos, si hay un plazo de gracia para que el Estado comience a devolver el dinero, el término total de la devolución, el costo completo del financiamiento, la participación de la industria nacional y la creación de puestos de trabajo".
Una empresa de Báez avanzó en la puja por dos represas
La Nación
Pese a ocupar el centro de las denuncias por presunto lavado de dinero desde hace casi dos meses, el empresario Lázaro Báez renovó ayer esperanzas de ganar la licitación para la construcción de dos represas hidroeléctricas sobre el río Santa Cruz, junto con el consorcio que integra con las empresas Sinohydro, Iecsa, Chediak y Eusco.
En la sede del Ministerio de Planificación ayer se abrieron los sobres de la oferta económica de los cuatro consorcios que aún siguen en carrera con la intención de construir la obra varias veces anunciada, que promete aportar 1740 megavatios de potencia al Sistema Interconectado Nacional.
En los últimos días el empresario había sugerido que las denuncias en su contra apuntaban a perjudicarlo y a dejar a él y al consorcio fuera de la competencia para construir las represas. Báez, cuya historia en la construcción en las grandes ligas se empezó a escribir recién en 2003, y tuvo un crecimiento exponencial, hoy se ve jaqueado por denuncias que según sus dichos afectaron el futuro de sus empresas.
"Báez ve en esta obra la salida posible para el futuro de sus constructoras, que emplean a 3700 personas", afirmó una fuente de trato cercano con el empresario. En una entrevista dada a su propio diario, Báez admitió que está planteando medidas de ajuste en sus empresas. Báez no escatimó esfuerzos para ser parte del negocio. Para conformar el consorcio junto con Sinohydro viajó hasta China Julio Enrique Mendoza, uno de los hombres de mayor confianza de Báez. Fue durante la gira que el año pasado el ministro de Planificación, Julio De Vido, realizó en varios países en la búsqueda de empresas inversoras.
En los últimos años, Báez adquirió estancias que suman 200.000 hectáreas en la zona, y según datos técnicos el 11% de la superficie total debería ser inundado por las represas. El año pasado, Báez anunció que donará a escuelas rurales el monto indemnizatorio que pueda obtener.
De concretarse las represas, que fueron rebautizadas como Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, se convertirán en la obra pública de mayor envergadura realizada durante la década kirchnerista, con un presupuesto superior a los 24 mil millones de pesos.
El valor global máximo de las ofertas presentadas en la licitación no podía superar los 24.358.320.000 pesos, el porcentaje de financiamiento no ser inferior a 50 por ciento, incluir un mínimo de 30 por ciento de industria nacional, establecer el plazo total de su devolución, y si era con algún período de gracia, además de garantizar 6.900 puestos de trabajo y tener listas las represas en 66 meses, es decir, cinco años y medio.
El consorcio de Báez ofertó un monto de 20.479.989.24; la unión transitoria de empresas (UTE) conformada por Electroingeniería, la firma China Gezhouba Group e Hidrocuyo presentó una oferta de 22.948.356.204,92 pesos, con un descuento de 17,44%, que la lleva a un valor global final de 18.000.947.000; en tanto, la UTE integrada por Odebrecht, Pescarmona y Alstom Brasil Energía y Transporte ofertó 23.992.945.200, y el consorcio integrado por las firmas Panedile, Isolux, Eleprint, Helport, Powert Machine, Inter Rao e Hidroeléctrica Ameghino propuso un valor global de 21.817.913.609,57.
Sin embargo, no sólo los montos se tienen en cuenta, sino también el porcentaje de financiamiento propuesto, el precio del megavatio ofertado y los impuestos, entre otros ítems.
A partir de ahora las empresas tendrán tres días para presentar objeciones al resto de las ofertas y una comisión evaluadora analizará las presentaciones efectuadas antes de determinará cual fue la mejor oferta global.
El Gobierno seleccionó ayer a una compañía propiedad del empresario kirchnerista Lázaro Báez, imputado por presunto delito de lavado de dinero, entre las cuatro finalistas para adjudicarse la licitación para la construcción de dos represas hidroeléctricas en la provincia de Santa Cruz. La información se conoció durante un acto encabezado por el ministro de Planificación, Julio de Vido, en el que se procedió a la apertura de ofertas de las empresas inscriptas en la licitación para la construcción de las represas “Jorge Cepernic” (ex La Barrancosa) y “Néstor Kirchner” (ex Cóndor Cliff).
En el acto se anunciaron los cuatro consorcios finalistas para adjudicarse las obras, entre los que figuran una UTE (unión transitoria de empresas) encabezada por la china Sinohydro Group y Austral Construcciones, la firma propiedad de Báez, quien es investigado por el juez federal Sebastián Casanello en el marco de la causa abierta por la ruta del dinero que pasó por SGI, financiera conocida como “La Rosadita”, por donde se sospecha que el empresario giraba dinero al exterior, y por el supuesto desmantelamiento de una bóveda en su chacra de Río Gallegos. Además, la jueza María Gabriela Lanz investiga a Báez por una supuesta extorsión al financista Federico Elaskar con el objetivo de quedarse con su empresa SGI.
Pese a las sospechas que vinculan al empresario kirchnerista en supuestas maniobras de lavado de dinero, ello no le impidió que su firma quede seleccionada entre las posibles adjudicatarias de la construcción de las represas santacruceñas. Así el consorcio que integra Austral Construcciones competirá con otras tres UTEs lideradas por las empresas Electroingeniería de Gerardo Ferreyra; IMPSA, Camargo Correa y Corporación Andina, y el consorcio Helport S.A., Panedile S.A., Eleprint S.A. e Hidroeléctrica Ameghino S.A, entre otras.
Al anunciar los consorcios finalistas, De Vido destacó ayer la “centralidad” de las dos represas santacruceñas que –se estima– en conjunto aportarán 1.740 megavatios de potencia al Sistema Interconectado Nacional, y demandarán una inversión de alrededor de $ 24.000 millones. “Esta obra es central para esta década a ganar, es fundamental para este modelo y este proyecto de desarrollo político, social y económico que lleva adelante la Presidenta” Cristina Fernández, indicó el funcionario.
El nuevo complejo hidroeléctrico Kirchner-Cepernic sería el tercero más grande en el país después de las existentes binacionales Yacyretá (3200 Mw) y Salto Grande (1890 mw). La ejecución de ambas represas generará 6900 puestos de trabajo, el plazo para su construcción es de más de cinco años e ingresa en el Plan Quinquenal.
Patagónico
El presupuesto oficial de las obras es de 25 mil millones de pesos y a la instancia final del proceso llegaron cuatro UTE (Unión Transitoria de empresas): la 1, encabezada por la china Sinohydro Group y Austral Construcciones, del empresario Lázaro Báez; la UTE 2, liderada por Electroingeniería de Gerardo Ferreyra; la UTE 3, encabezada por IMPSA, Camargo Correa y Corporación Andina, y la UTE 4, compuesta Helport S.A., Panedile S.A., Eleprint S.A. e Hidroeléctrica Ameghino SA, entre otras.
Según se informó en el acto, la oferta más baja fue realizada por la UTE 2, que ofreció realizar la obra por $22.948.356.204, pero incluyó una carta de descuento que dejó el precio en $18.947.00.000.
Segunda quedó la UTE 1, con una propuesta de $20.479.989.247, seguida por la UTE 4 ($21.817.913.609,55) y la UTE 3 ($23.992.945.200). Ahora las ofertas quedarán bajo análisis para la definición final.
Las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, que en su conjunto están llamadas a ser las mayores obras públicas del país, se ubicarán sobre el río Santa Cruz, el afluente más caudaloso del país que en la actualidad no tiene ningún aprovechamiento hidroeléctrico y que cuando estén en funcionamiento permitirán a-gregar 1.740 megavatios al sistema energético argentino.
“ESTA CAYENDO LA MENTIRA”
En el acto, el ministro Julio de Vido sostuvo que “la ley de soberanía energética manda a producir a las empresas, en función de las potencialidades de los yacimientos, para seguir trabajando en el crecimiento exponencial de la economía”.
Al mismo tiempo afirmó que “en la década perdida, los años 90 del siglo pasado”, hubo “un fraude energético fenomenal en la Argentina” ya que “se construyeron 9 gasoductos para exportar, mientras el 50% de los argentinos no tenían para consumir y las industrias no tenían el insumo”.
“Inclusive se exportaba gas sobre base de reservas certificadas que eran truchas porque no existían como para generar ese proceso de exportación”, dijo el funcionario.
Finalmente puso de relieve que “se está cayendo la mentira de quienes hoy hablan de diversificación de la matriz energética y fueron los que llevaron a la paralización de obras como Yacyretá y Atucha II”.
